Lo preguntó Miguel Hernández
cuando hablaba de los olivos de Jaén. No le respondieron. Bueno, años después,
en la Transición, Paco Ibáñez preguntaba, cantando los versos del poeta, casi
por lo mismo, o sea, ¿de quién eran los olivos’ y el público, al unísono, con sorna, decía que eran de un ministro
muy dicharachero del franquismo…
Ahora el canto es otro. Es el canto
de la rabia y la impotencia. El campo esta mañana en Almería se ha levantado.
El campo ha reventado porque ya no puede más con los abusos. Viene de todos los
puntos cardinales. De los que mandan, de los que quieren mandar, de los que
negocian con sus sudores…
Hace unos meses un amigo me
preguntaba qué solución le veía al campo. Le contesté como lo sentía. Ninguna.
Desde los Ministerios de Agricultura (o Consejerías autonómicas) de ahora, de ayer, de anteayer,
desde la Comunidad Europea…O no han tomado las medidas oportunas o al campo
las que han llegado ha sido otras.
Las naranjas de variedades
tempranas, en algunas zonas, se han pagado a 0’10 y a 0’12 céntimos de euro. La
mandarina entre 0’30 y 0’40…. Los olivareros no pueden tirar. Algo parecido
ocurre con los cereales. Se escapan un poco los tropicales y los cultivos de
primor.
En la ganadería no van mucho más
allá. Los ganaderos ahora tienen un obstáculo añadido. Les prohíben el pastoreo
extensivo en según qué zonas y les reducen las superficies. Solo hay que pasar
por algunas secciones de las grandes superficies y salta el asombro ante los
precios del pollo, el cerdo o el cordero.
Decían esta mañana que piensan ir
a las puertas del Ministerio en Madrid. Soy muy escéptico en los logros
finales. Siempre habrá un espabilado que saldrá con la gracieta: “los ricos
también lloran”. Yo lo he escuchado más de una vez. Lo que ocurre es que a
ningún chistosillo de esos lo he visto con los pies chorreando con el rocío del
invierno ni empapado de sudor en el infierno del verano…
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