viernes, 31 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora.Vísperas.
31 de marzo, Viernes de Dolores
.Tiene
colgado el pueblo gitanillas en los arriates de la calle, en los balcones de
forja, en el corazón que pide primavera. Hay vuelos de palomas que van temprano
al campo y se vuelven por la tarde cuando la noche se asoma por los cerros y
dicen las estrellas que ahora, precisamente ahora, les llega su momento.
Tiene el pueblo un no sé qué
que revolotea porque se toca con la yema de los dedos el Domingo de Ramos y hay
apuros de madres que tienen que echar abajo los dobladillos de las túnicas. Los
niños se nos va haciendo grandes, y nosotros sin darnos cuenta.
Tiene el pueblo colgaduras en
los balcones para recibir a Jesús sobre una borriquilla que dice que hay otro
Jerusalén, el nuestro. Ellas, madres de aquí con sus niños procesionándose.
Vestidos y zapatos nuevos, porque quien no estrena el Domingo de Ramos… Pues
eso.
Tiene el pueblo aires de
claveles reventones, rojos, morados, lilas. Vinieron de no sé donde para darle
colorido al trono del Huerto, ese que baja, entre dos luces del Calvario, del
nuestro, y se reencuentra un año más con su gente que espera en el Camino Nuevo
que se va haciendo viejo en el recuerdo.
Tiene el pueblo aires de una
primavera que trae en sus adentros calores de veranos y sudores viejos y
pajarillos que acuden a pasar la noche desde los trigos - ¡qué pena de trigos
espigados tan pronto, tan temprano, cuando aún no es su tiempo y tienen ya a
mano una muerte tan certera ! – a los árboles del parque, a los naranjos ahítos
de azahar y aroma, a esos árboles que le dan cobijo para que no tengan miedo.
Ningún miedo.
Tiene el pueblo, mi pueblo,
Álora, recostada en el faldas de El Hacho olor a Domingo de Ramos, a palmas
blancas que vinieron de lejos, de muy lejos y a tallos de olivos tiernos, y a
retamas y a mimosas vestidas de flores nuevas y a gayumbas y a rosas y a olor a incienso, a
romero, a vela y a cirio y a mantilla, y
a niña que pide cera y a tacones de zapatos negros, y a eso que, cada año,
renovamos y… que llamamos Fe, porque
Dios y su Madre, de muchas manera, se viene al encuentro con su gente, con su
pueblo, que es el mío, en cada esquina, en esos lugares únicos donde salimos a
su encuentro…
jueves, 30 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Toro en la palabra
30 de marzo, jueves. Era
esa hora en que el cielo se torna azulado, rosáceo, violeta. Era esa hora en
que se silencia el albero y se hace una de esas “tardes de Dios” donde todo
cambia porque el paisaje ya es “un estado de alma”. Era uno de esos momentos en
los que uno entorna los ojos y se dice para sus adentros, gracias Dios mío por
hacer hombres como estos y haberme permitido el gozarlo, era…
Eran tres peones de plata, no,
no, de platino; era ese lugar que es algo más que la magia, era un maestro,
solo, porque “en Andalucía para cantar una copla y matar un toro, se basta un
hombre solo”, ante el toro en la palabra. Era la magia vestida de chaqueta y
corbata. ¡Maestro tú con una corbata, pero se entiende, era el Salón de
Carteles, era la Real Maestranza! Sancta Sanctorum del toreo. No hay
billetes; Puerta del Príncipe; poso de recuerdos…
José Ribagorda (tres noches de
vela, confesó “me ha costado escribir el prólogo”) A mí, tres lecturas, para
saborearlo más, para sacar más néctar, para empaparme de lo viene después. Paco
Somoza, que con la filigrana y la esencia de la acuarela saca el deleite al
papel y el tándem empresa Pagés-Algaida que lo hacen posible y lo llevan al
libro.
El maestro Barbeito solo –
“llévatelo un poquito más allá”- en el ruedo lidia con la muleta de la palabra
a ese toro que come yerba cuando despunta el sol entre las encinas, que se echa
a sestear cuando en esta tierra nuestra dice que es él quien manda allí, que
sabe de lunas y escarchas y ventoleras y aguaceros (esos que ahora casi ni
recordamos por más que vivan en nuestros deseos)… Ese toro que llena de palabras
de magia nuestro diccionario: alguacilillo, maestro, montera, bravura, clarín,
miedo….
El maestro Barbeito, que es
quien se ha destapado como se destapaba Curro cuando lo imponía la magia
con esta obra suya, ni vieja ni nueva, ni de ayer ni de hoy, ni de la tarde ni
de la mañana. Una obra única, como únicamente es Barbeito cuando está en Gracia
de Dios y es Barbeito puro. Sublime.
Uno echa mano de la ensarta de
vocablos, pero no, ni puede, ni debe hacerlo. Solamente me quedo con lo que él
dice de la verónica de Cepeda. No la da, la crea. Barbeito timbre y voz, fe e
impulso, vida en El Toro en la palabra. Hermoso, bellísimo.
Disfrútenlo. Yo ya lo he hecho.
miércoles, 29 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ciruelos en flor
29 de marzo, miércoles. Están
preciosos. Tienen la Gracia de Dios en sus ramas y se han vestido de blanco, de
rosa, de fucsia, de ese color que no es morado ni malva ni violeta y que yo no
sé cómo se llama pero que desde lejos le da al campo una tonalidad diferente,
distinta, como sólo él sabe dársela.
