Noche de verano. Luna casi
llena. Hace un rato apareció por lo alto de los Lagares. Dejó atrás, el Cerrado, la
Aguililla, el Cerro de la Fiscala… Dormitaban las lomas. Campo de rastrojos. Las máquinas segadoras dejaron los
palotes encañados con olor a paja seca.
Por un hueco entre la pasiflora
y la parra se ha colado la luna. Tiene el cielo por suyo. Se enseñoreó de él y
ha oscurecido a las estrellas. Casi no se atreven a toserle. Le faltan solo un
par de día, y luego vendrá la menguante,
o sea, la decrepitud con que la vida llama a la realidad de cada día.
Hace un rato cuando el lubricán
estaba en un casi sí y un casi no, junto
a ella aparecieron los tres plantes del atardecer. Júpiter, a su derecha; a la
izquierda, Marte y Saturno. En otra
dirección del cielo la Osa Mayor con el carro marcado y la Menor, con esa
Estrella Polar guía de peregrinos….
Júpiter, dicen los que saben,
es el mayor de todos los planetas del Sistema Solar. Zeus (el Júpiter de los
griegos) era el padre de todos los dioses. Es decir el que mandaba en todo el
Olimpo. Como es verano debe andar de vacaciones y a lo peor por eso se ha liado
lo que ha formado el fuego en Grecia. No está el patio para bromas. Ustedes me
entienden.
Saturno está rodeado de
anillos. Lo descubrió Galileo, el sabio a quien no se lo cargaron de puro
milagro. Se le ocurrió demostrar que quien gira es la Tierra alrededor del Sol
y no al revés. La que le montaron los puritanos tuvo tanto eco que Pio XII cuando fue conminado por otros puritanos pero
de este tiempo a condenar el modernismo, sentenció: “De casos Galileo basta uno
en la Historia”. El dios griego Saturno devoraba a sus hijos… ¡Era de cuidado!
Marte es el planeta que lleva
el nombre del dios de la guerra. Ahora – lo publica El País de hoy – unos
científicos italianos han descubierto que su polo sur una masa de agua salada bajo
el hielo. Las temperatura allí rondan
por los 120º (bajo cero, claro).
Cantan los grillos. En la lejanía ladra un perro… Miro al cielo. Me pregunto. ¿Todo esto para nosotros solos? ¿Será un acto de soberbia el solo pensarlo?
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