jueves, 31 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora Lo nuestro: Arroyo del Sabinal

Recibe el nombre del pago rural en el que nace. Se forma con la confluencia de dos brazos, uno que baja, junto a Los Cortigüelos; y, otro, desde Sierra de Aguas. En época de lluvias otoñales, en las originadas por ‘gotas frías’, recoge el agua caída en una amplia cuenca, que le hace crecer de súbito, con riadas que causan graves daños en las huertas y pagos cercanos a su desembocadura en el río Guadalhorce. Han sido temibles las del mes de octubre de 1957 que arrancó un tramo de la vía de ferrocarril Córdoba-Málaga, con interrupción de la circulación varios días, y la del 13 de noviembre de 1989 y 28 de septiembre de 2012 Los daños, muy cuantiosos en cultivos y ganados, y los vecinos, evacuados.


MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


"Siete rosas, siete besos..."

Willy Sommers


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Salvadores

Todos los otoños reverdecen las esparragueras. Hay una cosecha – si llueve temprano, más – que aguanta todo lo que depare el invierno. Los espárragos aparecen y son algo tan común como esa pléyade de políticos salvadores recién florecida.

Han salido con una virulencia, con unas ganas, con ímpetu que asombra la manera en que estas criaturas aguantaban bajo la esparraguera del  cada día esperando el momento idóneo. Les ha llegado. Parece que tiene intención de aprovecharlo.

No quiero que me salven. Que no, que no. Como tampoco a aquellos cuando yo era niño que, en la catequesis hablaban del infierno y de esas cosas tan horribles que nos iban a ocurrir a  - porque yo estaba en esa pandilla – a los niños malos. ¡Cómo si un niño tuviese capacidad para ser malo!

En casa de mi abuela había un cuadro de la Virgen del Carmen. Con un escapulario la Virgen sacaba de las llamas que nunca  cesaban de arder a unos hombres – las mujeres estaban vestidas y no se quemaban la ropa – con medio cuerpo desnudo.

Algunos salvadores sangraron a mucha gente sacándoles el dinero para redimir a las ‘animas benditas del purgatorio’. Ahí también mandaba el dinero. Luego vino alguien y dijo que eso del purgatorio como que no, que no existía y que la sala de espera para el tránsito se cerraba. Por cierto, ¿alguien sabe si está abierta la oficina de devolución de aquellos cobros indebidos?

Luego vinieron otros salvadores. Ceñían una plaga de miedos sobre todos aquellos que el pecado mortal fuese su compañero  en el momento… El fuego, eterno  - se ve que ese cromo que legislaba detrás de la mesa, nunca quemó leña en verano -; el lugar, oscuro y con calderas que hervían y hervían y hervían sin tenerle que reponer el agua.


Ahora cuando estos han perdido su capacidad de salvación viene está muchedumbre de políticos, amantes del gachero – el cielo para todos, pero la tierra para ellos – que nos van a dar muchas cosas. No me salven; no. Yo fui de los que sacaron billete para aquel tren de la ilusión que nos llegaba… y debió pasar a una hora que no se vio.  No me salven,  que sea lo que Dios quiera,  y  como dice el Maestro Alcántara, no será nada bueno…

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miércoles, 30 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Puerto de Flandes

Pago rural que se halla entre Las Pedreras y la Sierra de Huma casi en la línea divisoria de los términos municipales de Antequera y Álora. Debe su nombre a Adrián de Flandes, que según informan los Libros de Repartimiento de Málaga, es vecino de Álora, tuvo por profesión la de sastre y tomó el nombre de su país de origen. Hoy pertenece al término municipal de Antequera.


MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

"Con esa mirada..."

MIRA QUE ERES LINDA. Antonio Machín

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Bendición

Él, que lo puede todo, lo ha querido. La lluvia del otro día por la mañana ha dejado el aire limpio. Se respira pureza; todo es luminoso, transparente. Tiene otra tonalidad. Las hojas de los árboles han recobrado vida;  brillan más que otros días. Se ha sobrepuesto a los calores del verano. Están vigorosas, refulgentes. Pedían bendición al cielo;  el Cielo se la  ha enviado. 

Pían los abejarucos. Aprovechan las térmicas del crespúsculo.  Apuran los últimos instantes en los que la luz se resiste; no quiere irse. Se abre paso; se prolonga. Va lejos, muy lejos. 
 las cumbres grises de El Torcal ensombrecido;  deja un fogonazo sobre  Cerro Chávez. Claros de cielo entre las nubes…

Algo dice que el otoño ya trae andado el camino. Ha pasado horas de fuego en una travesía lenta, dura, asfixiante, a veces y, ahora, ya  llama a la puerta. Dentro de nada su mano reviste con una pátina de oro a los membrillos del borde de la alberca.

