viernes, 30 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Guadiana (2 de 5)
Río Guadiana por la Comarca de La Serena (Don Benito)
30 de junio, viernes. El río
se despide de Castilla-La Mancha, o sea, sale de Ciudad Real y se adentra en
tierras Badajoz. El río y el viajero dejan atrás tierras onduladas, sierras de
poca altura y un paisaje desierto de población. La vegetación de quejigos en
las laderas le dan un color propio y diferente.
En Piedrabuena, a media mañana,
tomó un café en la plaza junto a la iglesia; paseó por el pueblo. Recordó
aquella noche que volvieron, desde el campamento, a la verbena; El tocadiscos
reproducían a Tom Jones; cantaba Delilah… ¿Qué habrá sido de Licinio, de
Victoriana, de Emiliana…? Uno, con poco más de veinte años veía las cosas muy
diferentes.
Por Luciana y La Puebla de Don
Rodrigo el viajero encara, ahora, la tierra extremeña; atrás, Castilla-La
Mancha y el Campo de Calatrava y recuerdos de pasajes de la Historia donde la
vida era dura, muy dura.
El embalse del Cíjara tiene un
perímetro muy recortado. Es un mar azul en medio de la nada. En sus laderas se
dibujan filigranas y peñascos. Nidos de aves rupestres. Encajonado, le llega el
Guadarranque; viene de los Montes de Toledo. Dicen que nace en la sierra del
Hospital del Obispo. No sé. Nunca he estado en sus orígenes; de nombre viene
bien despachado.
Orellana la Vieja le presta
nombre a un embalse enorme. De allí, cruzó, en una ocasión el Zujar; buscaba
Cabeza de Buey y las tierras altas de Córdoba. A Guadiana – le quitaron el
apellido -; a Medellín no le han podido quitar la gloria de ser la tierra de
Hernán Cortés…
Pastan rebaños de ovejas. Estamos
aún en tierras de la Siberia extremeña. Ya solo el nombre viene lo
suficientemente claro como para no necesitar explicación; arranca la Serena.
Cuando pasó por allí aún no andaban a la greña la gente de Don Benito y
Villanueva por mor de la fusión y esas cosas.
Alguien tuvo la idea de darle
en estas tierras el lugar de nacimiento al Plan Badajoz.
-
¿Qué cultivan? Preguntó, porque, de alguna
manera había que comenzar la conversación…
-
Tomate de pera para la conserva y fruta de hueso
y maíz, mucho maíz…
-
¿Y para venderlos?
-
Ahí viene el problema, amigo…
Mérida es historia de Roma que
se quedó parada en el tiempo. Mérida recibe al río como una balsa de
tranquilidad y le ofrece un patrimonio excepcional. Mérida es en lugar para
quedarse sin prisas, sin teléfono, y sentado y ver cómo se acomoda la tarde en
las gradas del Teatro romano…
jueves, 29 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Guadiana (1 de 5)
Lagunas de Ruidera (Ciudad Real)
29 de junio, jueves. El
tren cruza veloz una tierra semiplana; no hay montañas de relieve. En la
lejanía, los montes de Toledo se dibujan bajo un cielo con nubes de tormentas.
La Sagra quedó atrás; ahora entramos en otra comarca; castillos desmochados;
pueblos, lejanos entre sí, esparcidos, a boleo en la llanura. Soledad.
Antes de llegar a Ciudad Real
un puente de hierro sobre un río seco.
-
Es el Guadiana, le digo a mi mujer, que viaja en
el asiento contiguo.
-
No lleva agua.
-
No. Por aquí nunca, bueno, para ser más exacto,
casi nunca. Los años de una pluviometría alta, algunas veces; otras, como éste
ni gota. Los acuíferos están más que explotados; esquilmados Hace más de
treinta años que ‘sus ojos no lloran’…
El Guadiana transita por tres
tierras hermanas en muchas cosas: La Mancha; Extremadura y Andalucía. Si me
apuran, como todos los niños traviesos, y los ríos, a veces, lo son, también
por Portugal. Sus aguas remansadas, han conseguido en el Alqueva el mayor
embalse de Europa. Es tan grande que hasta han conseguido un microclima.
Nace, es un decir, porque ni en
esto algunos se ponen de acuerdo, en las Lagunas de Ruidera… Un rosario de
nombres: Blanca, Conceja, Tomilla, Tinaja, de San Pedro, Redondilla, Lengua
Batanás y Salvadora…
-
¿Sabe, usted? – me dicen en Ruidera – cuando
Azorín viajó por aquí para escribir la Ruta de Don Quijote, mi abuelo lo
acompaño a las Cuevas de Montesinos y a muchos otros lugares del Campo de
Montiel.
