Era un solo de trompeta;
después, entraba la orquesta. La película,
“El Álamo” - algo de un tiempo pasado. Hablaba de San Antonio de Béjar,
de un río que era frontera, de un fuerte y de un general, Santa Anna, que a los
niños de entonces nos parecía un hombre malo.
El cine nos traía al pueblo
noticias de lugares que no sabíamos
colocar en el mapa. Aparecían hombres con cabelleras largas, una cinta en el
pelo y unas plumas que nunca se llevaba el viento. Eran los indios; también,
los pintaban como malos.
El teniente, un hombre joven,
guapo y apuesto. La guerrera tenía una botonadura dorada y siempre iba
perfectamente uniformado. En el fuerte, que era una empalizada, quedaba la
esposa con un nudo en la garganta. Por no sé qué razón extraña, siempre ganaban
ellos. Los pintaban como los buenos.
Hace unos días vinieron unas hordas de más allá de las estepas rusas.
Según el periódico desde Moscú donde
dicen que en invierno, precisamente calor, lo que se dice calor, no hace ni en
abundancia ni en cuentagotas. Hace un frio que Dios tirita.
Se han llegado hasta la ría
donde en las postales que mandaban los
que iban de viaje de novios aparecía un puente colgante. Los niños que éramos
de tierra adentro no comprendíamos muy bien cómo podía ser aquello. Las hordas
la han liado. A estos también los pintan
como cafres.
Allí, en ese lugar donde dicen
que tienen un museo con un nombre muy raro , o sea en Bilbao y donde acude
mucha gente a verlo, lo miran, y algunos salen ‘reconvertidos’ al arte moderno; otros, con un
no sé qué indefinible…
Allí los esperaban unos
chicarrones del norte. Algunos, de caseríos. Sí, sí, esos que competían para
ver quién levantaba la piedra más grande o quién era capaz de cortar el mayor número de troncos. A estos, según qué
prensa los pintan como buenos o como malos, malísimos…. Queda una cosa clara,
han tenido una batalla campal con un policía muerto.
A estas alturas de la película
me quedo con el solo de trompeta. Entorno los ojos y sigo con la idea. Los indios no eran tan
malos; el teniente no era tan guapo (la
rubia, sí; ¿qué quieren que les diga?) y, estos sean de aquí o vengan del
hielo, son parientes de los Hunos.
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