Asoman en los pimpollos las granadas. Piden sitio. Dicen que llega su tiempo. Cuando dentro de poco revienten los rubíes que llevan dentro entonces ya podremos decir que es sí, que es otoño, el de verdad. El que tiene su nombre y sus apellidos.

Lo que hace poco era un piar incesante de abejarucos baja lentamente. Buscan donde pasar la noche. Ellos no saben que los he descubierto y sé que la pasan en los álamos negros, los que están en la revuelta del arroyo, conforme se baja, antes de llegar al río.

Los mirlos se quedan entre los zarzales y los cañaverales. Ellos, que son muy madrugadores, antes que apunte el alba le darán un repaso a las moras reventonas y maduras; luego irán a la parra y a la higuera… Conocen mejor que nadie el camino.

Acaba de bajar el cabrero. Delante van dos perros. El cabrero subió temprano a la sierra. Durante el careo de la tarde había una sinfonía de cencerras entre las palmas y las retamas y las esparragueras que este año ya están florecidas…


El cielo está entoldado. Él ha dado por aquí su bendición. En otros sitios… ya se sabe lo que ocurre cuando el agua viene tanta y en tan poco espacio. En fin, si Él lo quiere…

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martes, 29 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Barriada de San Paulino

Debe su nombre al patrón de Álora, san Paulino de Nola, festividad que se celebra el 22 de junio, fecha de la reconquista de la villa y castillo por las tropas castellanas en 1484 bajo el mando del rey Fernando V de Aragón, esposo de Isabel de Castilla. Se ubica en el sector de la Fuente de la Manía, en el entronque con las avenidas de Pablo Ruiz Picasso y de la Constitución. Es una zona de gran crecimiento urbano.

MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

"cantaba así, plañidero…”


LA ROSA. Hermanos Álvarez Quintero.



Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Se levanta la sesión

Era bajito y enjuto. Era un hombre de pocas carnes, huesudo y con las mejillas hundidas lo que le daba un aspecto de delgadez y dureza de rasgos. Tenía la nariz aguileña, las cejas pronunciadas y la barbilla prominente.

Siempre iba vestido de manera pulcra; los zapatos limpios;  afeitado. Estaba casado pero no tenía hijos. Todos los domingos acudía, acompañado de su mujer, a la misa mayor que por aquel entonces se celebraba en el pueblo a las diez de la mañana.

Vestido de uniforme porque él era muy reglamentista y solía estar siempre en estado de revista daba aspecto de un funcionario de ministerio olvidado en la vorágine de una administración que le podía a su capacidad, que de hecho le venía muy grande.

Siempre que el Juez, porque él prestabas sus servicios en el Juzgado lo enviaba a hacer algún encargo, salía con la botonadura de su chaqueta abrochada y tocada su cabeza con la gorra que oportunamente alcanzaba de un perchero de brazos que estaba detrás de la puerta, conforme se entraba, a mano izquierda.

En Álora en aquel tiempo había dos juzgados.  El de Instrucción y Primera Instancia que estaba en la calle Negrillos y, otro, el de Paz, que tenía su sede en la mediación de la calle Rosales, conforme se bajaba un poco más abajo de la capilla del Santo Cristo del Portal, y aunque la calle estaba rotulada con el nombre de Encinasola, todo el mundo la conocía por Rosales.
En la calle Negrillos se dilucidaban las cosas serias e importantes.  Era una Institución superior y allí siempre había, entre funcionarios, y personal de servicios, además de la gente que acudía por diferentes asuntos, un ajetreo importante.

En el Juzgado de Paz la cosa era más sosegada. Casi sin movimiento y con poco personal para atender las demandas que no eran  muchas, ni el público que solicitaba la atención correspondiente, tampoco.

Puntual. Era, eso sí, un hombre curioso y entrometido. Le gustaba conocer todos los chismes de los que pasaban por allí. Un día se celebraba un juicio. En la mediación, abre la portezuela de la Sala, y se dirige al Juez:

-          Don Francisco, los testigos falsos ya han llegado ¿les digo que entren?

Don Francisco, si mediar palabras, pronunció:

-          Visto para sentencia; se levanta la sesión.



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lunes, 28 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

“…que solo una rosa
caída del cielo”.


