La foto, recortada de ABC de Sevilla. Es el momento del
entierro del don Ángel Peralta. Una calle de La Puebla del Río. Avanza la
comitiva fúnebre. El fotógrafo de prensa ha recogido a dos personalidades. Yo
me he quedado con sus manos.
La de él es la entrega, la
confianza, la seguridad en quien lo lleva. Es una mano confiada. Sabe que quien
lo guía va por camino seguro. Es la mano tranquila, de la paz interior que se
asoma por un momento - ¡ Dios mío si esa mano izquierda hablase ! Ella que ha embebido a la
muerte acunada entre pitones… - Se da.
Solo pide que lo lleven…
La de ella, la firmeza, el equilibrio.
Da confianza. Es el apoyo. Abre el refugio cuando más se necesita. Es el entronque con el
punto d0nde la dificultad se queda a un lado y se sigue adelante. Es la mano
que se sabe precisa y necesaria aunque sea solo por el roce de una caricia casi
imperceptible y perdida en el amor del silencio.
Estas manos hablan sin
palabras. Van quietas, paradas. No
gesticulan. Saben de la importancia para uno y para otra de su misión…
Son manos en las que ha marcado
su paso el tiempo. La piel rugosa; la muñeca con la deformidad que toma el
cuerpo cuando se han volcado muchos días y se cuentan los años. Reflejo del momento
en que ya sabe lejano el ecuador, tan lejos, que lo que se aproxima,
inexorablemente, es la coronación del puerto.
Él se deja llevar. Las almas de esas dos personas están entrelazadas.
Unos dedos, los de él, se acurrucan en
la palma de la otra mano, la de ella. Semicerrada, o medio abierta, como se
quiera. La mano guía no aprieta, recibe y acaricia a la que lo
necesita, que precisa esa susurro sin palabras. Hay un silencio cómplice de dos almas unidas por la pena.
El brazo semialargado de él ha
buscado el refugio seguro, primero por entre el antebrazo, semiflexionado, de ella, y luego, ha encontrado la fuerza que lo lleva.
La palma semiabierta muestra, en la flexión de los dedos, la seguridad. Solo ella
puede ofrecerla. No sé a ustedes, a mí,
en el dolor del momento, me ha parecido una soberbia lección de amor, de
ternura, de cariño…
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