18 de junio, domingo. Me
acerco al parque. Muchas veces, cuando puedo, naturalmente, me acerco al parque
y doy un paseo sin rumbo. No voy a ninguna parte, solo quiero cambiar un poco
de actividad; hay que estirar los músculos. (La mente, también). Muchas horas
sentado hace que duela la espalda, los hombros. No sé… Uno siente cosas que antes,
no sentía.
He llegado al parque en que las
sombras son rechonchas. El sol aún no está en el cenit; permite que por entre
las sombras, a veces, aparezcan manchones de luz sobre la alfombra verde de la
yerba. Hace un rato cesó el riego de los aspersores. La yerba está mojada; no
se puede andar por ella; los pies se ponen chorreando…
El parque es grande. Yo casi
siempre ando por los mismos lugares. Entre la yerba juegan las urracas. Las
urracas son esos pájaros que no cantan; las urracas emiten graznidos; las
urracas quieren que reparemos en ellas y parece que nos dicen que hace poco que
pasaron por la modista. Las urracas siempre van vestidas iguales con su traje
negro y sus plumas blancas.
La vida es una sucesión de
cosas. A veces, quiero creer que es la misma; no lo es. Cansancio,
aburrimiento… Uno, en ocasiones se siente abatido. Camino despacio. Pienso en
cosas, en mis cosas, en las que pudieron ser y nunca fueron. Han reverdecido
con la primavera los árboles: rojizos los prunos, rabiosamente verdes unos
árboles de los que desconozco su nombre. De verdad me gustaría conocerlo.
También me gustaría que ellos conozcan el mío. ¿Conocerán los arboles del
parque mi nombre?
Me siento en un banco. A estas
horas no hay nadie en el parque. Es
domingo; los niños no madrugan; la gente se ha ido a otra parte. Pasa por entre
los árboles un hombre; lleva un perro con una cadena. En un momento el hombre
se ha agachado y ha liberado al perro. El animal, libre, corre como alocado;
va, viene, se aleja, vuelve…
¿Qué es la libertad? ¿Será algo
tan simple como liberar a un pobre animal de una cadena? Ese perro por la
manera de comportarse debe pasar muchas horas en un piso. A lo peor, él es el
único que hace compañía al hombre que lo ha liberado de la cadena…
El parque a esas horas de media
mañana está precioso. El parque tiene el cuido de sus jardineros y la mano de
Dios que mueve la brisa…
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