Después de la presa de Peñarroya,
donde lo frenan, desaparece y es un derrame de venas y arterias que llevan el
agua por la comarca…
Se pierde el Guadiana. Alguien
dice que cuando sale por los “Ojos” ya es otro río. Los que saben de Geografía
dicen que no, que es el mismo que solo que por aquí es tan especial que se las
arregla así para jugar al escondite y esas cosas con que la naturaleza, en
ocasiones, sorprende.
Por Daimiel, las Lagunas según qué
tiempo canta su estiaje; en otros momentos la ausencia de gente hace que uno
admire la naturaleza en su soledad auténtica; patos y muchas aves acuáticas:
patos colorados, azulones, fochas… y otras de las que uno no sabe sus nombres.
Nadan de manera sigilosa bajo las aneas, masiegas y carrizos y los juncos; todo
es de esa quietud tan sobrecogedora que encoje por dentro.
miércoles, 28 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Málaga
Málaga. Calle Larios. Torre de la Catedral
29 de junio, miércoles. Dice el informativo matinal que en Valle del Guadalquivir tampoco han dormido la noche pasada; están achicharrados. Según no sé qué baremo andan en ‘alerta roja’. O sea, lo máximo del termómetro. Hablan también de dos muertes – dicen que agricultores – en Aznalcollar y en Ciudad Real. La muerte siempre es horrible.
La ola de calor, informan, es consecuencia de un viento que viene de África. No lo sé. Lo cierto es que hay lugares donde el aire azota la cara y, a ciertas horas no se puede pisar la calle.
Una brisa suave de levante hace que en la orilla del mar se minimice un poco esa sensación de agobio. El mar siempre refresca en verano o suaviza en invierno. El mar siempre está en su sito. La cuestión es desde sopla el viento.
La mañana de estío es larga. Calienta el sol. Zumban las moscas. A media mañana bajo a Málaga. Nos vamos a reencontrar unos amigos. Hay que hablar de algunas cosas. Deambulamos por la ciudad. Buscamos un sitio donde poder charlar un rato, a gusto, sin los agobios que ahora se imponen.
Lo encontramos después de dar algunas vueltas; ponemos el hato en casa de Santi, Correo Viejo, lo menos que se vende en calle, entre Santa María y Molina Lario. Nunca ha entrado – ni va entrar - el sol por ella. Es la Málaga de calles estrechas, lóbregas. Por cierto, en la casa de la esquina nació el marqués de Salamanca…
Después hemos bajado por calle Larios. Hay poco gente en la calle: el calor, la hora… No me he resistido a sacar la foto. Ella, la torre de la catedral se asoma a cualquier hora del día ahíta de belleza, de saber estar, de quien ocupa su sitio y no se lo discute nadie. Hay, de vez en cuando, opiniones para que se reemprenda la construcción de la otra torre.
Soy de
la opinión que está bien como está. Si tuviese las dos torres a lo mejor nadie
hablaría de ella. Y lo importante es que hablen de uno, aunque sea bien… Ya se
sabe. Ahora urge reparar la techumbre del templo. Se moja. ¡Y eso que no
llueve! Dicen que las obras cuestan una fortuna. Conservar estos edificios
monumentales conlleva eso. Hay discrepancias sobre quien paga las obras. Lo
tengo muy claro, estaos edificios solo tienen un propietario: el pueblo; sus
otros aparentes dueños son administradores temporales. Ellos pasan; el pueblo,
nunca.
martes, 27 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Auroras boreales
27 de junio, martes. Canadá está en América
del Norte; Canadá tiene parte de su territorio dentro del Círculo Polar Ártico;
sus tierras están bañadas por dos de los grandes océanos del Planeta Tierra, el
Atlántico por donde sale el sol y el Pacífico por donde se pone…
Canadá, decía el texto de SM de Geografía
Universal de Segundo, cuando don Emilio Mandly nos hizo amar el mundo en
aquellos años en que uno despertaba a la curiosidad, o sea a la vida, es casi
tan grande como toda Europa.
Es un territorio de enormes praderas, de
bosques interminables, de inviernos gélidos porque ningún accidente natural
frena los fríos que vienen del Polo. Está habitado por gente que tiene una
manera de pensar y de actuar muy distinta. Y si no me creen que se lo pregunten
a uno de Ottawa o de Vancouver…
Hace unos días han tenido unos incendios
descomunales. Uno ya no sabe si han sido muchos incendios en lugares muy
dispares o si ha sido uno solo con tantos focos que se parecía a los niños
cuando salen al recreo, que todos caben en un aula, pero luego, dispersos, les
falta patio.
