viernes, 29 de diciembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. En la orilla

“No hay nada más antiguo que el periódico de ayer”. Lo contaba el Maestro Alcántara. Se lo había dicho, otro Maestro, su maestro, César González-Ruano. “Sí. Pero  debe quedar algo de todo eso…, le replicó. “No, Manolo, contestó, no queda nada. Lo que tú has escrito hoy mañana estará envolviendo una merluza o unos zapatos camino del zapatero. Esto de escribir en los periódicos es el amor puro. Un amor interesado, por otra parte: uno se deja la vida para poder seguir viviendo…”

Cuando nos dejó mi querido y llorado Paco Rengel se cerró ymalaga.com.  Este naúfrago de letras y veleros en mares de aguas azules y olas de nácar y vientos compitiendo con cantos de sirena había encontrado allí un asidero para tronchar la ilusión de escribir cada día.

Entonces, fue entonces, cuando me propuse  abrir un bloc – a mí me gusta ponerlo con ‘c’ – y escribir algo cada día. Hasta ahora he procurado ser fiel al compromiso conmigo mismo. Hay días en que las musas están de paseo y otros…

Cerramos un año. ¿Es usted feliz? le preguntaron a alguien. ¿Tan tonto me cree? Dicen que respondió. En lo personal han pasado muchas cosas buenas. He entrado en la barrera de los setenta, se han cumplido muchos sueños.  Soy consciente de que sí un periódico es algo efímero, una página…

¿El patio? ¡Qué les voy a contar del patio! He procurado seguir el consejo “hay que sobreponerse a los malos tiempos y no entristecer a nadie cuando se escribe”.  La mejor definición de un periodista  - obviamente, yo no lo soy – la dio un poeta. Decía Gerardo Diego dijo que era “un salvador de instantes y cantor de lo cotidiano”.

He procurado no dejar en mal lugar a este otro maestro, que veía cómo en Soria nadie bajaba a acompañar al Duero, ni se detenía a oír su eterna estrofa de agua. He sido más afortunado que el río. Me habéis seguido en este canto monocorde y, a veces, cansino. Ha habido, también, quien en el  cansancio al andar el camino  se han quedado. ¡Benevolencia, absoluta; agradecimiento a la fidelidad del cada día.


Llega el velero a la orilla. Es fin de año. Gracias por todo. Que se colmen todos los deseos y venturas en la singladura que vamos a comenzar ya mismito….




2 comentarios:

  1. El velero llega a la orilla tras navegar todo 2017, pero para 2018 -además de desear a ti y a los tuyos lo mejor- esperamos desde el 1 de enero esas hojas suertas del hermoso diario con el que nos deleita cada día.
    Un abrazo y GRACIAS.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, amigo Tomás. Los deseos son recíprocos para ti y para los tuyos y que te siga impulsando esa brisa que hace que el folclore marocho al que tanto le das siga en su singladura hacia puertos soñados. Un abrazo.

      Eliminar