miércoles, 25 de noviembre de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Frío

Dicen que ha nevado en el norte. La ola ha venido del Polo. Ha barrido de arriba abajo – los que vivimos cerca del Mediterráneo, al Sur lo llamamos, abajo – toda la Península. Están las cumbres blancas; el aire mañanero corta la cara.

Las imágenes del Pirineo, de la Cordillera Cantábrica, de Burgos – “en Santa Gadea de Burgos, do juran los fijosdalgos”, ¿se acuerdan? – parecen postales navideñas. Bueno con esto del laicismo imperante, no sé cómo llamar a ese tiempo. Y, si sigo llamándole Navidad  ¿pasará algo?

Informan que para subir a Pajares han tenido que poner cadenas; en otros puertos, también. Valdeón estaba blanco; el Isasa, en La Rioja, amaneció, hace unos días,  con una capa de nieve. Muchas sierras de Soria se han pespunteado con una vainica sencilla de nieve. Ha lloviznado en Oncala. Aconsejan un rodeo por Huérteles y San Pedro Manrique.

Por el Moncayo el día ha estadodespejado y frío. Espectacular, desde la lejanía. El Moncayo, sagrado y mítico; los Montes Claros, Cebollera…Ya no hay tabarros que beben en los pilares donde abreva el ganado en Gallinero.

Me acuerdo de lo escrito por Avelino Hernández sobre estas tierras. De su mano las he recorrido un montón de veces. Casi siempre en verano; en invierno, cuando no ha habido más remedio. Los acebos de Gargüeta están esplendido; le viene bien la nieve, la ventisca y el viento.


Un caballo, impasible en medio de la nevada. El animal, a lo suyo. Los rigores del verano han pasado.  A lo mejor alguien quiere comprarle una pelliza (a los mendigos de la calle, no; al caballo). El temporal ha sido duro; ha habido que capotearlo. Frío; han llegado ya los primeros; luego, vendrán otros.

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