martes, 22 de octubre de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Floración de otoño






Los rosales ofrecen una floración constante, con un paroncillo en los meses de más calor, y la reemprenden en cuanto refresca algo.  Las floraciones más exuberantes,  las de primavera y otoño. Van ligadas a la climatología. En los países fríos la floración primaveral se retrasa; en los cálidos se adelanta.

Los primeros rosales parece que se cultivaron en Mesopotamia. Los ríos Tigris y Éufrates fertilizaron con sus aguas la flor más bella, más comunicativa y más emblemática. La rosa es la síntesis de la vida: belleza suprema y espinas. ¿Hay rosas sin espinas? ¿Hay vida sin dolor?

De los babilónicos pasó a sus vecinos del norte, los asirios, y de allí, por todo Oriente Medio a Egipto y  al Mediterráneo. Los expertos los clasifican en ‘rosales silvestres’, rosales antiguos’ y ‘rosales modernos’. Todo un mundo en el que, con solo adentrarse, conoce uno  que está en un laberinto.

Las ciudades que se precian tienen rosaledas públicas a las que acuden visitantes de ‘este capricho’ desde muchos lugares del mundo. Viena, desde el siglo XIX, impulsa  constantemente el crecimiento  del Volksgarten (Jadín del pueblo) con un templo dedicado  a Teseo, en su interior. Más de cuatrocientas variedades… París, el Bagatelle (en el Bois de Boulogne), la Roseraie de Val- du- Marne,  o la que está junto al palacio de Luxemburgo.

En España, Málaga ofrece el embrujo y el misterio en los Jardines de Puerta Oscura; Sevilla, en el Parque de los Príncipes; Barcelona, la Rosaleda del Parque Cervantes; San Feliu de Llobregat, la de Dot y Camprubi…

En Madrid, la del Retiro diseñada por Cecilio Rodríguez, y la del Parque del Oeste cercana a la antigua estación del Norte, Principie Pío. Allí, eligen cada año, la mejor rosa ganadora de un concurso, un lugar privilegiado.

En Valladolid, junto al río Pisuerga, entrando por la puerta del Paseo de Isabel la Católica, la Rosaleda de Francisco Sabadell, el jardinero que la creó en 1945; en Astorga, la de la Judería, que también se llamó de san Francisco…

Están los rosales en plena floración de otoño. Están ajenos al lío del Proceso y su sentencia, a que Al-Thani no se va ni con agua caliente y ahora vuelve a recurrir una sentencia perdida, a que vuelve a llover sobre mojado en Levante,  a que nos llaman a las urnas…



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