Miguel Ruiz fue el
mejor profesor de Matemáticas que ha pasado por Álora. El orden de los factores
importa poco: docente, amigo, generoso. En los tres, excepcional. Siempre
contaba un chascarrillo. El profesor pregunta: “¿cuántos monos….?” El alumno
responde:
-
Setecientos
mil monos…
-
Menos
monos.
-
Setenta
mil monos.
-
Menos
monos.
-
Siete mil
monos.
-
Menos
monos.
-
Setecientos
monos.
-
Menos
monos.
-
Setenta
monos.
-
Menos
monos.
-
Sentémosnos…
-
Ahora,
sí; ahora sí arde el puro…
Con esto de las
manifestaciones los números de asistencia fluctúan como antes dicen que hacían
los precios. Según quién, así es el porcentaje de cuántos asistieron y
asintieron con su presencia a lo que allí se vendía.
La cosa, fácil. La
calle tiene una anchura determinada. Unos metros. Si se estira la cosa, pues
una simple multiplicación, es decir, ancho por largo y a dos personas por metro
cuadrado, salvo esas parejas que se quieren tanto que parecen siameses… pero
esos no suelen ir de manifestaciones, salen las cuentas
Hay otras que no cuadran.
Unas porque quienes se las andan con los números están pegados o porque no
interesa el resultado y, entonces, las cosas se pinta de otros modos. O
interesa vender la burra.
He leído en un medio
de gran prestigio que Atajate, el pueblo más pequeño de la provincia de Málaga
con 169 habitantes, contra lo que dicen otros, es el pueblo de mayor nivel
económico de España. Sorpresa. Profundizo en la información. Naturalmente
depende qué ítems (creo que se llama así) se analicen.
Verán. Un alto
porcentaje de vecinos tienen teléfono fijo y móvil. Un ingreso asegurado cada
mes. (Cobran una pensión, lo que se
entiende que hay muchos viejos), van de vacaciones (el Imserso tiene mucho que
ver en el asunto), se desplazan con frecuencia (claro, al médico a Ronda) o a
ver a los hijos que se marcharon a vivir fuera del pueblo (a eso se le llamaba
emigración).
Cuando se analizan
otros parámetros, Atajate ofrece una belleza excepcional como pueblo blanco de
interior y una cantidad de problemas que hace que salga una carcajada que
resuena por toda la Serranía cuando se ‘vende’ lo del ‘mayor nivel económico’.
Lo dijo don Ramón de
Campoamor, que Dios tenga en su Gloria. “Nada es verdad ni mentira, todo es del
color del cristal con que se mira”.
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