lunes, 31 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ríos de aguas claras
Con demasiada frecuencia uno se
pierde entre sierras solapadas entre sí. Siempre detrás de una, viene otra y
otra: otras veces, anda kilómetros y a
la inversa de como corre el río busca ese lugar donde dice la Geografía que
nace, y contempla y admira y piensa; en ocasiones, deambula y se encuentra con lecciones
de vida en el silencio y en la soledad de campos.
He llegado a los nacimientos
del Ebro, majestuoso y único: “El Ebro guarda silencio /al pasar por el Pilar
/ la Virgen está dormida / no la quiere despertar”; al del Tajo, humilde y
discreto en Fuente García, al que se le une el Tragacete que nace con todos los
boatos y se queda en afluente.
El Guadalquivir, del que don Antonio Machado dijo: “Te vi en
Cazorla nacer / hoy en Sanlúcar morir. Y que marcó el camino para que llegasen
los barcos de vela a Sevilla... En sus orillas olivos, y más olivos… para que
no faltase el aceite que las lechuzas tienen que llevar a los velones de Santa
María, allá, en la catedral. Barbeito dijo de él que era “memoria del agua”.
El Miño, aflora en el pedregal
de Irimia y acalla las voces que dicen que nace un poco más abajo en Fuente de
Miña. Las meigas se acurrucan cuando terminan sus servicios de noche en las oquedades
de Fonsagrada.
“El Miño lleva la fama; el Sil,
el agua”. Y uno recuerda una tarde de abril. El Miño llevaba algo más
inconmensurable que el agua. El tren subía lentamente. Bordeaba sus orillas desde
León a Sarria. En la Rúa Petín:
- Y tú ¿cómo te llamas?
- Rosa.
_ ¿y tú…?
De los Picos de Urbión viene el
Duero, del que, según Gerardo Diego “ya nadie a acompañarte baja / nadie se
detiene a oír tu eterna estrofa de agua” y decía, también que molía en sus
romances palabras de amor, palabras y a media ladera, San Saturio lo ve irse
camino de otras tierras.
Viene el Genil de la nieve al
trigo – eso pregonaba Federico – y también nos dijo que iba entre naranjos.
Eran los naranjos de Écija y de Palma del Río. Ese río que con el Darro llevan –
también lo escribió Federico – “uno llanto y otro, sangre”.
Ahorman al Guadalhorce, Alazores
abajo, en la Fuente de los Cien Caños… y se va, como quien no quiere la cosa
entre campiñas feraces. En Antequera reza maitines al otro lado de las tapias
de los conventos y saluda con un pañuelo de nácar a Álora, la bien cercada
que… Y uno piensa que “nuestras vidas son los ríos / que va a dar a la mar /
que es el morir…” ¡Qué grande era Jorge Manrique... Eso.
domingo, 30 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácorá. Dios, a pedir de calle
Dios está a pedir de calle. Ya,
en las penumbras de los templos las imágenes esperan la salida a la calle y
como cada año se aprestan a ser las protagonistas de unos actos
maravillosamente iguales pero distintos, y serán las protagonistas en la
esquina aquella, en la estrechez del pasaje donde los brazos de la cruz tocan
los balcones, en la angostura de la salida porque sin caber cabe y se hará el
milagro que parece imposible pero que se consigue.
Ya, en las casas de hermandades
se saca brillo a la plata, se limpian enseres, varales y tulipas. Se repasa la
candelería y los dobleces del manto y se desempolvan túnicas y sayas y
rostrillos y velos y rosarios y joyas, las de menos valor, porque las otras, ya
se sabe hay que tenerlas en los lugares donde la protección es mayor...
Ya se ha contactado y
confirmado con los floristas el número de docenas de claveles, de rosas, de
gladiolos y de tulipanes. Y entre ellos guardarán un secreto que todo el mundo
sabe pero que no quieren decir porque este año las moñas de claveles que va a
llevar la Virgen en su trono será de color… ¡Ah! Eso solo lo conocen quienes
tienen que saberlo.
Ya, se ha vuelto a contactar y
a ratificar con la banda de música y se han confirmado las piezas que se van a
tocar en cada sitio y cuántas van a ser y que este año tienen que poner aún el
listón más alto porque ya se sabe la banda que viene con nosotros esa es…. Pues
eso.
