sábado, 4 de julio de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Benjamín de Tudela





                           
Se llamaba Benjamín y era de Tudela. Vivió en el siglo XII y se adelantó en casi cien años al gran viajero de todos los tiempos, Marco Polo, el mercader veneciano que llegó hasta las tierras lejanas de China. Este judío navarro realizó una odisea menor en el tiempo – duró siete años – pero llena de información.

¿Quién era Benjamín? Probablemente un mercader que comerciaba con joyas y piedras preciosas. Hizo un recorrido por toda la cuenca mediterránea y se convirtió en el mejor informador de toda la comunidad judía de su tiempo. Se le puede considerar como el autor del primer censo de los judíos en la Edad Media.

Hijo de un rabino, nació en 1130. Treintañero, en 1165 o 1166 se echó a andar por el Mediterráneo, visitó Roma, se asombró con Constantinopla, estuvo en Bagdad, Jerusalén y Egipto, y por Sicilia volvió a España con una información excepcional después de  visitar casi doscientas ciudades y pasar por muchos peligros.

Le asombró Roma pero le impactó más Constantinopla de la que cuenta, de manera exhaustiva, cosas tan interesantes como sus fiestas, sus formas de vida y sus costumbres porque: “escribió todas las cosas que vio y oyó de boca de hombres veraces”. Dice que allí la comunidad hebrea está expulsada al otro lado del mar y solo tiene acceso  Salomón, el egipcio, porque es “el médico del rey”.

En Bagdad, donde vivía un número muy considerable de judíos, que tienen como líder a Daniel, rezan en 28 sinagogas, y conoció al Califa  que “No quiere sacar beneficio sino de su trabajo manual, y hace esteras que marca con su sello; sus dignatarios las venden en el zoco, y las compran los magnates del país”.

De Jerusalén dice que: “Allí está la gran iglesia que llaman Sepulcro; allí está sepultado aquel Hombre al cual acuden todos los peregrinos”. Y que hay caballeros que salen a guerrear cada día. Cuenta, también, que es una ciudad multirreligiosa: “Hay en ella muchas personas; los ismaelitas les llaman jacobitas, armenios, griegos, georgianos y francos, así como gentes de toda lengua”.

En Egipto le asombraron las pirámides. Las consideró una obra de encantamiento. También quedó asombrado por otros grandes restos arqueológicos como la Torre de Babel o el palacio de Nabucodonosor. Benjamín de Tudela, un Marco Polo del Siglo XII. Todo quedó reflejado en un Libro de Viajes.









No hay comentarios:

Publicar un comentario