Ha saltado la noticia en los periódicos. Por un
momento no nos han bombardeado con la política y nos han dicho que el humo de
los graves incendios de este mes de junio ha llegado a Galicia tras recorrer
miles de kilómetros en las capas altas de la atmósfera. Un hecho que se ha podido comprobar en el cielo
desde el pasado domingo, cuando comenzó a detectarse el humo.
He leído la noticia. Se me han venido cosas a la cabeza. Me he
acordado del chascarrillo. Es muy conocido, pero en estos tiempos de tanta
crispación - ¿no se han enterado que algunos en Ripoll no quieren que se coma
fuet para no ‘ofender’, como suena, a los de otra religión? – viene bien
esbozar una sonrisa.
Cuentan que desde el Ministerio del Interior cursaron un
telegrama al responsable de la seguridad en la provincia.
-
Se prevén auroras boreales, en su zona, informe
consecuencias.
-
Auroras boreales detectadas y sus secuaces, todos en la
cárcel. Contestó el de turno.
Inmediatamente desde el Ministerio le cursaron
el telegrama de recibo.
-
Cuando los Gobernadores Civiles detectan auroras boreales,
dimiten.
La pena, por lo de la dimisión, claro, es que
todo este remate solo sea un simple chascarrillo…
lunes, 26 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Rapaces nocturas.
26 de junio, lunes. La luna, en cuarto creciente; esa media luna que ha aparecido en cielo está escoltada, según contaba el hombre el tiempo, al mediodía en el telediario, por los Venus y Mercurio.
Un tropel sordo corrió de punta a punta por el palomar; llevaba prisa. Era la lechuza. Vino de cacería; estas aves cuando se lanzan sobre la presa utilizan el factor sorpresa. Debe estar criando en algún sitio; sus polluelos también, necesita sobrevivir. Me dicen que se han apurado los gatos que había por Los Llanos y, ahora, se las andan por los palomares.
Cuando yo era niño, en las noches frías y largas de invierno cantaba un autillo en las araucarias que orillaban la vía del tren. Parecía que espantaban a la luna y a mí me daban miedo aquellos aullidos monocordes y miméticos. El autillo buscaba su comida o llamaba a otros de su especie.
El búho, dicen que es el más inteligente de las rapaces nocturnas. Lo identifican con la sabiduría - a la lechuza, también - y sé de amigos que los coleccionan y tienen las estanterías de sus librerías pobladas de búhos de cerámica, claro. El búho no se junta con todo el mundo y es muy selectivo.
El mochuelo – tiene otra literatura - ve cómo llegan las primeras luces del alba desde los cables del tendido eléctrico. Juanito Rivas contaba de la apuesta entre un mochuelo y la golondrina a ver cuál de los dos llegaría más cerca del suelo sin rozarlo. Cuando vio lo que se le venía encima, contaba Juanito que exclamó: “la clase de mochuelazo que me voy a pegar yo con la leche de las apuestas”.
Estos días, me suelo levantar muy temprano; me voy al campo. Cada mañana hay uno, posado en los cables, en los alrededores del Cerro Pelao. Yo le doy los buenos días. Él no me contesta nunca. Solo me mira desde su lugar de privilegio y deja que yo siga mi marcha.
Cruzan los campos andaluces las
rapaces nocturnas. Don Antonio Machado vio volar desde Baeza a Sierra Mágina,
una lechuza, pero esas eran otras historias. Don Antonio contaba que venía a
beber en el velón de aceite de Santa María, en la catedral, y que san Cristobalón la quiso espantar y que la Virgen le dijo que no… ¿A que eso es
muy bonito? Es una lástima que algunas cosas tan bonitas no sean verdad…
domingo, 25 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Jazmines
A mi madre
25 de junio, domingo. Dicen
que es la flor del verano. No lo sé. Los que vivimos en los climas templados
del Sur sabemos que florecen desde primavera hasta muy bien avanzado el
otoño. Su perfume – el de la Dama de
noche, también – embriaga las noches veranos.
El jazmín es un arbusto; no
necesita muchos cuidados. Da más que recibe. Sus flores blancas son un espurreo
níveo que abre al anochecer y tiene una duración muy efímera. Los jazmines de
hoy ya no tendrán vida mañana y él solo se descombra y los deja caer y
alfombran el suelo.