Ya, por consumar está casi todo
consumado en la zozobra de nervios que no dejan vivir. Se han presentado
carteles, revistas, pregones y por presentar hasta se ha presentado el Cirio
Pascual -anoche lo hicieron en mi pueblo - que va a decir que resucitó. Por
cierto, la pintura que lo decora es una obra de un joven artista ya consagrado,
José Carlos Torres, que lo ha bordado (lo presentó Ana María Garrido que
puntualizó lo que la Teología dice para estos actos).
Ya, por dejarlo todo casi atado
solo quedan unos días para que la luna del mes de Nizan, esa primera luna de
primavera, dirán que una noche igual, maravillosamente igual que esa noche de
Jueves Santo, Cristo, Dios y hombre sudaba sangre bajo un olivo en Getsemaní:
“Padre si es posible pase de mi este cáliz, pero no se haba mi voluntad sino la
tuya”.
sábado, 29 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gente de otra pasta
La Historia con mayúscula (hay
otra, la del devenir diario, importante, pero no aparece en los papeles) de
algunos pueblos depara sorpresas.
Álora se ubica la antigua Hoya
de Málaga. Ahora, por una razón que desconozco, la han bautizado con el nombre
de Comarca del Guadalhorce.
Surge desde la neblina de los
tiempos… El pueblo blanco encaramado sobre cerros y al pie de un monte, El
Hacho, se asoma a una vega amplia, feraz… Es el curso medio y bajo del río que
viene desde el puerto de los Alazores donde las provincias de Granada y Málaga
se dan la mano. Se forman meandros. Aporta sedimentos. El mar, muy cercano… El
río busca el dar salida a su agua que siempre está en marcha.
Fue Ibera. Con Roma que dejó
huellas en su suelo se llamó Iluro; luego, con la llegada musulmana Al -a -ora.
Dicen los que saben de estas cosas que su traducción podría ser algo así como
“lugar donde mora el Dios Altísimo”. Por orografía y ubicación no van
descaminados.
Tras la toma de su castillo,
último bastión de defensa antes de llegar a Málaga, su historia cambia. Eran
los finales del siglo XV. Los cristianos trasforman dos mezquitas, a la
principal le dan el nombre de Nuestra Señora de la Encarnación; a otra, más
pequeña y también dentro del recinto amurallado, Santa Catalina. A finales del siglo XVI, plantean construir
un nuevo templo fuera del recinto del castillo.
Álora entonces tenía alrededor
de los 600 vecinos. Los medios económicos muy limitados. A la carencia de
población que aportase mano de obra se unían serios problemas económicos: un gasto de 2.000 ducados por la visita del
rey Felipe IV en 1624; se compra la emancipación de Málaga, en 1628 con un
coste de 12.004.907 maravedís; la
creación de una fuerza de 14 hombres, en 1637 para hacer frente a gente de mal
vivir y perseguirlos hasta las puertas de Málaga; un gravamen extra sobre el
pescado de 2 maravedís para fortificaciones en Cádiz, Torres del Puntal y
Magorda; pagos de atrasos en Alcabalas y Cientos; sufren emigraciones por
enfrentamientos entre familias; en 1671
y 1675 soporta una contribución especial
para reparar el Puente de Toledo en Madrid; en 1676, pagan la aportación obligatoria de 4.000 rs.
al Corregimiento de las 4 villas; una epidemia de peste llamada achaque,
tormentas que arrasan cultivos y cuatro molinos y un terremoto en 1680, una
sequía…
Las obras del nuevo templo
duran de 1600 a 1699, o sea todo el XVII… Además, estaba en construcción el
convento de Flores
¿De dónde sacaban dinero? ¿De
qué pasta era aquella gente?
viernes, 28 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Granada en primavera
He
vuelto. Una entrada por salida. He tenido algo de tiempo – en Granada hay que
tener algo de tiempo para soñar - y hago
mía la canción de Romero Sanjuan. Tomo su consejo. Por un momento asumo el papel.
Me adentro. Recuerdo aquellas tardes largas de otra primavera. El sol se ponía.
