martes, 31 de julio de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La importancia de la 'J'



La tecnología moderna sorprende. Me ha llegado un mensaje – es probable que a ustedes también -. Habla de la importancia de la letra ‘J’. Esa que, al no ser vocal, sino consonante, necesita de otras, a modo de bastoncillo, para poder salir del escondrijo de  su casa del diccionario.

Dice de un niño, de nombre Jesús – su abuelo, Joaquín –, nacido en Judea, criado por un tal José (ese sí que lo tuvo jodido, perdón por la expresión, al principio, después probablemente también, pero del que nunca jamás, con ‘j’,  se supo) bautizado por Juan, en un río de nombre Jordán…

Hubo otro Juan, joven, jovial … Llegó juvenil. Se ganó al conjunto.  Se hizo cargo de María, la Mujer, con ‘j’,  con más enjundia en la Historia, y junto a Ella, pasó los momentos  más jorobados de aquellos días.  Cuando envejeció se fue lejos, muy lejos, a una isla y…

El niño se hizo joven (con j) y se entretuvo en perderse en el templo. Se lo encontraron que  entretejiendo y juiciando –  la palabra no existe, pero bueno… –  había puesto en jaque a los doctores. Es decir los que emitían Juicio sobre la Ley.

Cuando se hizo más grande. Dicen que hombre, y le llegó su hora, se buscó entre los colaboradores adjuntos (en la iglesia lo motejan con otro nombre) a un puñado de amigos. Después se fue a cumplir con el destino. Entró a la ciudad subido en un jumento… Uno de los que había rejuntado,  le salió rana y le hizo una jugarreta (con ‘j’) Lo canjeó por treinta monedas. Se llamaba Judas. Le gustaba el dinero… A Él lo ejecutaron.

 Otro, también, tenía el mismo nombre. Para desemajanza lo llamaron Judas de Santiago y Judas Tadeo… A éste buen hombre hasta lo subieron a un altar y nos los ofrecen, juntamente, con otros de los que fueron fieles en los momentos cuando algunos se juramentaron para seguir juntos (y va de ‘jotas’) después de todo lo que pasó aquellos días por Jerusalén (que también encierra su letrita).

Un amigo, enjundioso y jocoso, me dice de otra palabra que también lleva la ‘j’, pero hoy no toca. ¿A qué no había reparado en importancia de la ‘j’? Yo, jamás.




No hay comentarios:

Publicar un comentario