No estamos de reestreno del teatro de Siglo de Oro ni en la
reencarnación de aquella España de miseria y pobreza (en lo material) porque en
la otra - en la de la Cultural - daban sopas con honda. No. Aquí no caben más
sinvergüenzas por metro cuadrado.
Quien condenado por cohecho - y otras cosas que vendrán- pide
al gobierno el indulto; quien por asesinato en carretera se las anda por veredas parecidas. Quien por
saqueador de Ayuntamiento…Compungido, apenado y triste –dice- que se arrepiente.
Pronto ha olvidado el pregón del pasado verano: la Ley está para cumplirla…
Pues blanco y en botella.
Uno - de los muchos que han ensuciado algo tan digno como la
UGT- lo echa todo a una campaña contra el sindicalismo. Oiga, maestro ¿y, los
que han metido la mano, también, son un invento? A lo mejor no hay que buscar
fuera a los dañinos…
El duque y señora si no se llevan por delante a la Casa
Real… poco les va faltar. ¡Lo que son las cosas! La izquierda harta de salir a la
calle con banderas que piden la República y van a ser la hijita querida y el
yerno… “¡Cosas veredes, amigo Sancho!”
El fiscal pide cuatro años de prisión para un ‘artista’ que
vive a costa de los artistas. Se gastó
cuarenta mil euros en ‘otras artistas’ (vamos, en putas, hablando en cristiano);
un obispo solicita al Estado que pida perdón a ETA y un recién creado Cardenal
se mete en un berenjenal a costa nada menos que de la homosexualidad…
No merece la pena seguir. Rinconete y Cortadillo viven y
colean. Por el Arenal sevillano, por la Villa y Corte, por Levante, por las Islas Baleares o por donde dicen que
es “bona si la bolsa sona”… Aquí, hay poco arreglo.
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