domingo, 9 de noviembre de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Castañas

                                               

El otoño llega a Álora cuando tiene que llegar. O sea, cuando le da la gana. Este año porque lo ha creído oportuno lo ha hecho más tarde. Ni ha llovido cuando tiene que llover, ni ha hecho frío cuando tiene que venir, ni han llegado los ‘vareaores’ cuando  les corresponde por tiempo y hora.

Solo Antonio no ha faltado a la cita. Antonio Díaz, - Antonio, ‘el Carnicero’ - está donde tiene que estar. Dicen que no se concibe una fuente sin agua ni un campanario sin campanas ni una taberna sin borrachos ni una primavera sin golondrinas ni un otoño sin castañas. No. Tampoco se entiende mucho la Veracruz sin Antonio con el puesto de castañas.

Antonio no ha sido nunca carnicero. El apodo le viene de familia. Antonio ha sido siempre un trabajador de amanecer a madrugada. Nunca le ha hecho asco ni al mal tiempo ni al trabajo, ni a nada que signifique sudar el pan de cada día.

Un humillo tenue llenaba la calle. El hornillo, carbón ardiendo, una olla de porcelana  de las de antes con el culo agujereado y un puñado de castañas. De vez en cuando un espurreo de sal. Sabrosas, en su punto; ni crudas, ni pasadas. Cucuruchos de papel. Y, sobre todo, la sonrisa de Antonio. Porque Antonio siempre tiene una sonrisa amplia y generosa como corresponde a los hombres de bien.

En Álora no hay castañas. Nunca le he preguntado a Antonio de dónde trae las castañas. No importa que sean de Pujerra o de Yunquera… ¡Qué más da que se hayan criado con aires que acunan los pinsapos las noches de nieve o con los que bajan por el Genal y se acurrucan en las laderas. Da lo mismo. Hablaba Carlos Cano de la ‘Cena de las Monjas’. Lo mejor, la conclusión: “… y las gracias de tus manos”.


Me paro con Antonio; hablo con él. Me ofrece su amistad. Se lo agradezco. No hablamos ni de lo divino ni de lo humano. A veces hablamos del tiempo y del tiempo que hace… “Pepe, más de sesenta años” y yo digo para mis adentros y si pudiesen ser muchos más… ¿dónde hay que firmar? 

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