viernes, 22 de noviembre de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Recuerdos


                                              

Están ahí y, nosotros, sin saberlo… Un día, sin que haya una explicación, nos asaltan, de pronto, y hacen que vengan, otra vez, los años que ya se fueron. ¿Dormían? NO. Estaban aparcados en esos rincones del alma donde casi nunca llegamos.

Dice alguien que la niñez marca. A medida que se va el tiempo - es decir, nosotros – afloran; revivimos con demasiada añoranza aquel tiempo que, en la distancia engrandecemos y, de manera furtiva, hasta se escapa alguna lágrima rápida.

¿Quién no recuerda que el cine tenía dos sesiones los días de fiesta?  Sesión de tarde y de noche. (Lo de las matinales vino después). La gente hacía cola. Se abrían, para el desalojo, las puertas, entre función y función. Desde el interior salía una atmósfera viciada y caliente.

Los niños casi sentíamos los tiros del rifle de John Wayne que siempre mataba a los malos…; Gary Cooper caminaba solo por una calle que no terminaba nunca y Marilin Monroe… ¡Ay, Marilin! y el puñetero sexto Mandamiento.

Algunas niñas iban a casas de Mariquita, ‘la de Fabián’. Bordaban, en punto de cruz, una talega para el pan. Era su primer trabajo. Primoroso. Una ratita presumida y coqueta con unas orejas grandes, muy grandes. Hilos de colores: rojos, verdes, azules… Un bastidor de madera y todas las horas de la tarde para ellas.

Ha corrido mucho el tiempo. Otras niñas, hoy, se emplean en otros menesteres y ni tienen que pedir el consentimiento a los padres… Ya se sabe. Cosas que vienen con otras modas y otros entretenimientos.


Lucas López –Luquitas- desde la Voz de Álora hacía llorar con aquel ‘Maletilla’ que buscaba la gloria…y ciego iba a saltar hasta el anillo de la plaza; Antonio Molina se empeñaba en vender agua fresca, ‘tan fresca como la nieve’, y los primeros emigrantes cogían el correo camino de un sitio muy lejano  que se llamaba - y se llama - Alemania…¡Recuerdos!

1 comentario:

  1. Amigo Pepe, los recuerdos son parte de la vida, o con otra consideración, es la vida misma, creo que si no existiera, no existiría ni el presente.

    ResponderEliminar