La tecnología moderna sorprende.
Me ha llegado un mensaje – es probable que a ustedes también -. Habla de la
importancia de la letra ‘J’. Esa que, al no ser vocal, sino consonante,
necesita de otras, a modo de bastoncillo, para poder salir del escondrijo de su casa del diccionario.
Dice de un niño, de nombre
Jesús – su abuelo, Joaquín –, nacido en Judea, criado por un tal José (ese sí
que lo tuvo jodido, perdón por la expresión, al principio, después
probablemente también, pero del que nunca jamás, con ‘j’, se supo) bautizado por Juan, en un río de
nombre Jordán…
Hubo otro Juan, joven, jovial …
Llegó juvenil. Se ganó al conjunto. Se
hizo cargo de María, la Mujer, con ‘j’, con más enjundia en la Historia, y junto a
Ella, pasó los momentos más jorobados de
aquellos días. Cuando envejeció se fue
lejos, muy lejos, a una isla y…
El niño se hizo joven (con j) y
se entretuvo en perderse en el templo. Se lo encontraron que entretejiendo y juiciando – la palabra no existe, pero bueno… – había puesto en jaque a los doctores. Es decir
los que emitían Juicio sobre la Ley.
Cuando se hizo más grande.
Dicen que hombre, y le llegó su hora, se buscó entre los colaboradores adjuntos
(en la iglesia lo motejan con otro nombre) a un puñado de amigos. Después se
fue a cumplir con el destino. Entró a la ciudad subido en un jumento… Uno de
los que había rejuntado, le salió rana y
le hizo una jugarreta (con ‘j’) Lo canjeó por treinta monedas. Se llamaba
Judas. Le gustaba el dinero… A Él lo ejecutaron.
Otro, también, tenía el mismo nombre. Para
desemajanza lo llamaron Judas de Santiago y Judas Tadeo… A éste buen hombre
hasta lo subieron a un altar y nos los ofrecen, juntamente, con otros de los
que fueron fieles en los momentos cuando algunos se juramentaron para seguir
juntos (y va de ‘jotas’) después de todo lo que pasó aquellos días por
Jerusalén (que también encierra su letrita).
Un amigo, enjundioso y jocoso,
me dice de otra palabra que también lleva la ‘j’, pero hoy no toca. ¿A qué no
había reparado en importancia de la ‘j’? Yo, jamás.
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