domingo, 1 de abril de 2018

Una hoja suelta de cuaderno de bitácora. Al-Thani


Al-Thani llegó a Málaga como un rey mago retardío, o sea, a final de una primavera que apuntaba a verano con unas alforjas llenas de promesas. La gente se ilusionó; yo, también. Se pensó que venía regalando dinero como los charcos reparten salpicaduras.

Al- Thani, el jeque – no se puede decir que llegó y besó el santo  porque en su religión, a lo mejor, eso de los santos, como que no – comenzó con una serie de dispendios. Mucha gente alrededor, fichajes, dinero a voleo. Algunos espabilados se llenaron los bolsillos, presuntamente, claro.

Ser jeque en aquellos países lejanos de arenas calientes es como ser conde en la Castilla medieval. De un tiempo a esta parte han aparecido unos pocos  por los países occidentales de Europa. Dicen que tienen mucho dinero; parece que a nosotros nos ha tocado el menos agraciado.

El Málaga, nuestro Málaga, mi Málaga,  – alguien dijo que se puede cambiar de muchas cosas pero nunca de equipo de fútbol – creyó que había llegado el maná. Nosotros siempre pobres, lampando, esperando al capitán salvador, vimos que había llegado. Tenía la tez morena y cara de no haberse afeitado en unos pocos de días. Nos iba a dar el oro; lo otro, lo del moro ya venía con su persona.

Dicen los que saben de estas cosas que la gestión ha sido algo más  que mala; malísima. Una cosa es no saber. Eso se puede aprender; otra, ni saber ni querer. Y me pregunto ¿y si lo que ocurre es que sabe más de lo que algunos creen?

Empezaron a salir cosas raras, empezando por un acompañante con el que se fue hasta la mismísima Junta de Andalucía en su aterrizaje…  Todavía me pregunto ¿cómo apareció  el pollo si el arroz todavía no estaba en la cazuela?
Luego que si un campo nuevo para tropecientos mil espectadores, la Bajadilla de Marbella, sueldos que no se pagan, fichajes raros, traspasos más raros aún. Una deuda que da pánico y que jamás se rebaja; al contrario, sube y sube y sube.

Llega la realidad. El pobre apaleado y  desahuciado va camino, por ahora, de la segunda división; dentro de nada puede que aún a categorías más inferiores. Me temo  otra desaparición y  que  volvamos, otra vez, como equipo visitante… a la Estación de Cártama.




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