MIRA QUE ERES LINDA. Antonio Machín


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Cuesta de la Cureña

Aparece con ese nombre en  un documento existente en el Archivo Histórico Municipal donde con fecha 22 de noviembre de 1666 Francisco García Rebosado, tiene cuarenta fanegas de tierra para de pan sembrar en el Parido de la Asperilla de esta misma villa cayendo al arroyo del Espinazo que es el que viene de la Cuesta de la Cureña.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Puertas al campo

 Cuando alguien en mi pueblo es un poquito atravesado, dicen que “tropieza en lo barrido”.  Algo de eso hay ahora. Mucha resaca de la experiencia tan negra que nos vino desde Barcelona, de la manifestación de después y de las aprobaciones de hoy. Hay rabia; impotencia. Todo es controversia. Quien opina que lo han bordado, y quien dice, lo contrario.

La polémica surge por muchas cosas. Tras aquel atentado de  Navidad en Berlín aconsejaron poner bolardos en las vías de mucho público.  Calles como pasteles para los golosos de la barbarie y de la sangre, de la sangre de otros, claro, y donde encuentran lo que  busca
Algunos dirigentes, por llevar la contraria, no saben ni qué decir ni qué hacer. Claman por la notoriedad.  No se pueden vallar todos los paseos de todas las ciudades; buscarían otros lugares. Seguirían como aquel Benedicto que no era catalán sino de un poquito más abajo y que se mantuvo  en sus trece.

No es posible poner puertas al campo ni que el guarro no vuelque la pila. Lo dice el refrán: “hasta que el guarro no vuelca la pila, no es guarro”. Es fea, muy fea la expresión y la manera de comportarse, también. Solo hay que ver los telediarios o leer los periódicos o escuchar a la gente que habla y cuenta lo que otros dicen…

Algunos acaban de rizar el rizo. Se aprueban (¿?) leyes para que nos duela la cabeza a casi todos. A ellos, aunque no piensen puede que también les duela. No sé; un desconcierto.
¡Hay cada barbaridad por ahí suelta que Dios tirita! Yo pienso que la gente no puede tener ese nivel tan bajo. Por Dios que no. Pienso que es un afán de estar en todo, de defender lo indefendible, de querer que se hable de ellos y de todo lo que les concierne, y en el que pretenden implicar a medio mundo y a la otra parte.  No puede haber tanto descerebrado suelto por esas calles.


No le pongamos vallas al campo. Es un imposible. Los bolardos de hormigón están feos.  Si se ponen jardineras con flores y árboles y semilleros de belleza en medio de las ciudades la cosa puede ser distinta. Y ¿si ponemos bolardos de cordura en algunas mentes? Hay un problema, un problema gordo: eso no se vende en la botica.

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domingo, 27 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Fábrica de Aceite Santa Teresa

Pablo Pérez Gómez la recoge dentro del Patrimonio industrial de Álora desaparecido. Se insertaba en las confluencias de la calle Carambuco y el Camino Nuevo junto al primitivo puente de los Azulejos y que luego se llamó Puente de la Cabez. Fue fundada por Eduardo Delgado en 1939-40 y estuvo regentada por Antonio Márquez Mariscal.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

“…que faltaba del rosal”


LA ROSA. Hermanos Álvarez Quintero.


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Huracán

28 de agosto.- Lo del huracán Harvey - que si cambia la ‘H’ por la una ‘G’, tiene nombre de bodega jerezana  - me ha roto los esquemas. He estado cuatro veces en los EE.UU. de América del Norte y siempre defendí ante los detractores de aquel inmenso país -donde la nación, unida por el inglés y la bandera son todos;  los estados, cada uno de sus componentes- que allí todo funcionaba. Ahora, veo que ni con cuatro visitas se conoce un país ni uno está en el mundo que cree estar.

Su actual presidente, ese hombre con cabeza de mazorca de maíz cumplido también se ha empeñado en dar unos cuartos al pregonero. No a este pregonero; no.  A los otros, a esos que sí tienen poder de verdad. El hombre que se ha hecho de demasiado dinero parece que está aburrido. En sus ratos libres busca ocurrencias raras. Extraordinariamente raras en algunas ocasiones. Ama meterse en berengenales. 

No han funcionado las cosas como otras veces. Bueno, algo sí: la escapatoria para los ricos. Rockport  por lo que muestran las imágenes y los periódicos se halla en el caos y la destrucción. Dicen que ofrecen refugio para los que no tienen dónde alojarse, o sea a los que están en la calle que son un montón  pero que “no van a perseguir a los emigrantes”. ¿Cómo se queda uno?

