Margarita Nelken Mansberger
nació en Madrid en 1894 y murió en Ciudad de México en 1968. Tuvo una intensa
actividad política durante la II República y la Guerra Civil. Recuerdos, a veces, manchados
por oscuras realidades.
En las tres elecciones
generales celebradas durante el período republicano obtuvo escaño como miembro
del Partido Socialista; en 1936 se afilió al PCE del que fue expulsada al
finalizar la guerra.
Margarita fue una mujer de
espíritu libre, contestaria para su tiempo y con ideas que sus propios
correligionarios, a veces, le reprochaban por avanzadas. Era hija de un
relojero de prestigio en Madrid; su madre lo era, también de un relojero que trabajaba en palacio. Su vida acomodada la cambió por la
lucha política y sobre todo en defensa de las mujeres más necesitadas y de los
niños desamparados.
Su libertad le hizo tener ideas
propias sobre el matrimonio. Con un escultor
llamado Julio Antonio con quien
no se casó y que murió joven tuvo su primera hija, muerta también en 1956 en el
exilio de México. Esa muerte la marcó bastante. Su otro hijo fruto de una
relación con un redactor de economía, Martin de Paúl, murió en el frente ruso
defendiendo sus ideas contra el nazismo. Ella se enteró dos años después…
Comienza con una intensa
actividad pictórica. Una enfermedad en la vista le obliga a dejar la pintura.
Se dedica a la actividad política. Funda en el barrio madrileño de Ventas la
primera Casa Niños con el fin de acoger a niños ilegítimos y a hijos de madres
trabajadoras sin recursos. Tuvo que cerrar por falta de recursos económicos.
En el Congreso su postura ante
la concesión del voto femenino la lleva a enfrentamientos con Victoria Kent y
Clara Campoamor. Hay discrepancias de conceder a la mujer la capacidad del votar.
La ven muy influenciada por la Iglesia y por su falta de formación en muchas de
ellas. De las tres diputadas, Margarita es la única que tiene escaño durante
toda la República.
Exiliada viajó por Rusia y por
varios países de Europa. Regresa a España y tiene una intensa actividad
política. El final de la Guerra le coge en Barcelona; huye a Francia, luego
México donde se nacionalizó y colaboró con el Gobierno de la República en el
exilio. Terminó sus días como crítica de arte…
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