martes, 5 de diciembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Almanaque

Cuando yo era niño, de lo que hace mucho tiempo, mi abuela tenía junto a la puerta de la cocina,  pinchado con un clavo en la pared, un taco del almanaque. Mi abuela que era una mujer muy hacendosa, muy comedida y muy ordenada, arrancaba, cada día, la hoja que sobraba.

El maestro Alcántara suele decir que no hay nada más antiguo que un periódico de ayer. A las hojillas del  taco del almanaque les pasa algo parecido. Su actualidad es tan efímera que dura solo un día. El de mañana, no ha llegado; el de ayer, no sirve.

Algunos comercios importantes, las Farmacias y algún que otro industrial hacían sus propios almanaques.  Lo regalaban a los clientes. Eran diferentes. Una litografía de cartón y  unas hojas con los doce meses de año. Los días festivos y domingos, en rojo; los diarios, en negro. Bajo el número el santo del día, y en el fardón, las fases de la luna.

A mí me gustaban los de Unión de Explosivos Rio Tinto – que ya no sé si iba todo junto o por separado –  que solían mostrar una mujer joven, guapa, con el pecho despejado en un escote que se abría en una camisa blanca y un filillo de randa. La mujer corría el riesgo de un resfriado. Tenía también una escopeta de dos cañones y un perro de caza echado a sus pies.

Los almanaques tenían estampas más atrevidas  en los talleres de coches; en las carpinterías,  un poco más recatadas, y en según qué casas se ofrecían casi todos los santos de la corte celestial que iban desde la Virgen del Carmen a San Antonio con su varita de azucena pasando por Fray Leopoldo, el fraile de las barbas largas que era de Alpandeire y que pedía limosna para los pobres en Granada.


Están ya muy delgados los tacos de almanaque. Este año, que no ha sido ni bueno, ni malo,  sino todo lo contrario dice que esto se termina. Hay un montón de pastores esperando a ver si regresa Puigdemont de Bruselas para llevarle un cántaro de leche y algo de miel… ¡Ay que me he equivocado que eso era para niño del portal! Claro que en los tiempos que corren…





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