El huracán barre Texas.  Va camino de Corpus Christi, ha arrasado Houston – ha dejado muchos muertos - y en el océano, frente a Galveston esperan cuatro cruceros llenos de turistas aguardando la hora de poder atracar.


Por aquí, por el Valle del Guadalhorce, anuncian el fenómeno ‘dana’, es decir una gota fría que puede descargar agua torrencialmente. Dicen que está detrás de la puerta.  Se ve que se acerca septiembre: ‘el que seca las fuentes o se lleva las puentes’. Algo puede pasar. Hace falta agua para los veneros, para los pozos, para el campo… ¿Es preciso que sea con destrucción? Ya ven siempre mirando al cielo…

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sábado, 26 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las nuestras: Doña Remedios

En la mañana del pasado domingo 20 de agosto se tributó un homenaje a Doña Remedios Díaz a pie de su Escuela Rural en Venta Tendilla (Álora). Más de un centenar de antiguos alumnos; numeroso público. Carmen Hidalgo leyó un texto de su hermano José María, ausente por motivos de salud y publicado en el periódico digital ymalaga.com bajo la dirección de Paco Rengel. La homenajeda y el texto piden la publicación íntegra. Es por lo que hoy se excede el espacio habitual de esta sección.


“Remedios Díaz Díaz (Doña Remedios) nace el 10 de mayo de 1902 en Vélez Málaga (Málaga) de familia humilde, es la segunda de cinco hermanas, viviendo su infancia en Almayate, pedanía de Velez Málaga, con unos tíos padrinos, él maestro de escuela rural, y posible origen de la vocación por el magisterio de Remedios.

Pese a su condición de mujer, su familia le apoya para estudiar en Málaga para lo cual obtiene una beca, ayudándose además, con trabajos de costura y bordado que realiza, hasta terminar su carrera.

El 1 de julio de 1934, con treinta y dos años, ingresa en el Cuerpo de Magisterio Nacional, siendo su primer destino el pueblo de Igualeja, donde ejerció algunos meses como interina.

Durante al año 1935 – un año antes de inicio de la guerra civil - toma posesión de su plaza definitiva en la escuela nacional-rural de “La venta de Tendilla” (Álora)  en donde permanece durante cuarenta años, hasta su jubilación.

Allí contrae matrimonio, con Juan García Vázquez (Calderón), vecino del caserío hombre de campo honesto y trabajador, que la sobrevivió.

Ya jubilada y delicada de salud, ella, que no tuvo descendencia, pese a que sus hijos se contaban por centenares, se traslada a Málaga al amoroso cuidando de su sobrina Estrella Jurado, que le ayuda en su seguimiento médico y le acompañará en numerosas visitas a la “Venta” para reencontrarse con sus vecinos, lo que se perpetuó hasta su muerte, acontecida en 1985.

Doña Remedios, como era conocida por todos, no fue una maestra al uso. De ferviente y decidida vocación docente, toda su vida profesional transcurrió en el mismo destino, formando parte de la comunidad de manera especial y esencial.

Como resultado de una tan larga relación, se erigió en constante referente para todos en la comarca. Los inviernos, en reuniones de tertulias vecinales, en torno a los braseros de picón compartidos, y en verano en charlas, al borde la era comunitaria, enseñando labores de bordado, cuyas delicadas manos eran capaces de hacer.

Fue la maestra de los padres, y más tarde lo sería de los hijos, en los que veía reflejado el carácter de sus antiguos alumnos, no perdiendo jamás el contacto con ellos, sin importar la edad, actividad o profesión que estos tuviesen.

El ser discípulo de Doña Remedios, comenzaba a los cinco años, y ya no finalizaba jamás, porque ella mantenía su presencia conscientemente en la vida de cada uno de ellos.

Era invitada principal en las bodas de sus alumnos - con frecuencia ambos contrayentes- y en los bautizos de los hijos de estos, y seguía siendo respetada por todos, de la misma forma que cuando – con su impoluta bata blanca – por las mañana recibía a cada niño o niña, en la puerta de la escuela con los “buenos días”, y le despedía de igual manera al mediodía, para repetir la operación de forma idéntica, por la tarde.

Doña Remedios, era – además - el permanente auxilio de las jóvenes de la comarca. En una sociedad rural y cerrada como la que vivió, las hijas de familia, tenían prohibido ir de fiesta o simplemente pasear, sino era con la compañía de una persona responsable.