Doraba las almenas de la Alhambra. “Amantes que vais a Granada…” Id al lugar adonde van los que aman, id a buscar
la rosa perdida en la Alhambra”.
Me acuerdo
ahora que subo por Recoletas de aquella rosa a la que cantaba Miguel de Molina,
la que hacía gemir de amor el viento en los miradores; id, id, al Generalife, a donde el ciprés del
patio de la Sultana, el ciprés más viejo de Granada…
Está Granada
ahíta de gente en la calle. He deambulado por aquellas calles de juventud. ¿Te
acuerdas? ¡Qué bien olía Granada cuando llegábamos a la puerta de las Angustias
y el paseo luego por calle Navas y Pedro Antonio de Alarcón y Reyes Católicos, y
Gran Vía ….
Por
cierto, Colón aún no ha terminado de entregar los papeles a la Reina. No sé qué
puede faltar en la documentación. La Señora, paciente, sentada en su sillón de
poder, espera y espera…
Amantes
que vais a Granada, subid junto al Darro por el Paseo de los Tristes – evocación
de nostalgia – y caminad junto al río, despacio, sin prisa, como quien mece el
tiempo, y ved cómo se asoman a las ventanas, entre celosías en el adobe, historia y ensueño y princesas encantadas, y ese rumor que
salta, de piedra en piedra, en el murmullo que lleva el agua…
Amantes
que vais a Granada id de la mano por su orilla, y pasada la Casa de la
Chirimías, a la izquierda, subid por la Calle del Candil, y luego, a la
derecha, por la de San Juan de los Reyes y, antes del final, en la Cuesta del
Chapiz, bajad, otra vez, al encuentro del río y del agua…
Amantes
que vais a Granada mirad la nieve, siempre la nieve eterna de la Sierra con
estrellas frías, canciones encantadas en un cielo de embrujo, envidia del
Albaicín, un bordado de encaje que tapa la jarra de agua bebía Federico. Sorbos
de compás y cantos, poesía hecha encaje…
Id a
mirar los espejos del agua, agua de aurora, agua de nieve derretida, ‘agua
oculta que llora’ que recorre galerías de anhelo, de sueños, de amores
imposibles… Amantes que vais a Granada.
jueves, 27 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Y, ahora, tambien
Dice el periódico que Rusia ha
aceptado las condiciones (¿?) de paz impuesta por Estados Unidos y que la
guerra de Ucrania puede tener un final que
quizá no sea el deseado pero que tampoco desconcierta mucho.
“La Geografía, queda; la Historia,
vuelve”. Alguien hace muchos años acuñó el dicho. A pesar del tiempo pasado, demuestra
que tiene una actualidad plena. Rusia consigue la salida al Mar Negro y algunas
poblaciones importantes, además de acongojar a Europa.
Dicen los expertos que la cosa vas
más allá, mucho más allá. Lo importante de todo lo pactado es que Rusia ha
conseguido una salida al Mediterráneo y por ahí, acceso a África, por el Canal
de Suéz, al sur de Asia y por el Estrechos de Gibraltar al Atlántico. Decía un
comentarista: “A Rusia le han abierto la puerta y los balcones”.
Aquí nos las andamos discutiendo
si son tiros o troyanos, si galgos o podencos. Se cuestiona la OTAN y se
cuestiona tener que abrir el bolsillo. La hipocresía envuelta en papel de
regalo. Hay un tema muy espinoso. Me pregunto ¿qué opinaría la vieja Europa si
en una playa de San Diego o en las llanuras de Arizona, por ejemplo, una placa
y una cruz dijese que allí reposan los restos de un hijo suyo que cuando le
segaron la vida tenía, 17, 19, 20 o poco más de veinte años?
La vieja Europa cuando el del bigotito
decidió ocupar los Sudetes miró para otro; cuando invadió Polonia, item más; cuando
cayó Chequia… Y así hasta nuestros días. Ucrania estaba muy lejos y era un
asunto entre rusos y antiguos compañeros de viaje… Ahora, dicen que las realidades
la despiertan del aletargamiento y la sorprenden vieja, cansada y dividida.