Dicen que ya están los cerezos
del Jerte en flor. Ese es otro canta. Ese es uno de los espectáculos que uno debe
ver, al menos, una vez en su vida. Es algo así como asomarse al precipicio y
saber que si se da un paso al frente se ha acabado la tierra porque es el Cabo
Norte, pues algo parecido, pero en belleza natural. Pocas cosas hay más
asombrosas que ver las laderas que bajan del Piornal o Valcastilla hacia
Navaconcejo, Tornavacas, Cabezuela pespunteadas de blanco…
Ahora, por aquí por mi tierra
donde no tenemos cerezos, los ciruelos dicen que ellos son los hermanos más
pobres y que casi nadie los valora o los canta. Como todos los humildes tienen
su propia luz, en este caso, el de sus flores, que los hace especialmente
bellos, bellísimos.
Me acuerdo de una anécdota.
Manolo, fotógrafo amigo, me contó que una señora llevó a su niño a hacerle un
reportaje para el álbum de la Primera Comunión.
La señora vistió al niño de almirante, sus cordones dorados, hombreras
con tirabuzones, un librito, cerrado con una hebilla dorada, con las pastas de
nácar y unas palomas arrobadas que miraban a unos ángeles melosos… Lo sentó en
la silla preparada….
-
Espere, espere usted, le dijo, que no le he
puesto la colonia…
Las flores de los ciruelos
carecen el olor perfumado del azahar, pero le ganan en belleza porque son más
hermosas, más frondosas, más sensuales... No anidan los pájaros en las ramas de
los ciruelos porque ellos en su derroche de belleza lo echan todo a la flor y
dan al campo esas pinceladas únicas de color ahora que la primavera entra con
pie propio y deja que arrulle el cuco en la sierra y haya cantos de ruiseñores
al amanecer o de chamarines y jilgueros que anidaron en otros árboles. Están
los ciruelos en flor, y el campo – que lo está pasando mal, muy mal, por la
falta de agua – regala su belleza de cada día.
martes, 28 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Triana
Monumento a Juan Belmonte en Triana
28 de marzo, martes. Auténtico,
especial, sencillo, diferente, personal… Vino de muy niño de la Macarena y de
aquí salió Belmonte. O sea, aquel de quien se dice que respondió cuando le
espetaron: “Juan, estás es la cumbre, en lo más alto, para llegar a la gloria
solo te falta que te mate un toro” y respondió: “se hará lo que se pueda”.
Triana vive de cara al río. Hay quien afirma
que, en algunos sitios, se vive de espaldas al mar, al tren, al progreso, de
espaldas a… No, no, en Triana - “Atrayana,
más allá del río - se vive de cara al río. De hecho, su calle más importante se
llama la calle Betis, como los romanos llamaron al río que luego, los
árabes como lo vieron de aquella manera lo llamaron, río Grande, o sea
Guadalquivir, el que viene de Cazorla a Sanlúcar, por el que subían por sus
aguas los barcos veleros…
El barrio se remonta a Roma.
Las legiones pusieron allí su campamento. Los almohades, el primer puente del
que se tienen noticias. A un lado, Triana; al otro, Hispalis, o sea Sevilla.
Entre las dos, un puente rudimentario. Un brazo en cada orilla y arriba el
cielo por donde cada mes se pasea, de noche, la luna llena. Luego, anduvo el
tiempo, y en las cercanías de ese puente, el Puente de Triana, una noche de
agosto una puñada certera acabó con la vida de Juan Cruz Reyes, el Canario que había
creado el cante por “Malagueñas cuneras”.
Eran otros tiempos.
Los visigodos junto a la orilla
del río construyeron el Castillo de San Jorge y otros hombres un mercado y esa
manera tan especial que tiene los mercados para tomar el pulso a la vida, a la
esencia de sus gentes…
Triana, marinera. En el barrio
se formaron los mareantes que cruzaban la mar océano. Iban a otras tierras, a
otro mundo, ese en el que dicen que un poco más allá, solo un poco más allá,
está el Dorado y a donde nunca llegamos porque nos quedamos solo, solo un poco
antes….
Triana alfarera, de las cavas, con
su ‘catedral en Santa Ana’. Triana del Cachorro y la Esperanza, San Gonzalo, y
la Estrella, a la que alguien cantó: “Se ha dicho en el banco azul / que
España ya no es cristiana / aunque sea republicana a quien manda eres tú /
Estrella de la mañana…”. Triana de ensueño, Triana de Marifé, Triana de
Rodrigo que en vez de: “Tierra a la vista”, pudo haber dicho: Y, allí, a
lo lejos: Triana…
.
lunes, 27 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Deleite
27 de marzo, lunes. Están
los templos en penumbras y no hay flores -tiempo de Pasión obliga – en los altares.
Están a rebosar las Casas de Hermandades y tiene semiabiertas las puertas por
las que hace unos días entraron cajas con cirios – “niño aguanta la vela que la
procesión es larga” y se han desempolvado enseres. Se le saca brillo, mucho
brillo a la alpaca para que parezca plata y están a pedir de mal de ojos los
varales de los tronos… Está todo, bueno, casi todo…
Hace unas cuantas noches Antonio
Javier Trujillo nos leyó el atlas de su vida. Todo comenzó de niño, de muy niño,
tan niño que una tarde, cuando lo llevaban de la mano, alguien le preguntó:
-
“Niño, ¿y esa corbata negra?
-
Es luto por mi abuela Javiera…
Antonio Javier con palabra
certera, precisa, oportuna comenzó a evocar nombres que no por ausentes han
perdido presencia en el recuerdo. A esas personas les puso su momento y su
esquina, su lugar y aportación. Gracia a ellos hoy somos los que estamos…
El niño que se nos ha hecho hombre
sin que casi nos demos cuenta, las otras noches desgranó como se desgrana los
sentimientos, con un ¡ay¡ que se entrecorta en la garganta, casi todo lo que él
ha vivido que es algo más que mucho, muchísimo, y nos lo contó con esa palabra
sorprendemte de quien tiene muchos caminos andados a pesar de tener al juventud
a pedir de mano.