Siempre que acudían a ella, accedía sin dudar, ya fuese a lomos de un burro, para ir a la verbena de San Juan en Alhajaprieta, o la romería de Álora, ya sobre un desvencijado camión, para acudir -con sus eternos alumnos- al Valle de Abdalajis o a Pizarra, a representar una obra de teatro, o asistir a una sesión de baile.

La gran personalidad que Doña Remedios irradiaba, en todo cuando hacía, se mantuvo hasta su muerte. Su pequeña estatura nunca le impidió hacerse respetar, ni que el perfecto castellano, en que se expresaba con magistral soltura, llegase con claridad a los oídos de los que la rodeaba en los mensajes - siempre didácticos - que impartía.

Todos los que tuvieron el privilegio de recibir sus enseñanzas, quedaron positiva y definitivamente marcados por ellas, para el resto de sus vidas”.


                                               J.M. Hidalgo// Barcelona a 30 de enero del 2009 




Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Virgen de Flores

Si vas con tiempo sube al convento. Siéntate donde la Virgen. Te van a asombrar dos cosas: el paisaje de fuera y el olor que manda dentro del Santuario: perfumado, sensitivo, voluptuoso, tierno, delicado, balsámico.
Según la tradición fue traída por los hijos de Encinasola (Huelva) cuando acompañan a las tropas de los Reyes Católicos en 1489. A finales del siglo XVI, en 1592 se inician las obras del actual santuario por los Franciscanos Recoletos que permanecen allí hasta 1835 en que son desamortizados por Mendizábal. La devoción hacia la Virgen de Flores en la toda la comarca es grande. Se celebra su festividad el día 8 de septiembre coincidiendo con la Natividad de la Virgen.


MORALES GARCÍA, J. Álora, como casi cuentos de recacha. Álora, 2002


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

“Y al notar el jardinero…”


LA ROSA. Hermanos Álvarez Quintero 




viernes, 25 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Encinasola

Pueblo de Huelva enclavado en la frontera con Portugal, fundado por Alfonso X, el Sabio. Hijos (gentilicio marochos) del pueblo, conjuntamente con otros de Cumbres (probado documentalmente) participaron en la reconquista de Álora en 1484 acompañando a las tropas de los Reyes Católicos. Veneran como patronas a la Virgen bajo las advocaciones de Roca-Amador y de Flores, que recibe veneración y culto en el paraje del mismo nombre. El río Múrtiga corre por su término municipal.

Según la tradición ellos trajeron la imagen de la Virgen de Flores. En los dos pueblos hay calles rotuladas con sus respectivos nombres. Existe una mutua corriente - fortalecida por la devoción a la Virgen -  de amistad y cariño, plasmada en visitas y contactos, a veces de manera masiva y, en otras, a modo particular entre los vecinos de ambas localidades. Su gente es abierta, acogedora, espontánea y entrañable.



MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal. Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008



Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día...

A ti…
A tu belleza tan particular,
A esa manera tuya de mirar…


A TI. Joe Dassin



Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Llegan...

Vienen de ese sitio donde un poco más allá, solo un poco  más allá, ya es Portugal. Vienen de esa sierra que dice la topografía que es la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, pues sí, pero no. Vienen de ese lugar donde el Múrtiga o la Ribera que es lo mismo hace un regate en los campos de Flores y saluda a la Virgen en la ermita…

Bueno, antes, mucho antes vinieron otros. Eran tiempos de guerras y desencuentros, como ahora, pero de otra manera. Los Reyes Católicos, esos que unos dicen que eran buenos; otros, que malos; y, otros, que ni lo uno, ni lo otro, habían emprendido el final del guerra contra el reino Nazarí de Granada.

Málaga, la que está junto a la mar azul de Ulises se las prometía muy felices. El castillo de Álora era el bastión que defendía el camino que bajaba por el río abierto en meandros en medio de la llanura y… entonces, vinieron con el ejército de conquista gentes de Cumbres, de Freixenal, y de Encinasola y de todos aquellos lugares.

Luego, cuando llegó la época de reparto, le dieron tierras y se asentaron y aportaron costumbres y manera de vida y apellidos que serían comunes: Galván, Jiménez, Moreno, Delgado, Vázquez,  Rodríguez, López, García, Domínguez, Gómez, Sánchez, Márquez, Ruiz, Muñoz, Ramírez… ¿seguimos?

