Hay regalos y regalos. Hay días en que llegan las cosas más estrambóticas, más
sofisticadas. Tan raras que uno las mira y las remira y se dice ¿por dónde le
meto manos? No es cuestión de entrar en detalle. Seguro: todos tenemos una
letanía de empiece y no acabar.
Hay otros regalos. Mi amigo Jesús Arias se ha dejado
caer y me ha puesto en las manos un libro. No es un libro cualquiera – ningún
libro, es un libro cualquiera, pido perdón -. El Valle de Alcudia. Autores Vicente Romano y Fernando F. Sanz.
(Biblioteca de Autores Manchegos. Diputación de Ciudad Real, 2015). Una
delicia.
Es un libro de viajes. Los autores, hace más de
cuarenta años recorrieron a pie las tierras del norte de Sierra Morena.
Reflejaron en apuntes de un cuaderno todo lo que supieron y pudieron captar y
lo contaron. Ahora lo ha reeditado con un acierto enorme la inquietud literaria
de la Institución manchega.
Pastores, trashumancia, tierras, costumbres. Paisaje
y paisanaje. Ríos, arroyos y caminos. Trenes de vía estrecha; campesinos que se
hacen mineros. Caseríos comidos por la maleza; pueblos que perviven al paso
inexorable del tiempo; otros, caso de Puertollano, que pasan a ciudad… Todo cambia; todo pasa
‘porque lo nuestro es pasar’.
Ventas de los caminos. Noches y posadas de asiento y
alforja. No dicen si en aquellas ventas
había, también, guitarras como las que contaba don Antonio Machado
“guitarra del mesón de los caminos…”.Sí había mucha historia acumulada entre
sus paredes. La historia de gente que
subía o bajaba de Madrid a Andalucía.
Recoge el libro diálogos deliciosos de gente celosa
de sus silencios. Gente que no quiere hablar o gente que habla lo que no quiere
y los autores con la sagacidad de la pregunta oportuna lo hacen aflorar para
deleite del lector.
Cuando la antropología se cuenta, se hace crónica…
y, cuando se lee, entonces uno se empapa de muchas cosas y aprende y aprende y
agradece a los amigos regalos como éste y se pierde entre sus páginas y…
Gracias, otra vez, Jesús.
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