Nació en Éfeso una ciudad
lejana. Está en Jonia, o sea, en Turquía, a orillas del mar Egeo por donde
navegaron corrientes de la filosofía griega. De Éfeso sabemos, también, por la
carta de Pablo – a los efesios – y por Juan. Se las anduvo por allí antes de
ser deportado a Patmos…
Heráclito vivió casi quinientos años antes. Lo
conocieron como el “oscuro de Éfeso. Dejó dicho aquello de que nadie puede bañarse
dos veces en el agua del mismo río… que es algo así como admitir la evolución
constante de las cosas.
Todo es una pura mutación. Todo
cambia. La geografía de las ciudades, más. Tan es así que las calles de hoy no
se parecen en nada a las de ayer y serán otra cosa bien distinta a las de
mañanas. Algunas, tan cambiadas que algún antepasado nuestro no las
reconocería.
Las calles del pueblo ya no
huelen a pan caliente al amanecer. Las panaderías desaparecieron. En los
despachos de pan, ahora, calientan en una máquina eléctrica algo prefabricado
que hacen en un polígono industrial… A veces, cuando pasan unas horas uno ya no
sabe si come chicle o pan.
Algo parecido ha ocurrido con
las tabernas. Una vez escuché al obispo Buxarrais – este sí es de los obispos
que creen en Dios, que puso mar de por medio, renunció al boato y se fue a
Melilla a la Gota de Leche con los que no quiere nadie – que la taberna era la
verdadera casa del pueblo.
¡Cuánta sabiduría! ¡Cuánto
encierra la barra de un bar! Yo era del café mañanero en El Potro hasta que
Pepe cerró. Allí había una verdadera universidad popular. Hacer la lista de
aquellos catedráticos de barra - por
cierto, todos tenían el mejor de los másters, el de la vida – imposible. Se
aprendía de aquellos hombres con surcos en la cara y aspereza en las manos.
Luego le tocó a Mateo. Todo
pulcritud. El bar más limpio que he
pisado en mi vida. La enfermedad pudo con él. La bajada de persianas nos dejó a
muchos como pajarillos voleteros buscando una rama…
Ahora, Antonio Gil, ‘Lo de
Antonio’, dice que también echa la corredera. Se acabó el mejor vermú. Se une a
la lista de Asaura, Salamero, La Balita,
Periquete, Tito Pepe, Chávez, Salvador…Ya
nada será igual. Nadie puede bañarse dos
veces en el mismo río. Lo dijo Heráclito.
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