Trajeron, también, lo mejor que tenían. Trajeron a su madre, venerada bajo el nombre de Virgen de Flores y la dejaron aquí y, aquí está desde hace más de quinientos años. Y en Álora y en Encinasola –porque estos vinieron desde Encinasola – se le reza y se le pide a la misma Madre.

Con el paso del tiempo las relaciones una vez fueron más vivas; otras, más apagadas. Hace un par  de años Antonio García Barbeito escribió una Salve; el maestro Abel Moreno le puso música. Se estrenó allí. Ahora, su Coral viene aquí y la quieren presentar cuando la Virgen llegue,  en su retorno como cada año, a finales de agosto,  por unos días al pueblo.


Llegan dentro de un rato. Vienen con la ilusión de quien acude a casa, a su casa “que en Encinasola / con nombre de Flores / eres Flor de Amores / de mi corazón. / Y en un santuario, /Salve de un rosario,/ Álora te guarda / en nido de amor…”

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jueves, 24 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro. El paisaje de Flores

Es obligado llegarte a Flores. Lo más interesante es el paisaje, el entorno y cuanto encierra dentro.  Verás. El convento se enclava en las faldas del Hacho. A mitad de ladera entre el río y el monte.  Te va a merecer la pena echar un vistazo a las yeserías del camarín de la Virgen. La simbología bíblica mariana está reflejada  minuciosamente. El paisaje que se divisa desde la explanada, excepcional. A tu vista, al lejos, sierras calizas; hacia tu derecha, tierras pardas de lagares; abajo, a tus pies, la vega fértil cruzada por el río…, y entre el río y la sierra, tierras de labor que verdeguean en primavera y se visten de rastrojos en los meses mayores del estío.


MORALES GARCÍA, J.  Álora. Trazos y palabras. Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2003

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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

“A la orilla de la fuente
un caballero pasó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó”. 


LA ROSA. Joaquín y Serafín Álvarez Quintero.


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¡Viva la Virgen de Flores!

Hijo único, la orfandad marcó su infancia; luego, también, parte de su vida. A la muerte prematura de su padre, su madre buscó el refugio y amparo de dos cuñadas, soteronas y mayores que ellas y que, en fondo, tenían la llave de la despensa.

Niño inseguro, siempre fue acompañado a la escuela de una criada. Nunca pasó por el aprendizaje de la calle. Los niños, los contados niños a los que se le permitían acercase podían jugar con él… en su casa, claro.

Cuando llegó la hora de la Primera Comunión su madre lo llevó a hacerle la fotografía para perpetuar la ocasión a un fotógrafo de la capital. Se apellidaba Olmo. Tenía el estudio en calle Cister casi en la esquina de calle Cañón, cercano a las paredes de la Catedral.

El día antes se habían desplazado en el tren. Se alojaron en casa de unas parientas que vivían en calle Beatas – también es coincidencia de nombrecito -  y de allí a media mañana llevaron a la criatura al estudio de Olmo. Olmo se desplazaba al pueblo todos los domingos pero el estudio de Málaga tenía más caché que el del pueblo.

Olmo lo situó con un rosario en las manos, arrodillado en un reclinatorio postizo, con un librito postizo, y con un  altar postizo. El hombre escondió la cabeza detrás de un paño, levantó la mano para atraer la atención del muchacho y… en ese momento, en ese preciso momento, interrumpió la madre: “Un momento, Olmo, un momento, que no le he puesto la colonia…”.

Se libró de la mili - ¡con lo bien que le habría venido! – por hijo de viuda, que era cierto pero no lo era que alimentase a la madre porque vivían de unas pequeñas rentas de las fincas heredadas del padre y que administraban las solteronas beatas.


Al muchacho le arreglaron el casamiento. Le compraron el traje y el ‘cuarto’ porque el muchacho se quedó a vivir en el lugar donde había vivido siempre. Aquella noche fue la noche más sublime de su vida. Conoció la libertad. El hombre, todo expresivo fue incapaz de guardar el secreto de alcoba y, en un impulso incontenible, en el silencio de la madrugada abrió, de par en par, el balcón, se asomó, y a voz en grito, con los brazos en alto, proclamó: ¡Viva, la Virgen de Flores!

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miércoles, 23 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: La Economía de los frailes de Flores

Sabrás, por ejemplo, que valoraban los carneros a sesenta reales de vellón y los borregos a ciento dos; un becerro, quinientos; por una misa cantada  percibían cuatro; un celemín de lentejas costaba ocho rs… Gastaban en sandalias, tabaco, herrador, arreos para las bestias, esquiladores, carbón, bacalao, una freidora, una llave nueva… En leche, un real de vellón y es la única vez que aparece en todo el período estudiado que abarca de 1800 a 1825


MORALES GARCÍA, J.  XXV Años de presencia franciscana en el convento de Flores de Álora. El Franciscanismo en Andalucía. III Curso de Verano, Universidad de Córdoba, 1999


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“Y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro
para él”.
 


