jueves, 16 de marzo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Juan de Mesa, la fuerza de la expresividad



            Cristo de la Buena Muerte. Juan de Mesa. Universidad de Sevilla.


16 de marzo, jueves. Era cordobés. Su vida (1583-1627) transcurrió en gran parte, en Sevilla, donde se casó en 1613 con María de Flores. En la colación de San Martín (está enterrado en su iglesia) estableció su taller, después del aprendizaje con Martínez Montañés. Murió, joven con solo 44 años, víctima de la tuberculosis.

Desconocemos su relación con el maestro. Se cree que entre ellos debió establecerse una camaradería afable y cercana entre el alumno que llegaba y maestro – el más grande del Barroco español – que enseña.

En aquel tiempo los imagineros se movían en un mundo de relación afectiva y admiración, al principio, entre ellos; luego, cuando volaban solos cada uno imponía su estilo. Se dice que la expresividad y naturalidad en Juan de Mesa eran de tal perfección que entroncaba con Montañez, aunque no llegó a superarlo “en perfección técnica ni en variedad de recursos”.

Algunos autores hablan de su posible paso por Granada – por donde también había estado, su maestro – en el taller de Pablo de Rojas, entonces máxima autoridad en la escuela granadina, si bien sus cristos difieren mucho de los cristos barrocos sevillanos No se descarta tampoco un tiempo junto a Francisco de Ocampo que a su vez había aprendido con su tío Andrés de Ocampo…

Se cree que fue a Sevilla porque era la ciudad más importante del momento, donde residían los artistas más sobresalientes. Mesa era también conocedor que allí estaba la puerta de salida para las Indias como potenciales clientes.

Juan de Mesa firma el contrato de aprendizaje con Montañés a los 23 años. La edad parece muy tardía ‘para aprender’. En aquel tiempo, lo normal era iniciar la formación desde la niñez y posteriormente desarrollar las cualidades innatas y las aprendidas. Se cree que cuando llegó a Sevilla en 1606 ya tenía una formación adquirida junto a su padre y a su abuelo que eran pintores.

Su primera obra documentada es de 1615, un San José con el Niño para la Fuentes de Andalucía. Su vida artística tan corta – solo 12 años - nos privó de la excelencias que pudieron haber venido si no muere tan pronto. No obstante, quedaron joyas que expusieron una enorme expresividad. Talló once Crucificados, dos Nazarenos, numerosos retablos y varias Vírgenes.

Entre los Crucificados, el Cristo de la Buena Muerte de la Universidad de Sevilla; entre los Nazarenos, el de La Rambla (Córdoba) y el Gran Poder de quien me dijo en una ocasión Pepe Rosas que era imposible sostenerle la mirada cara a cara…

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