lunes, 13 de enero de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Arriate







Si a la salida de la Cueva del Becerro giras a la derecha, entonces, te encaminas a Alcalá del Valle y Setenil. Has cambiado, otra vez, de provincia. Ya sabes, lo de las tonterías de ponerle puertas al campo.

Tú, como que no, sigue camino hacia Ronda. Cambia el paisaje. Encinares, coscojas; caliza en estado puro. Sierras…. Siempre que paso por allí siento algo especial. Sé que llego a tierra diferente.

Justo casi en las mismas puertas de Ronda, vete para Arriate – hay un atajo, frente a la gasolinera, junto a la finca de Antonio Ordóñez, El Abogado, donde reposan las cenizas de Orson Welles…, pero es complicado. Llegas a campo llano. Corre el río Ventilla que, cuando se une con otros arroyos, forman el Guadalcobacín.

Aunque ves Ronda asomarse en la lejanía, siéntate bajo algún sauce a no hacer nada. A ver correr el agua, a dejar pasar el tiempo. Comprenderás porqué los árabes la llamaron Arriadh, o sea ‘los vergeles’.

Cerca está la Cimada. Ahora la promocionan con ofertas de eso que llaman ‘turismo rural’. Una manera de conocer el campo. Claro que para eso hay que ir con los ojos muy bien abiertos. Ya sabes, el campo es el campo…

Una de las veces que anduve por allí asistí a la lectura del Cuento de Navidad, El Día que Jesús no quería nacer. El lector, el autor de la obra, o sea Barbeito; la otra, - ¡fíjate qué cosas, al Pregón de Semana Santa… ¿El autor? Salvador Pendón. Lo mejor que he escuchado - ¡y han sido algunos! – original, actual, didáctico, directo. De esos que hacen pensar. ¿El lugar? En San Juan de Letrán – su principal monumento – la parroquia del pueblo.

De Arriate, su pan; los chorizos en manteca – y toda la chacina – los cantos de Auroros en las mañanas de otoño, y lo principal: su gente. Jorge Segura me acogió con la generosidad que solo sabe hacer la gente que es excepcional. Profundiza, si tienes ocasión en la obra de  Antonio Márquez. Merece la pena.

Cuando te parezca bien, súbete hasta Ronda. No hagas caso si te dicen que llegas antes andando que con el tren. Viene del tiempo del estraperlo para evitar la fiscalización del fielato. Aprovechaban que el tren daba una curva grande para salvar la diferencia del llano a la altura y cortaban campo a través...






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