Desde hace un rato hay un ángel más en el cielo. Se
llama Elenita. No había sitio en este mundo tan cruel para ella. La vida la ha
tratado con demasiada dureza. De punta a punta en el recorrido de su camino.
Vino con cara de ángel; luego un incendio… Una lucha sórdida de profesionales
que no han podido salvarlar…
Rabia por dentro; preguntas sin respuesta: ¿por
qué Dios mío, por qué? Demasiado dolor,
demasiado sufrimiento.
Solo queda un consuelo en esta noche donde el horror se
ha echado a la calle, desde hace un rato hay un ángel más en el cielo. Se llama
Elenita.
Descanse en paz un ángel -ya retratado por ti- que, según contabas, no necesitó del cielo para serlo. Un abrazo, Pepe.
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