Cuando leí lo de la salida al Mar
Negro se me vinieron a la mente los versos de la Canción del Pirata, de Espronceda,
el que nació en Almendralejo por accidente cuando su familia viajaba Badajoz y
escribió: “Y va el capitán pirata /
cantando alegre en la popa / Asia, a un lado, al otro Europa / y allá, al frente,
Estambul”. Hay un ramillete de nombres
en la respuesta: Bósforo, Dardanelos, Mar de Mármara, Mar Negro... Quédense con el nombre que más le convenga. Cualquiera
de ellos puede dar una respuesta adecuada. Esperemos que los dirigentes que nos
mandan, también la tengan.
miércoles, 26 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La mujer de las flores amarillas
A eso de media mañana se abrió
el balcón. Al otro lado de la ventana un hombre, mayor, vestido con una sotana
blanca, con la cara abutagada, en una silla de ruedas. Se esforzaba por
saludar. A duras penas levantaba el brazo. Le costaba.
La multitud, agolpada, en una
plazoleta delante del hospital porque el hombre estaba el balcón de un hospital
estalló en gritos de entusiasmo. Aclamaban, gritaban de alegría. Era una manera
de exteriorizar el gozo que les salía de dentro.
Alguien empujaba la silla de
ruedas. Era un hombre con traje, con corbata, correctamente vestido. El hombre
de blanco, el que venía en la silla de ruedas saludaba con su mano derecha. En
un momento elevó el pulgar de su mano derecha. No era ningún emperador del
circo que perdonaba la vida. No, no. Era la aquiescencia de la gratitud.
El hombre que empujaba la
sillita de ruedas le ha dicho algo al oído. Él con la cabeza ha dicho que no.
El hombre ha dado un paso hacia atrás. Se ha colocado detrás del anciano
vestido de blanco y con la cara abutagada.
Otro hombre también con gafas
como el hombre que le dijo algo al oído se ha colocado al otro lado. Esos dos
hombres con trajes, camisas azules y corbatas pertenecen a la guardia del
pretorio que cuida de él. Esos hombres son las personas que están más cerca de
él en una mañana de sol en Roma.
Hay otro hombre. Tiene una
cámara. Graba. Perpetua la escena. Dicen que hasta Pio XII a los Papas no se
les veía nunca. Ahora, ¡cómo cambian los tiempos! se retrasmiten hasta los
detalles más insignificantes. Hay un griterío ensordecedor….
El Papa saluda con su brazo
derecho medio levantado. Hace un esfuerzo. Se ve que faltan las fuerzas. El
hombre que va a su izquierda, el que parece que lleva la voz cantante, le ha
dicho algo al oído. El Papa ha asentido. Ha dicho que sí. Le ha acercado un
micrófono.
Habla el Papa. Sobre su pecho
reposa un crucifico de grandes dimensiones. La cruz de este hombre no es una
cruz como la que llevan otros hombres. En su dedo anular de la mano derecha un
anillo. Es el símbolo del poder… Gesticula con las manos mientras salen,
entrecortada, las palabras. Ha reconocido, entre el público a alguien. Hay un
tiro de cámara. Es una mujer de alma
grande, con aspecto de jubilada; pelo blanco y sonrisa abierta. No cabe de gozo
Lleva, envuelto en papel, un ramo de flores. El Papa la ha reconocido. La ha
señalado.
- “Y veo a esta señora con
las flores amarillas…. ¡Es brava!”.
martes, 25 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El puente de Talavera
Acaba de ser noticia. El río
Tajo a su paso por Talavera de la Reina, en la provincia de Toledo, llevaba tal
cantidad de agua que ha arrasado un puente que enlazaba – como todos los
puentes – dos partes de la ciudad. Ha suscitado añoranzas y dolor entre el vecindario.
El pueblo lo conocía como el puente
romano. Luego cuando han hablado los expertos dicen que romano pueden
ser los cimientos pero que era medieval. Tampoco está mal eso de que uno tenga en
su pueblo un puente de tiempo tan pretérito.
España está llena de puentes romanos
o sembrada de tesoros del tiempo de los moros. Y hay quien aún cobija la
esperanza de que algún día pueda tropezarse con esas joyas de antes que afloren
ante sus ojos.
El Tajo no es un río cualquiera.
