El avispero es el lugar donde
ponen los huevos las avispas. Luego, nacen las larvas y, después, el insecto. No son santo de mi devoción. Es
más, son peligrosos esos bichos. Las picaduras, al inyectar el veneno, causan
infecciones graves. A veces, hasta de muerte.
Hay lugares en el mundo
con características parecidas.
Conflictivos, poco sensibles a la sensatez. Impera la violencia, la
intolerancia cuando no la guerra absurda que no tolera la presencia de otros
seres vivos en su área.
Ese señor de los pelos de color
panocha es especialista en agitar avisperos. Son áreas con especiales
connotaciones. Se llaman frontera con México,
Corea del Norte y ahora, como algo más reciente, Jerusalén.
Dicen los judíos que aquella tierra es
suya. Yahveh, su Dios se la dio en propiedad. Estaban, como esclavos, en Egipto. Los sacó Moisés y anduvieron por el desierto algo así como cuarenta
años. Entonces venían con la promesa: “Te daré una tierra que mana leche y
miel”.
Las cosas se complicaron. De
las doce tribus, diez se perdieron pasado el tiempo. Una, la más fuerte, la de
Judá plantó sede en el sur; la capital, Jerusalén. Vinieron muchos problemas y
el destierro por todo el mundo. A eso se le llamó diáspora.
El vacío lo ocupó otro pueblo, hermano.
Descendían, también, de Abraham, el de
Ur de Caldea. Los hebreos de la estirpe de Isaac; los musulmanes, de Ismael,
hijo del patriarca y de una esclava egipcia. Como buenos hermanos se odiaban
entre sí.
Ha dado el mundo muchas
vueltas. Mentes sesudas e influenciadas por el horror de holocausto crean un
estado para que vuelva Israel. Lo llevan a lo que debía ser la ‘tierra
prometida’ Expulsan a los palestinos, que así se llaman los que vivían en aquellas
tierras; se asientan los nuevos colonos.
Dicen que han vuelto a su
tierra; los expulsados que les han quitado la suya. A veces, no conformes incluso los arrinconan
aún más. El odio está servido. Acuerdan que Jerusalén será ciudad santa para
las tres religiones monoteísta: judíos, musulmanes y cristianos.
El señor de los pelos de
panocha acaba de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. El lío. De aquí
a unos meses la violencia más extrema está para ocupar las portadas de periódicos y
telediarios. Al tiempo.
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