jueves, 24 de octubre de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Auroros






La aurora anuncia que viene el alba. Apunta la luz  del día. Desde los cerros más lejanos la mano de Dios se abre suave, tiernamente y deja que se escape ese destello que dice que la noche se acaba, que se termina la oscuridad.
En los pueblos de Andalucía  - el algunos pueblos, Arriate, Álora, Alhaurín, Encinasola, Carcabuey…- se rezaba, a las claras del día, el rosario por las calles. Solían salir de la parroquia donde solo había una iglesia, o de alguna donde el culto a la Virgen tenía una especial relevancia.

En Priego de Córdoba, los ‘auroros’ – ese es su nombre- salen a la media noche. Son campanilleros que canta a la Virgen. Lo hacen desde 1699. En 1789 se encontraron en una encrucijada de calles con otros, el Rosario de la Mereced,  que venían en dirección contraria. Pierden los papeles: insultos, injurias y alborotos. Es el origen del dicho: “esto va a acabar como el rosario de la Aurora”.

Tomás López recoge que entre las letras piadosas, los asistentes lanzaban puyas a los que optaban por seguir encamados: “Los que van al rosario  / no tienten frío, / los que están en la cama están ateridos”. Uno, personaje singular de Valverde del Camino, abrió la ventana y contestó: “Al revés te lo digo / pa que me entientas / y si no te lo crees, / pasa y me atientas”.

Pepe Rosas me contó la de don Lope Casermeiro, principios del XX. Casi en la terminación, el público se entretenía en echarse cera de las velas, unos a otros. Don Lope tenía una voz de barítono atronadora. Cantaba la letanía de Todos los Santos. Respondían a coro: “Sancta María”; ora pro nobis, “Sancta Dei Genetrix”; ora pro nobis;  “Omnes sancti Apostoli…” orate pro nobis…  “Chicos y grandes, que poca vergüenza…” y el público fervoroso, replicó: “orate pro nobis…”

Rafael venía todas las mañanas a traer la leche al pueblo. Después, sus copita de aguardiente, y al Sabinal. Amanecía. En la Cancula se encuentra con el rosario. Asombrado, lanza en voz alta, hablando consigo mismo: “¡cómo se me ha echado la Semana Santa encima y no me he dado ni cuenta…”!
Campanillas, guitarras, laudes, bandurrias… Acompasan coplas bellísimas: “Es María la rosa fragante, / el lirio morado del rico jardín, / azucena, clavel encarnado, / para los que al rosario quieren acudir”.



1 comentario:

  1. Ese peculiar personaje de Valverde, que replicaba desde el interior de la casa, se llamaba Pelachingo. Todo un personaje.
    Por la provincia de Huelva es muy popular y bonita "La Esquila", que cantan en Minas de Riotinto, al amanecer a su patrona, la Virgen del Rosario. Te dejo el enlace por si quieres oirla.
    Un abrazo.
    https://www.youtube.com/watch?v=EEFwRlyrZbI&t=148s

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