Los jazmines, en ocasiones,
aparecen por encima de las tapias, de los caballetes de los corrales, en los
rincones más insospechados. Ponen una nota de diferencia con otras flores. Como
las cosas bellas, cuando más diminutos, más excelsos.
En mi casa siempre ha habido
jazmines. Mi madre los tenía (uno en el patio, en un arriate, y otro en un
bidón grande de latón, que no sé dónde se lo habría agenciado, pero que llenaba
media terraza). Mi madre las tardes de verano ensartaba en una horquilla del
pelo unos jazmines que aún no habían abierto y se lo ponía en el canalillo del
pecho. Cuando la noche avanzaba se abrían los jazmines y entonces mi madre olía
a jazmines y los jazmines, a madre. También solía ponerlos en un platito
pequeño con agua porque “así, decía, no vienen los mosquitos”.
En mi tierra, tenemos una
manera especial de lucir los jazmines. Es la biznaga. Sobre un tallo de nerdo
se colocan, uno a uno, los jazmines y entonces aparece algo distinto y distintivo
de Málaga y sus pueblos. El maestro Alcántara dijo que era “más que una flor y
menos que una estrella”. El maestro, una vez más, llevaba razón.
Málaga, la que ya tiene casi
tantas tabernas – ahora se visten de franquicias - como antes y algunas librerías más, tiene ese
algo que no lo hay en ningún otro sito. Ya se sabe, los malagueños somos así. En
Málaga, la ciudad portuaria, no huele a brea; cuando sopla el terral abraza
y se les da tres días de cuartelillo, y si no obedece y rompe la norma, y se
hace el remolón, entonces, ya no es aire que viene del noroeste y es mala leche; en Málaga, el biznaguero pincha las biznagas en
su penca de chumba y las calles se perfuman y, entonces, ¡ay! entonces…
sábado, 24 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Barrio de Gracia
24 de junio, sábado. El
distrito de Gracia se ubica al norte del
Eixample. Fue pueblo independiente de la ciudad de Barcelona hasta el siglo
XIX en que fue engullido por el desarrollo de la capital catalana. Estaba unido
con la Plaza de Cataluña por un camino de tierra que cruzaba “El Ensanche” y que
ahora se conoce como Paseo de Gracia, donde se asienta una zona de lujo y de
gran poder adquisitivo.
El distrito de Gracia ofrece
una gran muestra cultural y lúdica. Entre otros, la Casa Vicens, una de las
primeras obras del genial Gaudí, el Parque Güel o la naturaleza del Modernismo,
la Plaza de la Villa de Gracia, la plaza del Diamante, la Plaza de la Virreina,
la Plaza de la Revolución, la Plaza de la Libertad o el Viaducto de Vallcarca…
En opinión de muchos visitantes
es una de las zonas con más empaque y modernidad de la ciudad. Ofrece una
amplia gana de tiendas de diseños, cafés y bares. Lo que el posible comprador
busque casi con toda probabilidad lo va a encontrar allí. Dicen también que los
precios compiten con Kensington Palace de Gardens de Londres, con la Avenida de
los Campos Elíseos en París, la Quinta Avenida de Nueva York o Serrano en
Madrid.
Otras de las grandes ofertas
del Paseo de Gracia es su arquitectura. A lo largo del Paseo un gran número de
edificios, únicos por la genialidad de sus creadores o por la originalidad y
belleza forman parte no solo del patrimonio cultural de la ciudad de Barcelona
sino también de la Humanidad.
La Casa Batlló plasma toda la
originalidad y creatividad de Gaudí. Muchas de sus formas arquitectónicas y
ornamentales del edificio están inspiradas en su pasión por la naturaleza. Su
fachada, única, excepcional ya de por sí deja extasiados a los visitantes que
se acercan a ella. El interior sigue en la fantasía en la combinación de
colores…
La “Pedrera” o casa Milá fue un
encargo de Pere Milà, empresario barcelonés que soñaba con un vivienda de
diseño innovador. “La Pedrera” dentro, también de la etapa naturalista, destaca
por su ruptura con la arquitectura tradicional y por el simbolismo religioso.
