Era un chaval pequeñito de cuerpo si se comparaba con los otros
niños de su edad. Los ojos grandes, siempre abiertos a la curiosidad. Tenían capacidad
de asombro; captaba todo lo que se movía
a su alrededor.
Un remolino en el pelo; un flequillo que lo diferenciaba de los
otros. Cada uno tiene su personalidad por fuera y… por dentro. Cada uno es cada
cual. Lo lleva consigo mismo en el andar
diario que se llama vida.
Un día dejó el colegio; pasó por el Instituto y uno sabía de él y de los
demás – cada día menos porque es lo normal - y luego supo que se había enrolado en el
mundo militar.
Me enteré que andaba por Sevilla. Estaba a las órdenes, en el
Soria 9, de un hombre excepcional como
músico y como persona, Abel Moreno. Ese hombre nos ha hecho rezarle a la Virgen
de Flores, con su ‘Salve’, conjuntamente con Antonio García Barbeito, de otra
manera…
Ese hombre, cada noche Jueves Santo, nos hace vivir “la Madrugá’ con el sentimiento emanado de sus notas. Nace algo por dentro, como nace también cuando
se le canta a la Encarnación Coronada: “…llena eres de Gracia” y… ¡Ya
saben!
Luego, esporádicamente
nos saludábamos – el niño que se hizo grande y yo - por el pueblo. Creí entender que estaba en
Algeciras y que, después, dio un salto al otro lado del Estrecho y se había
afincado en Ceuta y…
Hace unos días lo vi por la calle. Había venido al amparo del
calor de las raíces a las que uno se agarra y al reencuentro con la familia y
con los amigos y con todo lo que se busca cuando se vuelve en busca del aire
que está perdido por las esquinas del recuerdo.
Una Jura de Bandera de personal civil ha propiciado un encuentro
por estas redes. Puse un comentario de agradecimiento a las Fuerzas Armadas y
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que nos propician vivir en la paz
ciudadana…
Me ha contestado: “Gente como usted fuisteis culpables de lo que
somos hoy. Gracias a usted”. No, Gaby – porque se llama Gaby – personas como tú
sois quienes conseguís que se nos haga un nudo en la garganta y aflore alguna
lágrima que humedece los ojos. Gracias, amigo.
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