miércoles, 11 de julio de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mosca



Están rabiosas. Debe ser el calor. Debe ser la mala baba que atesoran estos bichejos que tienen de todo, menos vergüenza. “Anda, que extrañas menos que una mosca”. El dicho deja retratado a mucha gente inoportuna. Aparece en cualquier momento.

Don Antonio Machado, genial e ignorado durante tanto tiempo les dedicó unas letras antológicas. Luego, Joan Manuel Serrat llevó a un disco – cuando los discos eran de vinilio y se escuchaban en el pik up – sus poemas. En aquel momento para muchos españoles se produjo la resurrección de un muerto que se sabía que estaba enterrado en Francia.

Esos bichejos, insectos, incordiantes, vulgares en estos días de calor aparecen y vuelan y se suspenden en las penumbras de las casas. Lo andan todo. Están en todos sitios. Dicen, quienes se prodigan en la televisión, que ahí, ahí es donde realmente es cojonera  e intratable. Bueno, por lo pronto ese problema no va conmigo.

Ahora cuando me he puesto a escribir hay una que se ha empeñado en darme la tarde. Me la está dando. ¿Es pecado maldecir a los muertos de las moscas? Seguro que me condeno. Acabo de hacer acopio de vocabulario contra todos los muertos del mundo de las moscas y les deseo todo lo mal que se les pueda desear.

Echo mano a ese chisme que espolvorea un gas y se las lleva por delante. El chisme está vacío. Es hora en que el sol cae aplomo. En la calle por no haber no hay ni sombras. Se ve que en mi casa alguien me tomó la delantera y cometió el asesinato que yo pensaba llevar ahora a término con luz y alevosía, con calor y con una inquina que ni les cuento.

Dicen que las moscas tienen poca vida. No sé. Un puñado de días o poco más.  Da lo mismo. Ésta que me ronda debe tener la experiencia como de haber venido desde los tiempos de Adán y Eva, esos que se las andaban por el paraíso, donde por cierto, no sabemos si había moscas. Otros bichos, sí. Eso sí los había. Es cuestión de ir a enterarse y si no la tenían, pues yo, con sumo gusto se la regalo. Hija de independentista… ¡Vaya tarde que me está dando!




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