jueves, 21 de diciembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora: Cinco dedos

 Son los cinco dedos de una mano misteriosa. Bajondillo, el Chinar, el Calvario. Y ¿los otros dos, vamos, el índice y el pulgar? Se han escondido al otro lado. El índice apunta a las Lomas, a los Lagares, a las tierras ‘que para pan no son’ y que la filoxera se encargó que para vino tampoco; el pulgar mira a la sierra de piedra gris.

Alora es un chorreo de leche recién ordeñada. Se derrama por la ladera y llega con su lengua blanca hasta donde se lo permite el precipicio. Hasta ese lugar donde el vértigo pulsea a la realidad.

En el horizonte lejano se deshilachan un puñado de nubes algodonosas. Van a lomos del viento. Vienen de algún sitio;  van como para la parte de Granada. Estas nubes conocen el camino. Siguen la ruta que han marcado otras. Este año no quiere llover; todas van de paso.

El cielo está azul. Es un azul limpio. Es el azul de los mantos en la Vírgenes de Murillo.  El cielo espera a los ángeles. Dentro  de un rato salen al recreo y, luego, por larde, cuando los niños vayan por tomillo y por romero y por aulagas y pitas nuevas para que sean parte del Nacimiento, - porque son días de Nacimientos -  ellos, los ángeles,  se irán por la faldas del Hacho – que Felipe hoy no ha recogido en la foto – y les enseñarán los sitios mejores.

Y, entonces, cuando el sol se hunda, lentamente, por detrás del Monte Redondo,  el cielo se pondrá de color rojizo, y violeta, y anaranjado.  Las nubes  que ahora están en la lejanía del horizonte ya habrán llegado a su sito. Vendrán otras nubes a modo de arreboles, como rizos anunciantes que esta tarde pasaron por la peluquería…


Hay una sombra larga.  Baja cada tarde desde El Hacho.  Envuelve al pueblo. No se queda quieta. Baja y baja y baja más. El día se transforma en noche; todo se hace oscuro. Todo es misterio y el pueblo espera otro amanecer.  Y entonces, con la luz del día nuevo desde el otro lado al pie de castillo, el Albaicín nuestro le esboza una sonrisa al pueblo y compiten los dos en regalar belleza…



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