Todo comenzó cuando el verano
era un párvulo que iba a la escuela. En Moguer, Platero no comía amapolas y
margaritas; no. En Moguer, no se
hablaba de marineros locos embarcados en
aventuras por la mar cercana; tampoco.
El protagonismo lo tenía el fuego. La cercanía de Doñana estremecía. Todo
apuntaba a intereses de unos o de otros. Las declaraciones de aquellos días, de
lo más pintoresco. Una autoridad competente llegó a decir que el monte y, sobre todo, los
caminos estaban limpios. La limpieza estaba en su ignorancia supina. Ignorancia
por llamarlo cariñosamente. Todos sabemos que éste sabía más, mucho más, de lo
que decía.
En Liétor, y en toda la zona de
la sierra que se adentra en Albacete, las han pasado canutas. Gente angustiada.
Desde el Calar del Rio Mundo a la Parrilla…. Por cierto, no sé cómo los habrá
dejado el fuego, pero cuando yo conocí aquellos parajes eran de una belleza
inigualable. La Fuente de la Plata, Riópar, la zona del río Madera… ¿Qué les
digo?
Saltó el fuego a la Sierra de
Segura. Cazorla, Segura y las Villas.
Son sierras primas hermanas por no decir casi hermanas de las anteriores. En la
zona, el viento trae de los pinares olor a resina las tardes de primavera, y en
otoño viste de oro viejo los chopos del
río. Encierran un tesoro de belleza.
Está allí y aguarda al viajero que se
adentra por caminos por los que va poca gente.
Ahora le ha tocado a Gredos.
Circunvalar Gredos es una experiencia única. En invierno la nieve casi se toca
con la mano a orillas de la carretera; en verano los pastos de alta montaña ponen
mantos verdes desde las cumbres hasta los prados. Navarredonda de Gredos, Hoyos
de Miguel Muñoz, Barajas, Hoyos del Espino, San Martín del Pimpollar…
Pienso en las aguas claras de
ríos recién nacidos. El Alberche y el Tormes bajan al Tajo y al Duero; una red
de gargantas alimenta el Tiétar. La
geografía lo ha querido así. Recuerdo con nostalgia las palabras de
Josefina Carabias que veía la luna, estas noches de luna, ¡ay, y de qué manera!,
sobre los Galayos y sobre el Pico y sobre Gredos…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCaín sigue suelto, amigo Pepe.
ResponderEliminarDesgraciadamente, sí.
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