Era de estatura media; ni alto ni bajo. Enjuto; la nariz
sobresalía en su rostro. Ojos negros. De mirada penetrante y aguda. Tenía el
olfato clínico de los médicos excepcionales que estaban en la medicina por
vocación. Con su sola presencia el enfermo ya había recorrido el ochenta por
ciento, o más, del camino de la recuperación.
Médico por Granada, ejerció en su pueblo, en Álora. Los
dichosos Rayos X y la poca – casi ninguna- precaución fueron el detonante de
apartarlo… Los enfermos perdieron un pilar básico. El Ayuntamiento, en Pleno,
le reconoció, cuando aún vivía, la labor: “Hijo predilecto”, una placa en la
fachada de su casa…; el pueblo lo guarda en el lugar de privilegio en su
corazón y que solo se le da a las personas que se quieren mucho.
Me honró con su cariño y su amistad. Me contó muchas cosas:
de la vocación, de la profesionalidad, de las cosas raras que pasan en el ejercicio,
en el día a día. Fíjate. “Una noche – decía- caía el agua a cántaros. Iban las
calles llenas. Casi de madrugada llaman a la puerta. Golpes secos, continuados.
Eran golpes de alguien traído de la mano de la desesperación” Era…
“Don Paco, - continuó
el relato - mi niño se muere. Tiene mucha calentura. No le baja con nada, mi
mujer le pone paños de agua fría, le hemos dado pastillas… Tenía dos bestias
aparejadas en la puerta. Había mucho barro en los caminos. Cuando llegamos a la
casa, el chiquillo, daba brincos en la cama, casi convulsiones…” Lo reconoce…
-
“Tráeme una palangana, agua y una toalla
limpia.”
Con el bisturí rasgó, saltó el pus acumulado en el pulpete de la mano izquierda. Una espina
de palmera clavada hacía unos días… Al rato el niño, extraído todo el pus,
dormía placenteramente. Con las claras del día volvían al pueblo.
-
“Ese hombre, me decía, me estuvo agradecido toda
la vida porque yo había salvado a su niño”.
Cuando el tifus de tu
padre, yo solo tenía pastillas de optalidón. ¡Fijate para un tifus pastillas de
optalidón! Sabía que se me iba… y yo no
podía hacer nada…, por si fuera poco, era mi amigo…
-
“Pepe, estas son las dos caras de la medicina…”
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