La casa Amatller fue construida
por Josep Puig i Cadafalch dentro de un estilo gótico catalán, con
reminiscencia de los Países Bajos. La casa Lleó Morera obra de Lluis Domèch i
Muntaner, está considerada como una de las mejores obras de la arquitectura
modernista…
viernes, 23 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Calor
23 de junio, viernes. Es
temprano. Salgo; me voy al campo. Hace un rato que las calles están puestas, o
sea, hay gente en la calle. Sube, baja, va, viene. La gente, a sus cosas. Jesús
repone las existencias de su frutería; Jesús se levanta de madrugada; se acerca
a Mercamálaga y llena el furgón. Luego, cuando la gente aún no ha despertado,
estacionado en su puerta, descarga la mercancía…
-
¿Sabe usted?, me dice cuando me devuelve el
saludo mañanero, hoy han intentado robarme. ¡Hay una mafia el mercado...!
-
Parece que es lo que toca, le respondo.
Sigo la marcha. Bajo los
escalones para llegar hasta la cochera (y me pregunto, ¿por qué garaje y no
cochera?). Sube un hombre mayor en sentido contrario. Nos hemos saludado
deseándonos un buen día.
-
Hoy promete, me ha dicho.
-
¡Promete!, el he contestado.
No conozco al hombre.
Generalmente, la gente mayor siempre saluda. De un tiempo a esta parte se están
perdiendo esas buenas costumbres. No deberían perderse. Con solo una palabra
repetida ‘promete’ nos hemos dado el parte meteorológico que anuncia la
llegada del verano. El cielo está limpio de nubes. Hoy, aquí soplará viento de
levante. A nosotros nos refresca. En los pueblos de la campiña sevillana, lo
llaman solano; allí, achicharra…
Al apuntar el sol desde el otro
lado de Lagares la luz ya se había adueñado de todo. La luminosidad es tan
bella que uno siente por dentro la satisfacción de la llegada del nuevo día.
Al poner la radio del coche
aparece una ensarta de malas noticias. Una patera ha naufragado entre Marruecos
y Canarias. No han llegado al rescate. Contrasta con el despliegue para
recuperar a los descelebrados del Titán que buscaron la muerte en el sumergible
en aguas de Canadá ¿De verdad, a la patera no han podido llegar? A uno se le
encoge el alma. La radio habla de un
puñado de muertos, adultos y niños. Venían en busca de… ¿libertad? ¿huir del
miedo y de la miseria? A lo peor solo querían algo tan simple como comer.
La radio sigue con otras
noticias. Casi todas traen un tinte de negatividad. ¡Hay que ver cómo nos
podemos cargar un día tan bello con cosas tan horribles! Ha llegado el verano y
algunos piensan en mitigar eso que viene cada año que no falla nunca; a eso le
llaman calor, ¿y a lo de la patera qué nombre le ponemos?
jueves, 22 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Titiritero
22 de junio, jueves. Los
húngaros llegaban sin avisar. No sabíamos de dónde venían ni hacia dónde
iban. Su paso, fugaz; no tanto como las estrellas, o sea los meteoritos que
cruzaban las noches de verano. Eran cómicos ambulantes. Se ganaban la vida con
un espectáculo en la calle.
Una trompeta convocaba al
público; hacían un cerco. En medio, un trípode, con unos escalones para llegar
a los más altos… Una cabra famélica, extraña, de pelo largo y diferente a las
cabras que había en mi pueblo, amaestrada, se movía al son de la música que
salía de la trompeta…
Cuando acababa la función, la
húngara, casi siempre una mujer de mediana edad con ropa andrajosa y larga,
de colorines raros y extravagantes y un turbante en la cabeza pasaba un
platillo demandado unas posibles monedas. Al rato se escuchaba la trompeta en
la lejanía del pueblo; en otra esquina; ante otro público.
Hace unos días se nos ha ido
Mari Carmen. Esta señora hacía hablar a sus muñecos. Esta señora consiguió que
muchos españoles esbozaran una sonrisa. Mari Carmen no actuaba en la calle. La
televisión, las salas de fiestas…
Joan Manuel Serrat, hizo una canción con un
mensaje enorme: “Titiritero”. Nos contó
otra cosa. Nos dijo: “Es de aquella
raza / que de plaza en / nos canta su pena”. También lanzó un mensaje de gratitud para ellos.
He leído una noticia
preocupante. El protagonista, un hombre joven, dice el periódico que tiene
treinta años; pelo fuerte, ojos negros y grandes, cara expresiva. Dice que se
busca la vida como titiritero. Se desplaza con una furgoneta en la que actúa
cuando hay lugares donde no le permiten el espectáculo al aire libre. Cruza
España como la cruza el viento….
