Tiene los ojos grandes como la luna de abril que va
de noche, sola, por las lomas sembradas de trigos que apuntan a espigas y que, luego, cuando llegue la
calor, la primera calor, granan y son harina de pan, pan bendito en la Hostia
consagrada.
Tiene los ojos grandes como el brocal del pozo, - el
que está allá abajo, entre adelfas, en el arroyo -, donde Platero se asomaba y
venía su figura, y sus orejas largas que siempre que sentía curiosidad lanzaba
hacia adelante, y su cabezota para que
los niños pasasen sus manitas inocentes en caricias que envidiaban las
estrellas.
Tiene los ojos grandes como los amores
inalcanzables, como las palabras únicas: amor, madre, ilusión, vida, pasión...Como
la voz encantada de Andrea Bocelli, como el embrujo de los violines de Vivaldi,
como el misterio de Peer Gynt…
Tiene los ojos grandes como la luna que se levanta
en el horizonte una noche de mar en calma, y riela, y deja una estela de plata
sobre las olas en calma, quietas, sobre el azul que se oculta para dejar que
sea ella, solo ella, quien tenga todo el protagonismo y avance entre veleros de
nácar y sueños de marineros.
Tiene los ojos grandes como la luna que se asoma por
los montes y esquiva con un quite por cigarrera la veleta del campanario y deja
que toquen las campanas a gloria, a vísperas, a procesión del Corpus, a…
Tiene los ojos grandes como la luna que se baña en
el río las noches de primavera con olores de jazmines nuevos y azahares que perfuman las huertas, y escucha
el canto de ruiseñores entre chopos,
alisos, y álamos de la ribera…
Tiene unos ojos grandes que van pregonando paz, paz,
paz… y se pierde como se pierde el eco por los campos y se acuna en las ramas
de los olivos alineados, guardianes de bálsamos y ungüentos para alumbrar a Dios.
Alguien dijo que los ojos son el espejo del alma, y
entonces voy y me paro, y me pregunto, si sus ojos son así ¿cómo será de enorme
su alma?
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