Hizo una introducción antológica.
¡Qué maravilla de conversación entre su pueblo, que se quedaba y él que se iba!
Lo primero, cierto. Lo segundo, no. Nunca se fue del todo. Siempre como aquella
letra de zorcico (por cierto, “Pamplona, qué ciudad”) ambicionó volver y lo ha
hecho por esa puerta grande que se abre en contadas ocasiones, en los momentos
especiales como ese que evoca al maestro Alcántara “cuando está que arde el
atardecer…”
La religiosidad cuando no se
vive es impostura. Antonio Javier buscó los momentos únicos. Supimos que en San
Juan “ahora, no huele a nada” y de la corana de espinas que lleva la Virgen de
la Animas o de la Soledad o de la Piedad o de ese Jesús que baja de la Torres,
del Calvario, o que casi roza con sus dedos las paredes o va sobre un catafalco
– donde él toca el tambor - o entra en ‘otra’ Jerusalén, o se reencuentra con su
Madre, Dolores, una mañana de Despedía…
A todo eso, él lo llamó Pregón
de Semana Santa; algunos de nosotros, deleite.
domingo, 26 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El templo de la Encarnación recupera su capilla Sacramental
Capilla Sacramental del Templo de la Encarnación. Álora.. (F. Marilina Cruzado Gutiérrez)
26 de marzo, domingo. En un
acto solemne, encuadrado en la celebración de la Encarnación del Verbo Divino,
titular del templo, se ha recuperado la capilla Sacramental, realizada a
finales de los años veinte del siglo pasado y donde se entronizó el Corazón de
Jesús de enorme devoción en aquellos años en España. Era entonces obispo de
Málaga, don Manuel González.
El templo de la Encarnación se
construyó, en sustitución del primitivo erigido en el castillo de Las Torres,
durante todo el siglo XVII, 1600-1699. Se concluyó siendo obispo de Málaga
Bartolomé Espejo Cisneros y Rey de España Carlos II. Es de estilo manierista y
se atribuye a Pedro Días Palacios.
La capilla del Sagrado Corazón
de Jesús, capilla Sacramental, se erigió (bebo en la fuente de Felipe García, La
Encarnación de Álora, siglo XVII) con bienes de María Castillo Márquez,
fallecida en el 20 de marzo de 1903, encargando a su hermana Isabel la
construcción de la capilla que tampoco pudo realizarla y sí su hermana Ana. En
1921 Manuel Domínguez, párroco entonces, barajó varios proyectos y recibió una
donación de 50.000 mil pesetas, de las que 35.000 se destinan a la adquisición
de la talla.
La elección del sitio llevó sus
controversias. Se adopta instalarla en el espacio entre los altares del Señor
de la Columna y el de la Virgen del Rosario. La dirección de obras la llevó el
capitán de la Guardia Civil Antonio Lafuente González – el mismo que hizo el
Ayuntamiento inspirado en la portada en la fachada de la Puerta del Sol, de
Madrid- quien donó 1.500 pesetas destinadas a la construcción del tejado.
La talla (destruida
posteriormente como tantas otras) era de Francisco Font. Jerónimo Rodríguez
pintó las alegorías de la pasión y otras pinturas que rodean las paredes y el
maestro Manuel Cortés los herrajes de la verja y la baranda. Cobró 1.500’18 pesetas.
La carpintería, de Luis Sevilla, de Málaga que trabajó nueve semanas, Andrés
Bravo, Juan Pérez, Francisco José Pérez. En total, 38.871 pesetas con un
déficit de 5.371 pesetas.
Pasado los sucesos de 1936-39
se reconstruyó y durante muchos años fue Capilla Sacramentan y donde se celebró
el jubileo de la Porciúncula, después quedó obviada al trasladar el Santísimo
al Altar Mayor. El actual párroco, Felipe Gallego Casco acaba de recuperarla.
Se han instalado dos ángeles, lámparas y reformas en los mármoles y donde
recibirá adoración el Santísimo Sacramento.
sábado, 25 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Renovables sí, pero no así
25 de marzo, sábado. No era
Fuenteovejuna, ni había por medio la muerte de ningún Corregidor. Solo se
evidenciaba el reproche de una colectividad que se ve afectada por la
arbitrariedad de algunas decisiones que
no se entiendes ni se comparten. Piden que se hagan las cosas de otra manera.
El progreso es – debe ser
imparable – y ante eso no hay nada que objetar. Cuando se entiende por progreso
el beneficio de unos contra la razón de otros, entonces la cosa ya tiene otra matiz y hay que llegar hasta el fondo del meollo.
Desde hace unos años una
multinacional – según se informó a los asistentes, austriaca, con fondos de
lugares tan lejanos como Corea y con lavado de cara en Estepona – pretende
ubicar dos plantas solares en lugares muy emblemáticos sin respeto al paisaje,
al medio y al beneficio de la colectividad. Implantan la ley del más fuerte,
usan la mentira para expropiar y avasallar, y atropellan… La cosa entonces
cambia de color.
Era mediodía. Hacía calor.
Calor del fuerte, de ese calor de verano del que esta primavera se ha
apropiado. Un grupo de vecinos de las zonas de Álora, Coín, Casarabonela,
Cártama y otros puntos del Valle del Guadalhorce se concentraron en la plaza de
la Fuentarriba. Protestaban bajo el lema: renovables sí, pero no así. Algunos
componentes de la plataforma informaron de cómo están los recursos presentados,
de cómo van las cosas – dicen que las de palacio van despacio – aquí como se
trata de asuntos de engrosar bolsillos corre el temor de que puedan ir más
rápido y con más astucia de lo que algunos creen. Eso es solo una mosca
personal.
