jueves, 15 de marzo de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Solícitos


 Se desgañitaban. Nunca he visto tanta gente junta que nos quiera tanto. Ocurría en Madrid y era por la mañana. No sé si los leones de la puerta del Congreso, tan acostumbrados ellos a esperpentos callejeros y a los otros, a los que se producen dentro, salían de su asombro.

Cuánto cariño y cuánta solicitud hacia los jubilados. Ha llegado el aire de pronto. Desde hace poco más de un mes la borrascas han decidido – ahora tienen nombre y ya mismo les ponen apellidos – entrar por el Golfo de Cádiz, o sea por su sitio. No sé, si además de agua, vienen con una carga de preocupación para los que tienen que velar por nosotros.

No es nuevo. Hace unos años. Corrió el rumor: “Cuando entren estos, nos quitan la pensión, que lo sé, que me lo han dicho de muy buena tinta” Y los dos viejos intentaban salir de su preocupación a la recacha del sol mañanero en el banco del parque.

Claro que entraron ‘estos’ y se fueron, y vinieron ‘otros’ que también se fueron,  y luego, otra vez vinieron estos… Ya se sabe, los canjilones de la noria que bajan y suben y siempre queda el chorreo del agua y todo eso que es el suceder de un día tras otro y a lo que llamamos vida.

Ahora ha entrado la preocupación por el presente y por el futuro. Por el presente porque hay gente que no puede llegar a fin de mes. El mes pasado, tampoco, ni el anterior, ni el anterior del anterior. Y miren por dónde estos que ahora nos quieren tanto ni se habían percatado de ello. Ya se sabe hay algunos despistes…

La preocupación por los del futuro también tengo mis dudas. Me refiero a los de a pie. A la camándula  - y que se salve quien pueda – que se ha percatado de tener las carteras ya llenas y lo que va a venir asegurado,  por esos no me preocupo ni mijita. Ya se preocupan ellos por ellos mismos. ¿Han visto cómo se muerden? Todo es mentira. Al final de mes algunos dicen que ni miran si les han ingresado  la nómina…



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