Nace en Fuente García, no lejos de una ciudad – aunque tenga muy pocos habitantes
– Albarracín, en la Serranía de Cuenca. Ahí también tienen reminiscencias de cuando
los dichos moros andaban por aquellas tierras.
Es el río más largo de la península
Ibérica. Supera los mil kilómetros de longitud y llega al Atlántico por Lisboa
en el mar de la Paja. Felipe II tuvo la idea de hacerlo navegable hasta Madrid.
Habría sido más lógico poner la capital en Lisboa, pero …
Se cuenta como anécdota que
Espronceda entró por barco en la capital portuguesa y que desde la barandilla arrojó
al río varias monedas que llevaba en el bolsillo porque “le daba vergüenza
entrar en tan gran ciudad con tan poco dinero”. Lo que no dijo es que un
bolsillo de su casaca llevaba un cheque para uno de los banqueros más
importantes de Lisboa.
En el primer tramo del curso el
río parece uno más y sin mucha importancia. Es relativamente pequeño. Trascurre
por quebradas, terrenos profundos y con gran vegetación de pinos. Cuando sale a
meseta abierta el curso aumenta. Recibe en
tierras de Aranjuez, al Jarama. … Ahí, es
un río precioso. De en ensueño, como también lo es cuando pasa por Toledo. Más adelante al Alberche. Dice el refrán “si
el Alberche y el Tajo se amistan, Talavera, que Dios te asita”. Algo de eso
es lo que ha pasado. Aguas abajo recibe al Tiétar y al Alagón, el más largo de
todos sus afluentes.
Las imágenes de un río con tantos
miles de hectómetros cúbicos de agua, además de miedo, sugieren muchas cosas.
Si de estas calamidades se aprendiese algo…
lunes, 24 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El campo
Era poco más de media tarde. La
carretera salva las estribaciones de las sierras en un regate interminable como
lo niños cuando jugaban en la calle con una pelota de trapo. A un lado. la
sierra de Abdalajís; al otro, las Cuerdas. Bajan del Torcal. Exhaustas de
entregan a la campiña.
Entre el cortijo del Guirrete y
el Puerto de Álamo, a la derecha, el campo regala la belleza que encierra en su
interior en estos primeros días de primavera. Abajo, no se ve, el arroyo de Las
Piedras viene desde los Prados de Eslava. Da tumbos, mordidas sórdidas a la
campiña y luego, cuando ya sin fuerza llegue al río, al Guadalhorce, entregará
los tratos de matar porque el toro se ha ido vivo a los corrales.
Hasta siete – siete eran los días
de la Creación – tonalidades de verde regala el campo. El sol lleva su camino;
el viajero, también. El viajero piensa en esas cosas del mundo que salen en lo
telediarios. Se he roto el mundo. Mejor, se han roto los hombres que no ven la
mano de Dios abierta y generosa en lomas sembradas de vida.
Hay jaramagos – este año, por cierto,
tiene una cosecha soberbia – en medio de los sembrados. Han abierto el camino.
Le han seguido las magarzas, los alcauciles, los cardos, algunas amapolas
tímidas que en cuanto caliente un poco el sol, vendrán a regalar color con las
manos llenas.
En esos zarzales del borde de
la carretera debe haber ya algún pajarillo husmeando el sitio para hacer allí,
precisamente allí, su nido. En la campiña lo harán las alondras, las cogujadas,
la perdiz roja esa que tiene un vuelo muy intenso pero breve…
Las últimas estribaciones del
Torcal han llegado al borde del sembrado. El camino – ahora ya es carretera asfaltada,
estrecha, con curvas, pero carretera, lleva la Joya y a los Nogales y a la
Higuera y… Allí nacen arroyos, bravos ellos, que cuando ven la batalla y la
guerra perdida, se entregan a otros y así…
Echo mano a Juan Ramón y leo
que le pregunta a Platero ¿tú nos ves, verdad? Y le pregunta por el agua de la
noria que se ríe en paz, clara y fría, y por las abejas en torno al romero
verde y malva y por las mariposas…
El telediario de hace un rato
ha dado una mala noticia - ¡otra más! – y ha informado que un viento huracanado
ha arrancado de cuajo el pino centenario donde Juan Ramón… Sí, el pino ya no
podrá decir que bajo su copa dormía platero para siempre…
domingo, 23 de marzo de 2025
Una hoja suelta de cuaderno de bitácora. La primera golondrina
Poco más de media tarde. Cielo, entolado. De vez en cuando un chubasco, a modo de chaparrón, intenso; desaparece al poco tiempo. El campo verde… De pronto, por delante del parabrisas, pasa rauda una golondrina. La primera del año. Ya sé lo del refrán: “una golondrina no hace primavera…”
Se me vienen a la mente los versos de la rima de Bécquer. “pero aquellas que el vuelo refrenaban / tu hermosura y mi dicha al contemplar (…) esas… ¡no volverán”.