LA ROSA. Hermanos Álvarez Quintero



Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. España huele a eso...

España olía a cine de verano a pantalla con Estrellita Castro, y Currito de la Cruz, y aquel bolero que cantaba a María Dolores que decía que se movía mejor que las olas y que tenía unos ojos… y a un último cuplé acuchillado por la censura con no se sabe cuántos reparos.

Luego vino Françoise Hardy. Nos hizo arrastrar el ala. La voz melosa. Chicas y chicos  paseaban por las calles de las ciudades de un país que entonces estaba muy lejano; una ciudad donde decían que todo era luz y los artistas pintaban, libremente, en Montmartre… Y tenía un río con agua, con mucha agua…

Gigliola Cinquetti nos pregonó que no tenía edad para amar. Mentira cochina. Bueno, mentira del todo, no. Ella…de la ella de aquel tiempo solo sabíamos, lo que  nos contó el festival de San Remo que también nos quedaba muy lejos en la España de blanco y negro, y  lo que Fernando García de la Vega y Juan Erasmo Mochi, cada tarde de domingo,  en los play-bak de Escala en Hi-fi…

Vino un salto con “Un homme et une femme”.  Claude Lelouch acercó desde la pantalla lo que era el amor. Miles de adolescentes tuvimos  imágenes imborrables de cómo el amor se cruzaba en la vida de Anouk Aimée y Jean-Louis Tintignant, ‘Un hombre y una mujer’ marcados por las tragedias en sus propias vidas.

Benito Moreno con una guitarra y voz aguardientosa cantaba que España olía a pueblo, a descalzo y a fuente, a don Juanes de bar, a paredes de cal, a niño no hagas eso, a no me da la gana… España, aquella España que despertaba a tanto y a tantas cosas, también nos queda lejos, muy lejos.


Esta España de hoy supera en muchas cosas a aquella. Nunca el pasado fue mejor. Ahora, sin embargo,  huele a crispación; demasiada crispación; demasiado descontento. Flota en el aire caliente y viciado de este verano. Quienes tienen, quieren más; quienes no tienen no pueden aguantar. Barcelona, incendios, huelgas, algunos políticos que buscan su interés; gente desilusionada. ¿Solución? Seguro que la tiene. Ojalá no tarde. España hoy huele a eso. No puede seguir con este olor.


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martes, 22 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo nuestro: Benefactores de Flores

“Gonzalo Pérez de Márquez  murió en 1592 y dejó manda de ochocientos ducados para las obras; Bartolomé Ximénez de la Puebla, muerto, también en 1592,  lo nombra por heredero universal; Juan García, soltero, natural de Almadén, muere en 1598 y testa en su favor; Juan Moreno Acedo, beneficiado, muerto en 1673 dejó una colección de lienzos que representaba todos los Misterios de Nuestra Señora cuyos cuadros existieron adornando los claustros  bajos hasta la destrucción del Monasterio en 1835”…

(Sirvan estos testimonios como reconocimiento a todos los que, de una u otra manera, a través del tiempo, ayudaron al Santuario).



MORALES GARCÍA, J. Álora, como casi cuentos de recacha. Álora, 2002


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

Era un viejo jardinero 
que cuidaba con esmero 
del vergel. 


LA ROSA. Hermanos Álvarez Quintero.


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Juanillo

Juanillo no era ni alto ni bajo; no. Juanillo no era ni gordo ni delgado; tampoco. Juanillo andaba en esa edad en que para hombre ya se decía que era un hombre ‘hecho’ pero a la que él aún no había llegado. Para muchacho hacía tiempo que debía haber dejado el camino pero aún no se sabía si pensaba hacerlo algún día.

Era ‘pájaro’ de una banda que volaba a su aire sabedora que tenía un nido. Era amante de ‘cerrar’ cada noche la Fuentarriba porque siempre encontraba la tertulia adecuada, pero por las mañanas eso de ver cómo despuntaba el sol por los Lagares estaba reservado para otros. Ya se sabe lo de tomar los dos frescos son tareas incompatibles.