El hombre – no ha querido
revelar el nombre del lugar – lo ha pasado mal. Un grupo de niños ha
vilipendiado a sus títeres. Les ha faltado al respeto. En el fondo ha sido a él
que es quien da animación a los muñecos. El hecho es serio, feo, grave…
Hay algo peor, según cuenta el
hombre, ningún padre ha reprochado ni corregido a esos niños carentes de
civismo. El hombre se ha preguntado en voz alta sobre la sociedad que estamos
criando, alimentando y a la que damos toda clase de dádivas. El hombre se ha cuestionado
algo que también podemos hacerlo nosotros ¿a dónde vamos? El hombre se llama Mario Enzo.
miércoles, 21 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Estar
21 de junio, miércoles. Leo a vuelapluma
en un obituario sobre Quintanilla. “En un paseo por el Retiro con Julián
Marías, Ortega le comentó en confidencia: «Desengáñese, Marías, el verdadero
problema de España es que nadie está donde tiene que estar».
Nos bombardean de manera inmisericorde para que
le demos el boleto y puedan ocupar el sillón. ¿Tanto importamos nosotros? ¡Qué
pregunta! La respuesta me parece, clarísima.
En una ocasión asistíamos a la inauguración de
una exposición de Jaime Rittwagen en la galería Benedito (Calle Niño de Guevara,
esquina con Granada, Málaga). Asistentes con ganas de notoriedad atosigaban al
maestro Alcántara con preguntas insolentes, inapropiadas, insoportables.
-
Sácame de aquí, me dijo.
Lentamente comencé a andar. Él se pegó a mi
espalda. Casi arrastrando los pies; aparentábamos quietud; llegamos a la
puerta. Una vez alcanzada ‘la libertad’ me llevó al “Pimpi”. En la barra,
pidió el gin-tonic de precepto. Me miró a los ojos. Cuando el maestro quería
decir algo que rompía moldes miraba a los ojos como solo él miraba.
-
“Acuérdate bien de lo que voy a decirte. Somos la última
generación que a este país lo llamamos España; somos la última generación que
comemos, a partir de ahora, nos alimentaremos; tengo mis dudas que ‘al niño
grande’ lo dejen reinar”.
El maestro me habló de más cosas. Estar a su
vera era algo que uno tenía como un privilegio y si además estaba como aquella
noche, entonces, uno lo imprime sin tinta ni papel y lo recuerda siempre.
Todo está convulso. Si se abre un periódico
viene tergiversado; entresaca aquello que conviene a sus intereses (en algunos
sitios lo llaman ideología). Modestamente pienso que la objetividad no está en
contraposición con lo que se piensa.
No sé ahora cuando arrecien las calores – que
como los fríos de enero, están por venir – si la gente va dejar crecer, o al
menos, que aparezca eso que llaman ‘cordura’. Tengo, como el maestro para el
futuro del reinado del ‘niño grande’, serias dudas.
He optado por no ver la televisión. Ahí la
oferta es menos diversa que en la prensa escrita; la objetividad, casi la misma;
o sea, casi nula.
¿Será que el problema es que hay gente que no
está en su sitio? Mira, ¿que si algunos (se le puede poner la ‘a’ de algunas,
no pasa nada) lo que buscan es, precisamente, el sitio ese que todos intuimos
porque se sabe que se cobra con seguridad a final de mes?
martes, 20 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Guadalbullón
Río Guadalbullón entre Granada y Jaén, en La Frontera
20 de junio, martes. Granada
paladea los versos de Federico y ve irse el Genil “de la nieve al trigo”.
El Genil, por la vega fecunda entre
choperas y cultivos… En lontananza Loja, “rosa entre espinas”. El
viajero sigue camino. Pasa Granada; asciende la carretera; hace años dos
puertos infernales, sobre todo en invierno, el Zegrí y el Carretero; ahora, la
autovía moderna rompe moldes; casi los obvia; más al primero, que al segundo.
Casi al superar el límite
provincial entre Granada y Jaén, la carretera desciende si se va al norte; se
sube, si se viene en sentido contrario. Es vía de comunicación natural. El río,
el cauce del río, para ser más preciso, sirvió desde siempre de camino. Escinde
una muralla de rocas; los picos de
Sierra Mágina; en otro tiempo, lugar de peligros. La toponimia lo canta: La
Guardia de Jaén, la Cerradura, la Frontera…
Según qué tiempos en su suelo
se asentaron pueblos; luego, como en todo, momentos más duros y supervivencia
difícil. El hombre primitivo y Roma dejaron huellas indelebles; en la Guerra de
Granada tuvo su protagonismo; pasada la Guerra de la Independencia, allí – en
Campillo de Arenas – se enfrentaron las tropas del General Ballesteros contra
los Cien Mil hijos de San Luis…
El río es el curso natural por
el que entraron las comunicaciones y los hombres. El río hasta el Guadalquivir,
el que va de Cazorla a Sanlúcar y se enriquece y se engrosa con todas las
escorrentías que le llegan; luego, él las reparte en sus orillas. Una traducción
moderna de la Ley conmutativa parece decir: dame, para repartirlas yo… y así lo
hace.
