domingo, 18 de febrero de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Patrimonio de Fe


Corren tiempos de perdón. Cristo está a pedir de calle; María, al revolver de una esquina cualquiera. Cuatro ciriales, una banda que toca, un incensario  perfuma el ambiente. Olor a Cuaresma, a incienso, a templo de puertas abiertas.

En la Parroquia de la Encarnación las Cofradías y  Hermandades de Pasión  han bajado sus imágenes de los altares a ras de suelo. Sin oropel ni candelería; sin flores ni mantos;  sin pedestal ni peana de trono.

El alcalde de Álora, que intervino en la inauguración dijo que estaban a la altura suficientes para poderlas mirar a la cara, casi hablarles de tú a tú, entre dos amigos – eso no lo dijo el alcalde, pero lo apunto yo – que se encuentran y a lo mejor hasta se cuentan sus cosas.

“No me mueve mi Dios para quererte / el cielo que me tienes prometido…” Convine con el cura que también intervino en el acto que no sabemos exactamente de quien es el soneto porque se lo atribuye a muchos y todos buenos. “No me tienes que dar porque te quiera/ pues aunque lo que espero no esperara…”
Dentro de unos días la calle Atrás será entrada en una Jerusalén distinta y Jesús sobre una borriquita  - ahora está casi junto a la puerta e invita a los caminantes a dar el paso y traspasar el umbral del templo. “Pueri hebraeorum portantes ramos olivarum…”! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor.

Getsemaní ya no es el barrio del Calvario ni la resurrección ocurre una mañana de sol; María sigue sola y con su dolor; el pueblo lleva el de todo el año. Amor, Amparo, Crucifixión…

El hermano mayor de Dolores,  en nombre de todos los hermanos mayores y dijo que conmemoraban el setenta y cinco aniversario de la recuperación de las salidas procesionales después que el odio, la sinrazón y el desencuentro vistió a media España de luto.

Lo predijo el profeta: “Oh vosotros que pasáis por el camino mirad / si hay dolor semejante a mi dolor”. La gente que no sabe de muchas cosas pide solución a sus problemas. Los problemas tienen nombre propio: hambre, soledad, enfermedad, miseria, abandono, injusticia…

Patrimonio de Fe es el título de la exposición. Corren tiempos de perdón. Cristo está a pedir de calle; María, al revolver de una esquina. Ahora,  se les puede hablar, cara a cara…




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