Pasó por la escuela y, al terminarla, su padre lo placeó por los colegios de pago de aquel tiempo. En los Maristas duró el tiempo que dicen que tenía el tren de parada en Campanillas; en los Jesuitas de El Palo le aconsejaron que mejor con el Padre Mondéjar, en Pozos Dulces… pero él alegó que allí se aprendía un oficio y que eso para su Juanillo… En los Salesianos, casi igual.

Hizo la mili, voluntario, en los Gurripatos de Calle Cuarteles, frente a la Estación de Andaluces, conforme se subía hacia el Puente de Tetuán y el Guadalmedina. Nunca entraron por aquellas puertas más pollos lorigados, ni más muestras de chacinas, ni canastos de brevas, higos, granadas, cestos de  naranjas, batatas o dulces caseros …

Cuando se licenció en su cartilla militar aparecía que en caso de movilización general debía incorporase en el Acuartelamiento de Caballería, carretera de Maracena, s/n, en Granada. El padre – porque el padre fue a recoger la cartilla de Juanillo – intrigado preguntó: ¿para qué es esto si mi Juanillo ha hecho la mili en Aviación y esto es de Caballería? “Para que corra, a ver si para eso sirve” le contestó el capitán de intendencia.

Juanillo en su baje cultural tenía las cuatro reglas contando para  hacer las operaciones, eso sí, con los dedo, y el encabezamiento de la carta de:”Al recibo de la presente espero que se encuentre bien, yo bien, a Dios Gracias… y lo todo eso.

Un día el padre se encuentra a un amigo:
-          Mi Juanillo tiene novia, ¿conoces a la novia de mi Juanillo?

-          No, - le contestó – pero conozco a tu Juanillo.


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lunes, 21 de agosto de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las cuentas de Flores

Un documento existente en el Archivo Histórico Nacional de Madrid reza: INVENTA-RIO/DEL CONVENTO / DE NUESTRA SRA / DE FLORES / DE ALORA / AÑO 1779 y que aportan los frailes a las distintas Congregaciones y Capítulos celebrados en las ciudades de Marchena y Sevilla, anotándose una larga interrupción entre 1809 y 1815  a consecuencia de la Guerra de la Independencia. Se celebraron quince aprobaciones generales.


MORALES GARCÍA, J.  XXV Años de presencia franciscana en el convento de Flores de Álora. El Franciscanismo en Andalucía. III Curso de Verano, Universidad de Córdoba, 1999


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Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Luces

Cae la tarde. El sol baja lentamente. El sol está a punto de perderse en el horizonte… ¿El horizonte? Sí, ese lugar que siempre anhelamos y nunca lo alcanzamos. El horizonte, como el Dorado, como  el amor, siempre está un poco más allá, solo un poco más allá de donde podemos llegar.

El cielo está sembrado de unas  nubes de gasa. Son nubes deshilachadas. Son nubes que no anuncian nada;  solo se muestran distintas.  Son de un tul diferente. Se ha vestido de tonalidades  intensas.  La Mano de Dios ha mezclado los colores. Dejaron de ser blancas y, ahora, tintan el cielo de violeta, y luego de naranja, y luego de naranja intenso,  y  luego de rojo con esa tonalidad que dice que no es de fuego exterior sino es de ese otro fuego que va por dentro.

Un grupo de paseantes apura las últimas luces del día. Pasean.  ¿De qué hablan? ¿De qué habla la gente, esa gente anónima de la que no conoces sus nombres ni sus cosas, ni sus gustos, y que pasea por cualquier playa? No lo  sabremos nunca. A veces, las conversaciones que no trascienden son las más intensas por íntimas, por propias, por únicas.

Otros juegan con la arena. Dejan que el tiempo los envuelva. Están ajenos a tanta belleza como les rodea. El disco del sol se refleja sobre un charco que no quiere irse del último remanso de arena. Es algo así como quien quiere  atrapar ese suspiro  que se escapa y no tiene palabras pero sí un destino concreto.

No es una mar bravía pero sí tiene olas. Son olas encrespadas.  Vienen a dar en la playa como quien viene a morir entregando todo su poderío, toda su fuerza, todo lo que lleva dentro y que ya es muy poco ante la imposibilidad de conseguir los objetivos que se propuso en otro momento. Es la proclamación de la derrota.


No está el mar en silencio.  El mar nunca está en silencio. El rumor intenso es un martilleo constante. Los restos de una embarcación encallada resisten. No sabemos por cuánto tiempo al salitre y a la brea y al golpeo de las olas  que lo dejan como un testigo mudo. ¿Dónde estarán los restos de todos mis naufragios? 



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