El Guadalbullón, modesto,
aporta su contribución. En sus pequeñas, casi diminutas ensenadas, donde la
tierra lo permiten, han sembrado olivares que bajan de los montes a la orilla.
Desde la carretera se ven cómo bambolea el viento los pimpollos de enveses
plateados.
Es tierra quebrada, muy
quebrada; estrecha y tortuosa. La técnica ha construido túneles y puentes. Río
y capacidad de lucha del hombre se pulsean. El uno, abajo, caracolea, se esconde
bajo la vegetación de ribera. Deja que el viajero intuya que lleva agua; el
otro, impone su dominio y no hay nada que lo pare en su dirección. Donde se
puede, aparecen letreros en el borde de la autovía, que indican otros posibles
destinos: Carchelejo, Chárchel, la Guardia de Jaén, Arbuniel, Cambil,
Pegalajar… Gaudalbullón a mitad de camino entre la nieve y el mar de olivos.
lunes, 19 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tormenta de verano
19 de junio, lunes. Todo comenzó
con un ruido lejano. Pienso que puede ser un avión; no, no es un avión. Se va y
se viene. Es un ruido intermitente. Cada vez está más cercano. Son truenos.
Entre nubes (el cielo está entolado) una chispa eléctrica ha
recorrido un espacio. No sé si largo o corto. Todo ha sido rapidísimo. Visto y
no visto.
Arrecian los truenos. Recuerda los finales de feria de antes
cuando había mas ruido que fuegos de artificio. La traca final de feria era una
tormenta en miniatura; el presupuesto no daba para más.
Los días de tormenta los pájaros ‘se pierden’. Me pregunto dónde
se cobijan los pájaros los días de tormenta. ¿Duermen en las mismas ramas las
noches de tormenta? La naturaleza es un misterio constante.
No hay palomas en el alero del tejado. Han desaparecido los
gatos. Los gatos se las andarán por el pajar, por las cuadras… Las gallinas
buscaron el cobijo de las tejas del gallinero.
Cae al otro lado de la ventana una cortina de agua. La ventana
es el mejor mirador paro observar como evoluciona la tormenta. Han desaparecido
los claros azules del cielo; se ha entoldado de nubes del color del plomo; no
llegan a negra, pero casi.
Por momentos arrecia la lluvia; luego, afloja; vuelve a llover
con intensidad. La cortina de agua es una pequeña catarata sobre el caballete;
se forman charcos en el camino.
Parece que la tormenta se ha ramificado; hay varias tormentas.
Dudo si es la misma; estoy desconcertado. Ha sonado un trueno enorme. Da la
impresión de que los objetos materiales de dentro de la habitación han acusado
recibo del estruendo.
Las gotas de agua bajan agolpadas, en tropel; parecen niños que
han recobrado la libertad cuando salen al recreo. Todas corre del cielo a la
tierra…
En la lejanía todo parece más oscuro. Es media tarde y parece
que la noche ha pedido un anticipo; se lo han dado y ahora goza de él. Uno,
ante la fuerza de la naturaleza se ve acongojado, impotente…
Dicen que en las selvas tropicales llueve todas las tardes de
una manera parecida; nunca he visto cómo llueve en las selvas tropicales. Debe
se un espectáculo asombroso, aunque se sabe que pasa y vuelve al día siguiente.
Los árboles han abierto sus almas (yo también) y reciben la
lluvia que baja del cielo, aunque sea con vestiduras de tormenta…
domingo, 18 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La alfombra verde
18 de junio, domingo. Me
acerco al parque. Muchas veces, cuando puedo, naturalmente, me acerco al parque
y doy un paseo sin rumbo. No voy a ninguna parte, solo quiero cambiar un poco
de actividad; hay que estirar los músculos. (La mente, también). Muchas horas
sentado hace que duela la espalda, los hombros. No sé… Uno siente cosas que antes,
no sentía.