Lo cierto es que el atropello
puede significar el destrozo de un paisaje idílico, bellísimo en algunos
aspectos al que se dañaría sin remisión y del que se privaría, bajo el falso
pelo de un progreso mal entendido, no solo a la generación actual sino algo más
grave aún, a los que vendrán después. Fuenteovejuna consiguió luchar contra la
injusticia. Ahora, no sé, no sé. Por supuesto que el progreso limpio es el
deseado por todos, pero no de cualquier manera y esta situación deja un tufillo
que no huele precisamente bien. Renovables sí, pero así, no.
viernes, 24 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gracias, maestros.
Abel Moreno con la directora y componentes de la Banda Municipal de Música de Álora.
24 de marzo, viernes. Está
calentita. Como pan de pueblo que sale del horno caldeado con retama y aulagas,
con leña de coscojas y arbulinas. Está que huele a gloria bendita. Se
estrenó en el Falla de Cádiz hace unos días. Marcha “Mi Andalucía. Mosaico andaluz”.
Su autor, Abel Mereno.
Explicó el maestro que como
ocurrió cuando compuso “La Madrugá”, ahora se ha inspirado en momentos
musicales que definen e identifican a cada una de las provincias andaluzas ¿El
orden? El que pide la composición. Como representación de la provincia de Málaga,
se ha descolgado con el Fandango de Álora.
Si, maestro, “Álora tiene tres
calles / que no las tiene Madrid,/ calle Ancha y el Barranco / y la calle del
Carril…” Y una Virgen, ya ves “para patrona bendita/ la de mi pueblo señores,/ es morena y chiquitita/
se llama Virgen de Flores,/ y es pa mí (y para muchos) la más
bonita” y vino de ahí de tu tierra, que es casi nuestra. ¿No somos acaso hermanos
los hijos de la misma Madre?
Al maestro Abel Moreno lo
conocí hace muchos años de la mano de Fermín Adame, ese cónsul “Amoris causa”
que Álora tiene en Encinasola. Entonces me regaló y dedicó con unas palabras autógrafas
la partitura de su “Virgen de Flores” que había compuesto para la suya, la de
allí, la que está “a orillas de la Ribera” la reina de los corazones que
ve irse el sol, cada tarde, por el otro lado del Múrtiga camino de América.
Pasado el tiempo, Fermín, me
hizo una proposición “deshonesta”: consigue de Barbeito, me dijo, la letra de
una Salve para las dos Vírgenes de Flores, la de aquí y la de ahí, “yo consigo de
Abel, la música”. Y se consiguió “Que
en Encinasola / con nombre de Flores / eres Flor de Amores / Y de mi corazón. /
Y en su santuario, / Salve de un Rosario / Álora te guarda / en nido de Amor”.
Pasó el tiempo como pasan los
jazmines en las noches de verano y Fermín… “Abel, Álora no tiene un pasodoble
tuyo…” Se estreno en el entonces Teatro Cervantes, hoy Tomás Salas, la tarde
noche del 16 de junio de 2018. Después, Fermín ha hecho un montaje (qué palabra
más fea, ¿verdad?) con letra suya, fotografías de Marilina Gutiérrez, música de
Abel Moreno…
Y, ahora. esto “Mi Andalucía. Mosaico
andaluz”. Gracias, maestros, a ambos dos, por darnos tanto, por estar tan cerca,
aunque medien otras distancias…
jueves, 23 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Don Ramón, maestro siempre.
Facultad de Económicas de Málaga. Años 60
23 de marzo, jueves. Uno era
un muchacho imberbe, casi una flor de invernadero que se abría a los soles y a
los aires, a las lluvias que traía el tiempo, a los calores del verano y a los
fríos del invierno. Acudía cada mañana a las clases en el Ejido y entre cuatro
amigos formábamos un equipo en aquel nuevo plan de Magisterio.
Éramos cuatro: Maruja, Román,
Beatriz y el que suscribe. En aquel primer curso del Plan 1967 no teníamos
textos. Todo iba por apuntes. El nuevo Plan eliminaba al antiguo del 50 y
recogía que las primeras notas entraban directamente a la Carrera Docente sin
pasar por las sangrientas – porque se sudaban gotas de sangre por las frentes
de todos los que tenían que pasar por las dichosas oposiciones – El trabajo, ni
cuento.
Los cuatro tomábamos apuntes,
los poníamos en común, se mecanografiaban y a hincar codos. Aquel primer curso
fue una calle de la Amargura constante. En Segundo, ya había textos. El ritmo
del trabajo de los cuatro no decayó… Naturalmente vinieron los resultados.
El preámbulo ha sido largo. En
casi la mediación del curso, en Segundo, llegaba a la Facultad de Económicas de
Málaga que dependía de la Universidad de Granada (quedaba atrás aquel dicho
infame de alumnos de Málaga y La Laguna absténganse de opositar fuera de sus
provincias) un joven profesor. Un profesor con un prestigio enorme. ¡Viene
Tamames, nos dijo Pepe, hermano de Román que estudiaba Económicas!
Allí nos introdujo él – no sé
cómo, ni de qué manera – y tuve el honor de asistir a su conferencia inaugural.
Por el pelaje en la edad de los asistentes estudiantes de Peritos Industriales,
Magisterio y Económicas que era el
fuerte del cuerpo estudiantil de aquel tiempo en la Málaga de finales de los
sesenta y la edad de los ‘otros asistentes’ sabíamos que la proporción de
policías perfectamente camuflados era inmensamente superior.
Obviamente, no recuerdo nada de
lo que dijo el profesor. Después lo he seguido tanto como leer su obra, aunque
uno es de letras. Ahora, con la moción de censura (solo he seguido sus
intervenciones publicadas en You Tube ) he disfrutado más que mucho, ¡muchísimo!
