Me apoyo en el título de la
obra de Fernando Fernán- Gómez. Primero, teatro; luego, cine. No tiene nada que
ver. Solo comparten el nombre de ‘Manolita’. Aquello tiene un contexto
histórico en una España que lo pasaba entre tiros y desentendimientos. (A lo
peor, de lo segundo puede haber, también algo, ahora, pero no, no.)
En muchos lugares de España se
come de maravillas. Le dan nombre propio a sus manjares. Se pueden encontrar
‘vitorianos’ en el Rincón, ‘quisquillas’ en Motril, ‘coquinas’ en Huelva,
‘peregrinas’ en Fuengirola, ‘yemas’ en Sevilla, 'piononos' en Santa Fe o ‘mostachones’ en Utrera…
Desde hace unos días a los
espetos un grupo de iluminados (¡qué cosecha más espléndida hay últimamente!)
han querido ponerle pegas. Se les ha ocurrido decir que las sardinas ‘sufren’
en los espetos. Que no estoy de broma, que no, que tal cual lo he leído lo
cuento. Ya ven, además, de ignorantes con mucha carga de mala intención.
En el rebalaje – junio, julio y
agosto, los meses óptimos por su grado de grasa - a esos espetos de sardinas pequeñitas y
plateadas le llaman ‘manolitas’. Para que el espeto esté en condiciones, siete
manolitas arquedas y con la plata de sus escamas que se deslizan suavemente,
sin forzarlas, con solo rozar con la yema de los dedos, sin que la brasa las
queme, ni mucho ni poco. En su punto.
En el Rincón donde vive el
Maestro Alcántara – “en el rincón del Rincón” - cerca del acantilado donde
duermen sus noches cortas de verano las
gaviotas, a los boquerones que tienen el tamaño propio para no ser ni grandes
ni chicos los llaman ‘vitorianos’. Yo cada vez que los veo en el plato pienso
que son virutas de nubes en el crisol de la sartén.
Hace unas noches compartí con
dos personas entrañables, Mari Pepa y Andrés, las mejores ‘manolitas degustadas en mucho tiempo. La luna estaba
sobre el mar, limpia. Una brisa suave traía ese no sé qué que viene desde mar
adentro hasta el rebalaje y a uno hace que se le ponga henchida el alma y, si, además,
estaba en la compañía… Entonces supe – mejor, corroboré – que las ‘manolitas’
son para el verano.
Evoco una letra de Serrat:".....pequeñas cosas..."Un abrazo
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