De ella se dice que "era
bellísima y muy rubia, a los reyes moros les gustaban las mujeres rubias y de
piel blanca. El rey Muley Hacén se enamoró de ella, y se la compró a la sultana
Aixa, su anterior favorita y madre de Boabdil. Mejor si Zoraida se enamoró de
él, porque no tenía otra opción que acudir a su lecho cuando la llamara y
satisfacerle".
La vida en el harén no debía
ser fácil. Muchas mujeres rodeadas de eunucos y un solo hombre. Entre ellas guerra
a muerte por conseguir el favor del sultán.
Isabel de Solís era hija del
alcaide del castillo de la Higuera de Martos
y comendador de Martos, Sancho Jiménez de Solís. Vivió en la segunda
mitad del siglo XV.
Hecha cautiva en una de las
incursiones desde tierras nazaríes en las posesiones cristianas, fue llevada a
la Alhambra donde entró como esclava de la sultana Aixa quien posteriormente se
la vendió a su marido el sultán Muley Hacen.
Tomó el nombre de Zoraida o
Soraya (Lucero de la mañana) al convertirse al islam. El sultán contrajo
matrimonio con ella y eso pudo suponer el principio del fin del reinado nazarí.
Las disputas entra Aixa, madre de Boabdil y ella fueron constantes y al mismo
tiempo se incubaba la rebelión de los Abencerrajes.
Muley Hacen abdicó en su
hermano el Zagal que entonces residía en la Alcazaba de Malaga. Frente a ellos
tenían la mejor cabeza pensante del siglo XV, Fernando de Aragón, esposo de
otra Isabel, Isabel de Castilla.
No se tiene información de
sus datos biográficos. Se conoce que en 1482 partió, en compañía de su esposo,
hacia el exilio. Iban acompañados de sus dos hijos Nasr ben Ali y Saad ben Ali.
Según se cree al morir Muley Hacen ella lo enterró en un lugar
secreto de la Sierra Nevada sin que hasta la fecha se haya podido encontrar el
lugar. Tres años después ella volvió otra vez al cristianismo.
Sus hijos también se hiciero
cristianos y tomaron por nombres los de Juan de Granada, casado con Beatriz de
Sandoval, y Fernando de Granada que fue cuarto marido de Mencía de la Vega, sin
sucesión.
De ella solo quedan leyendas
difundidas a través de obras literarias o notas en el cancionero popular. Muy
poco para una mujer con tanto poder.
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