Una cabeza tan privilegiada y de clarividencia tan arrolladora, una cortesía y
saber estar… ¡Y pensar que España se ha permitido el lujo de arrinconar,
ignorar y pasar como se dice ahora de personas de tan enorme valía…! Palabrita
del Niño Jesús. No tenemos perdón de Dios.
miércoles, 22 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Antonio Machín, el bolero imperecedero.
22 de marzo, miércoles. Esta mañana,
temprano, tuve que ir a hacer unas gestiones a Cártama. La mañana estaba luminosa,
preciosa. Abría el día pletórico de luz y vida. Revienta la primavera; el campo
pide agua pero se visten los árboles. La carretera, como cada día, a esas horas,
cargada. El eje del Guadalhorce reclama una actuación urgente. Se ve que tiene
que esperar a no se sabe cuándo…
Una de las pocas emisoras de
radio que programan música, en un momento, puso una canción de Antonio Machín:
“Somos”. Me quedé sorprendido. Pensé que igual se celebraba alguna conmemoración
en la vida de cantante cubano, “el más cubano de los españoles y el más español
de los cubanos”. No, al parecer no era por nada especial.
Antonio Machín hoy es un completo
desconocido, aunque sus boleros son imperecederos por sus mensajes, por su melodía,
por su dulzura… por todo. Las emisoras de radio (ahora se llaman de otra manera
y ya no son generalistas) según que especialidad: las informativas solo hablan
de política; las deportivas, del Madrid y del Barcelona y si me apuran del At. de
Madrid; las musicales, algunas canciones infumables.
Escuchar a Machín era, como si
en la vorágine de la carretera, apareciese de pronto un ángel negro, uno de
esos Angelitos negros que él reclamaba al pintor porque al cielo también
van los negritos buenos. Se me vinieron a la mente: Madrecita, Espérame en
el cielo, Dos gardenias, Mira que eres linda y sobre todo el Manisero,
con las maracas… ¡las maracas de Machín!
Machín tuvo una infancia dura.
Según él su familia “no era ni muy pobre ni muy rica”. Siempre luchó denodadamente
con una música que llegaba al alma. Me van a decir que eran otros tiempos. ¿Acaso
se desprecia el cabello de ángel porque es repostería de otro tiempo?
Vivió en medio mundo. En La Habana
llegó el éxito; en Nueva York, la consagración; en París y Suecia, el reconocimiento
internacional. En 1939 vino a España. Huía de la Guerra Mundial y se refugia en
Sevilla. Barcelona, aquella Barcelona de espectáculos y abierta, lo acoge.
Desde allí irradia su arte aunque él se casa y reside en Sevilla. Sevilla lo integra,
le erige un monumento le da su nombre a una calle, le arropa en la Cofradía de
los Negritos y le da la tierra que cubre
su cuerpo en el cementerio de San Fernando.
martes, 21 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Versos
21 de marzo, martes. Hoy, equinoccio
de primavera entre, otras cosas, celebramos, el Día Mundial de la Poesía? Alguien
dijo que habría que fijar un día en el que no celebramos nada. Eso es un imposible.
Siempre habrá algo que, por algún motivo, vendrá de una manera especial a
nuestras vidas.
He echado un vistazo a la obra
de poetas ‘amigos’. Ellos, se fueron, algunos hace muchísimos años; otros, no
tanto. Su obra le ha sobrevivido y uno, de vez en cuando, se refugia en sus
versos y siente ese alivio de alma que solo se consigue leyéndolos.
Gustavo Adolfo Bécquer tuvo una
vida con más quebrantos que alegrías. El reconocimiento – como a tantos otros –
le vino después de su muerte. Me quedo: “¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul? ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… ere tú…”
Doy un salto. Busco a otro andaluz
universal. Don Antonio, con el corazón hecho trizas, le escribió a José María
Amado, casado con una prima de Leonor, y le pide: “Con los primeros lirios /
y las primeras rosas de las huertas, / en una tarde azul, sube al Espino, al
alto Espino donde está su tierra…”
Asido de la mano del ‘otro’
Machado, don Manuel, entorno los ojos y sueño: “Todas las primaveras / tiene
Sevilla / una nueva tonada de seguidillas. / Nuevos claveles / y niñas que por mayo
/ se hacen mujeres”. ¿Se puede decir más bonito?
A Federico se lo llevó el odio
que anidaba en las almas impuras. El odio que barrió el campo yermo (y el otro)
en un estío de horror. Y nos dejó mucho y bueno y bonito: “Las manos de mi
cariño / te están bordando una capa / con agremán de alhelíes / y con esclavina
de agua”.
Juan Ramón enigmático y melancólico.
Juan Ramón descriptivo: “Se iba por los espejos la hora amarilla…/ frente al
balcón abierto, entre la madrugada, / tras la suave colina verdosa y soñolienta,
/ se ponía la luna, grande, triste, dorada…”
Concluyo el maestro. No hay
sirenas de barcos en el puerto; no se ha bajado aún de la palmera en el parque
la paloma de Picasso; siguen los delfines por los Baños del Carmen y… “A la
vera de un jazmín / voy a sembrar tu recuerdo: / es lo que queda de mí”.
lunes, 20 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Cristo de la Buena Muerte
20 de marzo, lunes. En
Málaga, esa ciudad que bebe de las brisas que vienen del mar y ha hecho de su
centro urbanístico algo así como el salón de nuestra casa, a muchas cosas les
cambiamos el nombre, pero todos en el fondo sabemos, que siendo lo mismo, es
otra cosa.
