¿Sabes? Cuando yo era joven y
creía en muchas cosas Víctor Manuel, un muchacho que traía aires de Asturias,
cantó aquello de “vente conmigo al huerto / que están las rosas queriendo ver /
la promesa que has roto para volver”.
¿Sabes? Pasó el tiempo y un
poeta de Granada – casi todo es posible en Granada – Carlos Cano dijo cosas
preciosas de la luna de abril. Dijo, también, que en abril, entre las rosas
despertó el amor y que es un mes para soñar. ¡Fíjate que cosas dicen los
poetas…!
¿Sabes? Están los naranjos en
flor. A la flor del naranjo se le llama azahar… En enero florecieron los
almendros. Todo el campo se vistió de nieve en los cerros pero era otra nieve.
Para llegar a esa nieve no hay que poner cadenas; al contrario, las rompe.
¿Sabes? Llegó casi al final febrero, y vistió de blanco los
ciruelos. No quisieron ser menos y todos pugnaron entre sí para ver cuál era el
más bello. Ellos no lo sabían. Todos eran bellos, enormemente bellos como es bello
el amor.
¿Sabes? Llegó marzo y una
mañana aparecieron cuajados de mariposas blancas los membrillos del borde de la
alberca. Pero no, no, no eran mariposas blancas: lo parecían, pero no eran,
eran las flores que abrieron de la tarde a la mañana y recibieron al sol para
decir que sí, que allí estaban ellas…
Cerca de la Almudaina, casi
junto al mar, un monumento a Raimundo Lulio, tiene un mensaje: “El amor, al esclavo lo hace libre, y al libre, lo hace
esclavo”. En aquel abril ya lejano de
cuando yo andaba por allí… No sé si aún permanece porque ya sabes los tiempos
que corren para romper con todo lo pasado.
Acaba de irrumpir abril. Ha
quedado atrás la luna de Nissan - la de
Getsemaní, que también tiene que ver mucho con el amor – y ahora es la luna de
trigales encañados, de cotovías que buscan el amparo de los sembrados, la luna
de las rosas y azahares ahítos y prietos
para abrir y cantar que es tiempo de Amor.
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