He llegado al parque en que las
sombras son rechonchas. El sol aún no está en el cenit; permite que por entre
las sombras, a veces, aparezcan manchones de luz sobre la alfombra verde de la
yerba. Hace un rato cesó el riego de los aspersores. La yerba está mojada; no
se puede andar por ella; los pies se ponen chorreando…
El parque es grande. Yo casi
siempre ando por los mismos lugares. Entre la yerba juegan las urracas. Las
urracas son esos pájaros que no cantan; las urracas emiten graznidos; las
urracas quieren que reparemos en ellas y parece que nos dicen que hace poco que
pasaron por la modista. Las urracas siempre van vestidas iguales con su traje
negro y sus plumas blancas.
La vida es una sucesión de
cosas. A veces, quiero creer que es la misma; no lo es. Cansancio,
aburrimiento… Uno, en ocasiones se siente abatido. Camino despacio. Pienso en
cosas, en mis cosas, en las que pudieron ser y nunca fueron. Han reverdecido
con la primavera los árboles: rojizos los prunos, rabiosamente verdes unos
árboles de los que desconozco su nombre. De verdad me gustaría conocerlo.
También me gustaría que ellos conozcan el mío. ¿Conocerán los arboles del
parque mi nombre?
Me siento en un banco. A estas
horas no hay nadie en el parque. Es
domingo; los niños no madrugan; la gente se ha ido a otra parte. Pasa por entre
los árboles un hombre; lleva un perro con una cadena. En un momento el hombre
se ha agachado y ha liberado al perro. El animal, libre, corre como alocado;
va, viene, se aleja, vuelve…
¿Qué es la libertad? ¿Será algo
tan simple como liberar a un pobre animal de una cadena? Ese perro por la
manera de comportarse debe pasar muchas horas en un piso. A lo peor, él es el
único que hace compañía al hombre que lo ha liberado de la cadena…
El parque a esas horas de media
mañana está precioso. El parque tiene el cuido de sus jardineros y la mano de
Dios que mueve la brisa…
sábado, 17 de junio de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Sorpresas
Calle Joaquín Costa, 'antes' y ¡después' (Madrid)
17 de junio,
sábado.
-
“Siempre, cada día, nos sorprende
con historias nuevas y distintas”, dice María.
-
“Sí, contesta, Antonia María, es una
suerte tenerlo diariamente”.
Regreso al caer la
tarde. He deambulado por la ciudad; he estado todo el día fuera. Una manera –
hay también otras, por supuesto - de llenar el día; uno tiene la obligación de
darle contenido. Alguien me enseñó, que la ociosidad es la madre de todos los
vicios. (Vicios tengo un montón. Se ve que a veces estoy ocioso).
Hacía mucho tiempo
que no pasaba por la calle Joaquín Costa. No exagero si quince, veinte años. Es una calle amplia, importante, con
personalidad y sello propio; acorde con el prócer que le da nombre. Arranca en
el Paseo de la Castellana; entrega los trastos, en la plaza de López de Hoyos,
a la de Francisco Silvela.
A Joaquín Costa,
hombre de semblante serio, lo vemos en los cuadros antiguos con una barba larga
y corbata de palomita. Aragonés del XIX, de Huesca, de Monzón; estudioso de
muchas cosas. Fue uno de los seguidores del krausismo y compañero de Giner de
los Ríos y, además, un hombre del regeneracionismo que luchó contra la España
de los caciques…
Su lema: “agua,
caminos y escuelas”. La España analfabeta de aquel tiempo no se parece en
nada a la de hoy. Se han conseguido “escuelas”, la de “caminos” era
diferente; hoy, autovías, autopistas, trenes de alta velocidad. Otro logro…
La España de “agua”
tiene mucho trecho por andar. Un plan hidrológico nacional con trasvases desde
donde sobre agua – ojo, sobre, no digo que se le rapiñe – se lleve a los
lugares donde se le pueda sacar provecho… Ahí, si se ve como está el patio, me
parece que no se va alcanzar en mucho tiempo, salvo que los españoles frutos de
“escuelas” (en toda la amplitud) y “caminos” nos den la lección…
Me ha sorprendido el
‘nuevo’ aire de la calle. Arbolada como muchas zonas de Madrid (con Berlín, la
capital europea con más árboles), aceras amplias y lo que me ha sorprendido más
gratamente: han suprimido el scalextric que salvaba López de Hoyos…
Quien escribe lo
hace con dos objetivos: el prurito del ego y que alguien lo lea. A Antonia
María la conozco muy poco. He hablado con ella, si digo unas cuantas veces, a
lo mejor, me excedo; a María, personalmente, no… Ellas me han sorprendido con
su comentario. Creo que es de gratitud sorprenderlas, a ambas dos, con estas
letras Gracias, amigas.