Al Cristo de la buena muerte,
ese al que el maestro Alcántara dice que “no se le piden cosas para el trayecto
sino para el final” se le conoce como el Cristo de Mena. Pedro de Mena Medrano,
granadino nacido en 1688 y muerto en Málaga sesenta años después, en calle
Afligidos frente al convento de Santa Ana del Císter donde habían profesado dos
hijas suyas…
Pedro de Mena, hijo del también
imaginero Alonso de Mena, aprendió con su padre con quien también aprendía Pedro
Roldan y luego compartió taller con Alonso Cano cuando volvió de Madrid después
de los turbios sucesos, como racionero de la catedral de Granada. En Málaga le
encargaron a Mena las Sillería del Coro de la Catedral….¡Casi nada dejó ahí!
Ante varias obras de Mena uno
no sabe cuál admirar más: La Magdalena Penitente (del Prado depositada
en el Museo Nacional de Valladolid); San Francisco de Asís de Toledo (el
de Antequera tiene ligeras variantes), o el Ecce Homo.
¿Y el Cristo de la Buena Muerte?
Verán. Lo talló en 1660, o sea en la madurez total. Era superior a los cristos
al uso y Mena le dio una impronta soberbia. Tan es así que era un Cristo tan diferente
a otros realizados por él que se le conocía como el “Cristo de Mena”.
En los aciagos acontecimientos del 11 y 12 de
mayo de 1931, lo quemaron. Solo recuperaron una pierna, y un pie calcinado. Francisco
Palma Burgos hizo una recreación. El pueblo llano lo siguió llamando el Cristo
de Mena. En esa oración sublime del maestro, dejó dicho que cuando “dio las
tres voces lo oyeron en Santo Domingo, en las tinieblas y en la Legión” y que
le pedimos “el último favor que puede hacernos ayudarnos a bien morir” porque
para eso no tenemos experiencia.
Dentro de unos días las calles,
nuestras calles serán calles de la Amargura que llevan a ese lugar llamado Gólgota
y por que transitaran Cristos y Dolorosas y habrá gente a pie de calle con un
no sabemos qué que se mueve por dentro. Hay quien, a eso, también, le llama Fe.
domingo, 19 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Júpiter y Venus ¿juntos?
19 de marzo, domingo. Hace unas
noches parecía que Júpiter y Venus se daban la mano. Por cuestión de espacio,
imposible. Distan más de 900 millones de kilómetros entre ellos, pero desde
aquí se ven cercanos. Casi se topan.
Hay quien, en su ensoñación, han
visto no solo un ovni, sino dos, lo que da aún más morbo a la cosa. Claro que
en cuestión de imaginar solo hay que ver las declaraciones de estos días de
algunos pollos y no de corral sino de los otros y uno puede pensar lo que
quiera.
Júpiter es el mayor de los
planetas, dicen que es una masa gaseosa. Después del sol, el mayor de todos. Su
brillo, en las noches despejadas, espectacular. Trescientas veces mayor que la
Tierra y tres más que Saturno. Le pusieron el nombre del mayor de los dioses de
la mitología griega, o sea Zeus.
Venus, es el segundo más
cercano al Sol. Su nombre en honor de la diosa romana del amor (Afrodita para
los griegos). A mí me gusta más conocerlo por Venus - ¿ustedes qué opinan? - y
se ve en las noches claras cuando el cielo comienza a cambiar de color. En las
noches de verano parece que tiene un brillo especial.
Desde la prehistoria todos los
pueblos han tenido una especial predilección por Venus. Se le identifica,
también, con la diosa de la belleza hasta el punto que sus apariciones –
atardecer y en el alba – lo ha hecho como uno de los planetas más cantados y
admirados. En la civilización babilónica, en la biblioteca de Asurbanipal,
muchos años anterior a Cristo, ya se encuentra documentación que hablaba de él.
La primera gran obra del Quattrocento
italiano, o lo que es lo mismo, la señal de comienzo de la nueva era que
conocemos como Renacimiento, es el Nacimiento de Venus del florentino
Sandro Botticcelii. Ahí, por primera vez, se pinta el desnudo sin tapujos y no
pintado por motivos religiosos.
Júpiter y Venus se alejarán en
nuestras miradas. La luna se situará en medio y aportará más brillo. Seguiremos
mirando las noches en el cielo y hago míos los versos del maestro Alcántara:
“El tiempo me traspasa. Nada espero. / La noche se ha dormido en el alero. / Fosforece
su antigua platería / la luna por el aire el verano, / si pudiera cogerla con
la mano / bien sabe Dios que no me movería”.
sábado, 18 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. San José, un santo distinto
San José. Pintura al fresco. Santuario de Flores (Álora)
18 de marzo, domingo. Estuvo
en primera fila. Ocupó un lugar de privilegio. Según el protocolo humano debía
ser el tercero en el orden: Jesús, María y él. Sin embargo, conocemos muy poco
de su vida y la mayoría de las veces aparece más como de soslayo. Vamos, un señor
del que se cuentan algunas cosas.
Los que más hablan son los apócrifos.
La Iglesia Católica no los admite como verídicos en contraposición con los Cuatro
Evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan que, aunque algunos hablaron muchos
años después, si estuvieron ellos o lo supieron de otros que vivieron los acontecimientos.
La iconografía lo representa
como un señor mayor, con barbas que porta una vara de gamón florecida y que su
profesión era la de artesano. Hay quien lo sube de categoría profesional y lo
llama ‘carpintero’.
