El libro llegó a mi mano por
azar. Fui a la presentación. Algo me decía que merecía la pena; fui. Antes de
llegar al lugar, en la calle desierta porque a esa hora no había nadie, vi,
como de otra, salía el autor.
“Es Lorenzo, le dije a mi
hermano electo, Antonio”. “¿Sí?”, preguntó. “Lorenzo, alcé la voz; lo llamé…”
Se giró, nos saludamos. El intercambio protocolario… Echó mano a la bolsa,
“Toma, el único que tengo”. Cuando concluyó el acto, mi mujer se acercó para
adquirir un ejemplar y regalarlo. Se habían agotado.
El libro Ave María, (2019), el autor Lorenzo Orellana. La ciudad Antequera…
El libro, conjuntamente, con otros: Somos dos, de Andrés Trapiello, Cartas de lejos, de Josep Pla, y Paseos por Málaga, de Enrique del Pino, pedía vía libre en mi
anaquel, para entrar en la estación de la lectura. Le he dado preferencia. No
me he arrepentido.
Michel Qoist escribió Oraciones para rezar por la calle hace
ya mucho tiempo. Era el monólogo del hombre con Dios. El hombre que se echa al trabajo
cada mañana, y oye y no escucha, que
mira y no ve, que… Ese hombre se para y, entonces, tiene una manera – porque lo
necesita - de rezar.
Cuando tuve el libro en mi mano
pensé en una obra de espiritualidad. Lo es y, además, no se queda ahí. Es algo
más. Lorenzo Orellana con prosa ágil – como aquella manera de escribir de Willian Saroyan o Hemingway que él me enseñó a quererlos – lleva al lector
por un camino insospechado. Lorenzo expone y reflexiona – Homero Macauley y el
viejo pescador de La Habana, también - en voz alta lo que pasa por su mente. Lo
comparte…
El libro, muy documentado.
Citas a pie de página. Citas textuales de teólogos: Joseph Ratzinger: “Quien
está profundamente sereno, quien ha sufrido sin por ello perder la alegría, ese
no está lejos de Dios…” Romano Guardini, Paul Claudel – incluye un fragmento –
san Juan de Ávila , … o San Agustín; literatos: Dámaso Alonso o Juan Ramón
Jiménez...
Lorenzo desgrana, analiza,
puntualiza. Acude con la precisión del cirujano que desliza el bisturí para hacer
una operación. Lo hace desde el punto de
vista religioso – puede que eso no esté de moda - por algo tan cotidiano y, por
la que muchas veces pasamos sin detenernos, quizá por ‘demasiado desconocida’ –
permítanmelo – como es el Ave María.
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