23 de junio, viernes. Es
temprano. Salgo; me voy al campo. Hace un rato que las calles están puestas, o
sea, hay gente en la calle. Sube, baja, va, viene. La gente, a sus cosas. Jesús
repone las existencias de su frutería; Jesús se levanta de madrugada; se acerca
a Mercamálaga y llena el furgón. Luego, cuando la gente aún no ha despertado,
estacionado en su puerta, descarga la mercancía…
-
¿Sabe usted?, me dice cuando me devuelve el
saludo mañanero, hoy han intentado robarme. ¡Hay una mafia el mercado...!
-
Parece que es lo que toca, le respondo.
Sigo la marcha. Bajo los
escalones para llegar hasta la cochera (y me pregunto, ¿por qué garaje y no
cochera?). Sube un hombre mayor en sentido contrario. Nos hemos saludado
deseándonos un buen día.
-
Hoy promete, me ha dicho.
-
¡Promete!, el he contestado.
No conozco al hombre.
Generalmente, la gente mayor siempre saluda. De un tiempo a esta parte se están
perdiendo esas buenas costumbres. No deberían perderse. Con solo una palabra
repetida ‘promete’ nos hemos dado el parte meteorológico que anuncia la
llegada del verano. El cielo está limpio de nubes. Hoy, aquí soplará viento de
levante. A nosotros nos refresca. En los pueblos de la campiña sevillana, lo
llaman solano; allí, achicharra…
Al apuntar el sol desde el otro
lado de Lagares la luz ya se había adueñado de todo. La luminosidad es tan
bella que uno siente por dentro la satisfacción de la llegada del nuevo día.
Al poner la radio del coche
aparece una ensarta de malas noticias. Una patera ha naufragado entre Marruecos
y Canarias. No han llegado al rescate. Contrasta con el despliegue para
recuperar a los descelebrados del Titán que buscaron la muerte en el sumergible
en aguas de Canadá ¿De verdad, a la patera no han podido llegar? A uno se le
encoge el alma. La radio habla de un
puñado de muertos, adultos y niños. Venían en busca de… ¿libertad? ¿huir del
miedo y de la miseria? A lo peor solo querían algo tan simple como comer.
La radio sigue con otras
noticias. Casi todas traen un tinte de negatividad. ¡Hay que ver cómo nos
podemos cargar un día tan bello con cosas tan horribles! Ha llegado el verano y
algunos piensan en mitigar eso que viene cada año que no falla nunca; a eso le
llaman calor, ¿y a lo de la patera qué nombre le ponemos?
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