La primera noticia la tenemos cuando un ángel,
en sueños, le dice que no tema tomar a María en su casa. Luego, que bajaron a
Belén a empadronarse. Vamos, que si al romano no le pasa por la cabeza saber
cuánta gente hay en su Imperio… Más tarde que los Magos vienen a ver al Niño al
que encuentran con él y con su madre. Después, otro ángel le dice que ponga
tierra de por medio porque Herodes anda con las ideas de un cable caído…
Pasa el tiempo y cuando el
muchacho tiene doce años les hace la faena de perderse entre una aglomeración
de gente que había ido a Jerusalén a celebrar la Pascua – y digo yo, que para
pascuas, la que les hizo cuando ambos
dos, se percataran que no estaba con el otro- pero bueno a lo que iba. La Madre
cuando lo ve le reprocha “tu padre y yo te andábamos buscando”.
Ya solo va a aparecer cuando alguien,
sorprendido ante Jesús, se pregunta “¿este no es el hijo del carpintero? Nada o
poco más que no sea apócrifo (que si viudo, que si tenía noventa años cuando se
desposa con una niña, que si ante sus ojos Jesús hacía palomitas de barro que
volaban y él, callaba…) Bueno, las fantasías sueltas.
No sabemos cuándo murió, ni por
supuesto de qué ni dónde, ni en qué lugar (¿?) lo tendrán colocado en eso que
llamamos ‘cielo’. Da igual. La Iglesia lo nombró Patrón Universal. Felicidades
a cuantos celebran su onomástica el 19 de marzo. ¡Que sea por muchos años!
viernes, 17 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Llama a la puerta.
17 de marzo, viernes. Ya
está aquí. Se ha echado a la calle sin avisar y con un silencio íntimo lo
invade todo con ese perfume que ella le da a los parques de los pueblos y de la
ciudades grandes – el Ayuntamiento de Sevilla es el mayor productor de naranjas
amargas de Andalucía –, de los pueblos de medio pelo (sería más cursi decir eso
de mediopensionistas, pero bueno ha salido así). ¡Qué pocos pueblos en nuestra tierra no tienen
un naranjo en algún rincón recóndito!
Ha llegado como viene todos los
años. Cumple su ciclo. Se asoma, amaga -abrió los primeros brotes florales
cuando la candelaria encaraba febrero, y luego, conforme avanzó el mes, dejaba
constacia discretamente, sin hacer ruido y casi sin pedir permiso.
Vino marzo que este año, por no
ser no es ni ventoso como lo vende refranero, y ella se adueñaba de todo. Se
asomó entre las ramas tupidas y cobijó los primeros nidos de chamarines y dejó
que anidasen los mirlos en los encuentros de sus troncos y los cobijó durante
la noche para cuando la brisa del alba llegase tuviesen su cobijo.
Abril, ese que asoma por los
alcores y por los sotos festoneado de ampolas… Allí, en la las lomas onduladas
con trigos y cebadas que claman por el agua que no los riega, que no quiere llegar,
que parece que ha perdido el camino y se las anda por no se sabe dónde. En los
sotos, con algarabía de pájaros al amanecer y sobre todos, los trinos del
ruiseñor. ¡Ay, amor….! Si miran al cielo, a lo mejor aún ven a Venus que se
resiste a irse, que quiere quedarse un ratito más, como los niños remolones que
no encuentran el momento de irse a la cama.
Se visten las veras de los
caminos de flores, florecillas silvestres diminutas de las que uno desconoce
sus nombres. Otras, las margaritas festonean con la benevolencia de su color -amarillos,
en el su corazón y pétalos blancos - prados y sembrados. ¿Margarita, me
quiere? Sí no, si no….. Cantaban las niñas en la rueda. Y me quedo sin saberlo.
Lugares que uno se lleva dentro y les da cobijo y los recuerda y siente esa
predilección por ellos porque le hizo saborear esos momentos únicos que solo se
consiguen cuando se asume que “el paisaje es un estado de alma”. Casi ya está
aquí la primavera….
jueves, 16 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Juan de Mesa, la fuerza de la expresividad
16 de marzo, jueves. Era
cordobés. Su vida (1583-1627) transcurrió en gran parte, en Sevilla, donde se
casó en 1613 con María de Flores. En la colación de San Martín (está enterrado
en su iglesia) estableció su taller, después del aprendizaje con Martínez
Montañés. Murió, joven con solo 44 años, víctima de la tuberculosis.
Desconocemos su relación con el
maestro. Se cree que entre ellos debió establecerse una camaradería afable y
cercana entre el alumno que llegaba y maestro – el más grande del Barroco
español – que enseña.
En aquel tiempo los imagineros
se movían en un mundo de relación afectiva y admiración, al principio, entre ellos;
luego, cuando volaban solos cada uno imponía su estilo. Se dice que la expresividad
y naturalidad en Juan de Mesa eran de tal perfección que entroncaba con
Montañez, aunque no llegó a superarlo “en perfección técnica ni en variedad de
recursos”.
Algunos autores hablan de su
posible paso por Granada – por donde también había estado, su maestro – en el taller
de Pablo de Rojas, entonces máxima autoridad en la escuela granadina, si bien
sus cristos difieren mucho de los cristos barrocos sevillanos No se descarta
tampoco un tiempo junto a Francisco de Ocampo que a su vez había aprendido con
su tío Andrés de Ocampo…
Se cree que fue a Sevilla
porque era la ciudad más importante del momento, donde residían los artistas
más sobresalientes. Mesa era también conocedor que allí estaba la puerta de
salida para las Indias como potenciales clientes.
Juan de Mesa firma el contrato de
aprendizaje con Montañés a los 23 años. La edad parece muy tardía ‘para
aprender’. En aquel tiempo, lo normal era iniciar la formación desde la niñez y
posteriormente desarrollar las cualidades innatas y las aprendidas. Se cree que
cuando llegó a Sevilla en 1606 ya tenía una formación adquirida junto a su
padre y a su abuelo que eran pintores.
