21 de marzo, martes. Hoy, equinoccio
de primavera entre, otras cosas, celebramos, el Día Mundial de la Poesía? Alguien
dijo que habría que fijar un día en el que no celebramos nada. Eso es un imposible.
Siempre habrá algo que, por algún motivo, vendrá de una manera especial a
nuestras vidas.
He echado un vistazo a la obra
de poetas ‘amigos’. Ellos, se fueron, algunos hace muchísimos años; otros, no
tanto. Su obra le ha sobrevivido y uno, de vez en cuando, se refugia en sus
versos y siente ese alivio de alma que solo se consigue leyéndolos.
Gustavo Adolfo Bécquer tuvo una
vida con más quebrantos que alegrías. El reconocimiento – como a tantos otros –
le vino después de su muerte. Me quedo: “¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul? ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… ere tú…”
Doy un salto. Busco a otro andaluz
universal. Don Antonio, con el corazón hecho trizas, le escribió a José María
Amado, casado con una prima de Leonor, y le pide: “Con los primeros lirios /
y las primeras rosas de las huertas, / en una tarde azul, sube al Espino, al
alto Espino donde está su tierra…”
Asido de la mano del ‘otro’
Machado, don Manuel, entorno los ojos y sueño: “Todas las primaveras / tiene
Sevilla / una nueva tonada de seguidillas. / Nuevos claveles / y niñas que por mayo
/ se hacen mujeres”. ¿Se puede decir más bonito?
A Federico se lo llevó el odio
que anidaba en las almas impuras. El odio que barrió el campo yermo (y el otro)
en un estío de horror. Y nos dejó mucho y bueno y bonito: “Las manos de mi
cariño / te están bordando una capa / con agremán de alhelíes / y con esclavina
de agua”.
Juan Ramón enigmático y melancólico.
Juan Ramón descriptivo: “Se iba por los espejos la hora amarilla…/ frente al
balcón abierto, entre la madrugada, / tras la suave colina verdosa y soñolienta,
/ se ponía la luna, grande, triste, dorada…”
Concluyo el maestro. No hay
sirenas de barcos en el puerto; no se ha bajado aún de la palmera en el parque
la paloma de Picasso; siguen los delfines por los Baños del Carmen y… “A la
vera de un jazmín / voy a sembrar tu recuerdo: / es lo que queda de mí”.
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