Así como así, alguien diría que
es una pena de hombre. Pues va a ser, que no. Un héroe. Desconocido. Escondido
en páginas de una historia gloriosa que, antes, la gente estudiaba y la
conocían; ahora… ¡qué quieren que les diga, ahora!
Se trata de Blas de Lezo. “Patapalo o Mediohombre”. Vasco de Pasajes. Marino en cien mares. Del
Mediterráneo al Caribe. En Cartagena de Indias se lo llevó la peste, enfermedad
generada por los cuerpos insepultos ocasionados por los sucesivos combates.
Los ingleses pusieron sitio a la
ciudad caribeña. La derrota inglesa fue enorme. Tan en lo suyo estaban que
pasarían a los españoles por la piedra que acuñaron con anterioridad las
monedas – ocultadas, después - conmemorativas. En el anverso de la moneda se
leía: “Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741” y “El
orgullo español humillado por Vernon”. En su retirada el inglés gritaba: “«God damn you, Lezo!»” (Que Dios te maldiga, Lezo)
A los veinticinco años perdió la
pierna izquierda frente a las costas de Vélez. Sí, la nuestra, la capital de las
tierras, a sol naciente de Málaga en la Axarquía; tuerto, del ojo izquierdo al
explotarle una esquirla frente a Tolón, y manco del brazo derecho, frente a
Barcelona.
¿Hay quien dé más? No sé, pero de la forma cómo
reaccionó es difícil que lo hagamos los que nos consideramos normales. Los que
tuvieron madera de héroe como él, no. Dicen los papeles viejos que la
amputación de la pierna, fue sin anestesia (vamos, en vivo, para entendernos) y
no soltó ni una queja.
Doscientos setenta y tres años
después (parece que no ha habido mucha prisa) su Patria le reconoce como héroe…
En Málaga tiene calle. A espaldas del Hospital Civil. A continuación de Eugenio
Gross. Arranca entre las esquinas de Velarde y el Camino de Antequera y va
hasta el Arroyo de los Ángeles…
PD. El 17 de enero de 2010 publiqué lo que antecede –con ligeras variantes
- en ymalaga.com dirigido, entonces, por nuestro entrañable y añorado Paco Rengel. Madrid acaba de
reconocer la heroicidad de Blas de Lezo con un monumento en la Plaza de Colón.
La actualidad manda. He creído oportuno reproducir lo publicado entonces. Ustedes disculpen la
osadía, pero en los tiempos que corren...
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