jueves, 29 de diciembre de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Vengo por lo del anuncio

El perote estaba sin blanca.  Vamos tieso, lo se dice tieso, tieso. Calle arriba y calle abajo. El perote estaba perdido en Madrid después de que se le había escapado el tren y esperaba la primera combinación de la mañana que enlazaba la capital con Málaga.

Mediado de los años cincuenta del siglo pasado. Entonces ni AVE ni trenes sofisticados. Solo había tres. El “espress”, viajaba durante toda la noche; el ‘rápido, salía a primeras horas de día, y llegaba al caer la noche; el correo, se ponía en marcha al mediodía y llegaba veinticuatro horas después, si no acumulaba el consabido retraso.

Había otra alternativa. El mercado de Legazpi. Hasta allí llegaban los camiones con las mercancías del pueblo: naranjas, limones, batatas, granadas… Lo que daba el tiempo. Muchos encontraban carga de retorno para Málaga.

Entre el ayudante – porque, entonces, los camiones llevaban un ayudante -  y el conductor  podrían hacerle un huequecillo en la cabina. La mala suerte quiso que aquella noche no había caído por allí ninguno de los conocidos.

El hombre se dedicó a dar vueltas por Madrid. Cuando no se tiene dinero y sobra el tiempo las ciudades son aún más grandes de los que representan y, además, el reloj no anda ni pasa el tiempo.
No quedaba otro remedio que matar la noche y esperar a la primera combinación de la mañana. Eran ya las altas horas de la madrugada. Estaba reventado de andar. Ve una luz encendida en un séptimo piso y lee en un letrero: “Se necesita conductor. Incorporación inmediata. Negociar condiciones”.

Toca el timbre; insiste hasta que le abren.

-          Vengo por lo del anuncio…

-          ¡Pero hombre! Estas no son horas...

-          Pero ahí pone “incorporación inmediata”.

-          Abren. Sube. Le hacen pasar y preguntan por la condiciones.


-          No. Ninguna. Que vengo a decirles que he perdido el “express” y me voy ahora, cuando amanezca, en el “rápido”, que conmigo no cuenten…

Resultado de imagen de tren expreso costa del sol

1 comentario:

  1. No sé quién seria, pero la ocurrencia y el desespero hacen cometer algunas acciones para memorizarlas toda la vida.

    ResponderEliminar