Su primera obra documentada es
de 1615, un San José con el Niño para la Fuentes de Andalucía. Su vida artística
tan corta – solo 12 años - nos privó de la excelencias que pudieron haber
venido si no muere tan pronto. No obstante, quedaron joyas que expusieron una
enorme expresividad. Talló once Crucificados, dos Nazarenos, numerosos retablos
y varias Vírgenes.
Entre los Crucificados, el
Cristo de la Buena Muerte de la Universidad de Sevilla; entre los Nazarenos, el
de La Rambla (Córdoba) y el Gran Poder de quien me dijo en una ocasión Pepe
Rosas que era imposible sostenerle la mirada cara a cara…
miércoles, 15 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Faro en la noche
15 de marzo, miércoles. La han
bautizado con diferentes nombres. Ella lo soporta todo. Su única torre se
levanta en la oscuridad de la noche como un faro que irradia luz. Es eleva sobre la ciudad extendida sus pies la
ciudad. Sus destellos llegan lejos y se sobreponen al ahogamiento que le hacen
los edificios que la rodean.
Gerardo Diego le dijo: “Naciste
de la pura geometría, / blanca en la mente azul delineante, / y eres proyecto
siempre, alzado al instante, / espuma puesta en pie cuajada y fría…” Y en
frente, la mar lejana, azul la tarde poniente pespunteada de pañuelos en sus
olas y por donde se ven como vienen y se van por barcos con rebufo de espumas
blancas en su popa.
José A. Castillo dice de su torre
norte que es “esbeta y elegante…” Es, eso y algo más. Es la torre que tiene el
reloj. Antaño marcaba la hora de la ciudad y según cuáles las daba con una
manera diferente de solemnidad. ¿Hay algo más serio que las campanadas que dan
las catedrales en las horas infinitas y quietas de la madrugada?
Las campanas esas eran también la llamada para
otras cosas. Repique que anunciaba la salida de la procesión del Corpus Christi
las mañanas espléndidas de primavera. Las puertas de par en par, la brisa de la
mar que se adentraba y se enseñoreaba de sus rincones más recónditos… “como
estás mi Señor en la custodia que guarda cuanto queda de Amor y de Humildad”.
El órgano a pleno pulmón emitía las notas llenaba de musicalidad el reciento
enorme. El cabildo en formación iniciaba la marcha y la procesión… y las
campanas en un repique continuado, sin fin, sin termino…
Han tocado también estas
campanas que, ahora en mi transitar nocturno por calle Císter, las veo
enmudecidas, a rebato cuando había fuego en algún lejano de la ciudad o porque
el Guadalmedina venía desbordado, embravecido, devorando los barrios de sus
orillas y sembrando de lodo, muerte y dolor, El Perchel, la Trinidad, San Juan…
Me paro ante la magnificencia
hecha por los hombres en un acopio de tiempo, en una colección de días, años y
sueños a veces incompletos. Pienso para
mis adentros qué no habrán visto pasar a sus pies estas piedras centenarias,
ahora quietas, pasivas que han ido configurando sin haber concluido aún la
magnificencia del templo.
martes, 14 de marzo de 2023
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El cantar de Liébana
Picos de Europa. Entorno de Santo Toribio. La Liébana (Cantabria)
14 de marzo, martes. Ha
escrito Perdis -Jose María Pérez González, Peridis – una novela
primorosa. El cantar de Liébana (Ed. Planeta 2023). Algo nuevo, pero tan
viejo como es exprimir el elixir del tiempo. Todo eso que fue y que luego,
formó parte de nosotros mismos.
A Perdis lo he conocido por sus
trabajos sobre el Románico Hasta una ruina puede ser una esperanza. Recuperación del Monasterio de Santa
María la Real de Aguilar de Campoo, o La Luz y el misterio de las
catedrales, o por sus series en Televisión o por sus viñetas en El País. Arquitecto,
dibujante, humorista finísimo…
Peridis es, además, liebaniego,
de Cabezón de Liébana, y trasplantado de niño a la montaña palentina. Él dice
con humor, que lo llevaron, porque su padre guarda forestal buscó en el
traslado una vida más confortable. Normal. Tenía una deuda, según él con su
tierra. La salda con creces en esta obra.
Apoyado en el Beato de Liébana,
monje que con su comentario al Apocalipsis en su beato, lucha contra la
herejía surgida en Toledo sobre el “Adopcionismo” donde se difunde que Cristo
no es Hijo de Dios, sino ‘adoptado’ en connivencia con la Religión del Libro, -
judíos, musulmanes y cristianos tiene en común el Antiguo Testamente - o sea la
musulmana que se expande desde el Califato de Córdoba.
Muestra Peridis su enorme
conocimiento del románico – San Andrés de Arroyo – del mundo medieval (monjes
que transitan entre monasterios del norte de España y Europa) obispos con
poder, (Arzobispado de Toledo o menos importantes como Burgo de Osma) y, por
encima de todos, Santo Toribio de Liébana.
El hilo conductor es una mujer,
Eulalia, viuda de un médico, al que ha dedicado su vida, sin hijos que comienza
a rehacer su vida. Se matricula en un curso de arte sobre los beatos y sus
influencias en la Universidad de Valladolid. Aparecen, también, una chica
joven, Tiqui, actual, desconocedora de muchas cosas; el arquitecto arribista que
busca la oportunidad de sobresalir; el profesor, Don Crisógeno, al que se le
enciende una luz, ¡!bendita luz!; el viejo cura de pueblo, de Potes, que ha
visto echarse y levantarse muchas nieblas…
La aparición de unas pinturas –
frescos – falsas que levantan la expectación. Entran Enrique Herreros, como
homenaje al sabio humor que vino desde la Codorniz, o el del propio Peridis. Un
libro, como La Liébana, como Santo Toribio o como su autor, excepcional.