Está el campo ahíto de flores nuevas: magarzas en los bordes; alcauciles que se suben; jaramagos, en las laderas. Renueva el pueblo el aire que la anuncia primavera. Andan como locos buscando escaleras – pregones, carteles, triduos… - para subir al madero. Ya saben lo de don Antonio Machado, porque ya casi huele a Semana Santa. La que viene cada año –como las golondrinas- siempre igual y siempre distinta.
No está la tarde, por ahora, para dar un paseo. El telediario ha informado que esta pasada madrugada el Tajo, por Talavera de la Reina, se ha llevado el puente romano. No han dejado claro si es de entonces o del siglo XV que también son años. Lo cierto es que los ríos van salidos de madre.
Leo un rato a Juan Ramón y me quedo con sus versos y con su paseo por la orilla verde el río y con ese pensamiento mío que se va con el crepúsculo y que se lo lleva la corriente… No sé –yo tampoco, maestro- qué camino buscar si el de la mar o el del olvido. Al igual, entre los dos, puede andar.
Hace unos días, hablaba con un amigo.
Le comentaba que este año aún no había visto ninguna golondrina y aunque soy
consciente que tienen que venir, irremisiblemente, como decía Bécquer a “tu
balcón sus nidos a colgar”. A mí, me queda una pregunta. Espero no quedarme
sin respuesta. ¿Volverán las golondrinas que hacen nidos de sensatez y
concordia? Que vengan esas golondrinas, que saquen camadas de normalidad, y
podamos tomar una copa, o las copas que se encarten, con quienes piensen de
madera diferente. No me negarán que sería bonito, muy bonito.
Y buscan tallaje para el equilibrio del trono y el
traje gris con la camisa blanca y…el ya sabes: yo estaré en la equina… ¡Ay! aquel primer amor que miraba desde el
revolver de la esquina y le pidió a su Virgen por él, que iba debajo… Corre por
el aire –entonces y hoy- un mensaje callado y cómplice de corazones en silencio.
“Mare mía…” rompe la saeta.
Puente romano sobre el río Tajo. Talavera de la Reina (Toledo)
sábado, 22 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Agua
Andalucía, por no sé que extrañas razones, ha ignorado muchas cosas. A lo mejor, simplemente, le ha vuelto la
espalda. Puede, también que, como el torero que quiere gloria abre el capote en
la puerta de chiqueros, se ha santiguado y con la cara descompuesta, espera que
se abra el portón…
Desde hace mucho tiempo esta
tierra sedienta pide agua. Pide muchas cosas, pero sobre todas, como aquello de
amar a Dios, está el “sobre todas las cosas”. Nunca llegó la reforma agraria,
llegó tarde el progreso y no sabemos si alguna vez vendrá ese líquido sin el
que no es posible la vida.
No me refiero a la que estos
días ha bajado del cielo y ha causado estropicios y desastre en muchos sitios. Bueno,
en parte sí me refiero a esa también. Verán. Aquí llueve poco, a veces,
desaforadamente y casi siempre mal.
Estos días, con motivo de las
lluvias, he escuchado opiniones de quienes saben, de los que no tienen ni
zorra idea de lo que hablan y de los medio pensionistas. Las borrascas vienen y ahí el hombre,
afortunadamente, no tiene mano ni para desviarlas ni para decirles lo que
tienen que hacer porque podría liarlo aún más. Las imágenes, en ocasiones, hace que hasta
puedan hablar las piedras.
Me refiero a un plan hidrológico
hecho por técnicos que saben de lo que va y no por abogados de secano,
advenedizos oportunistas que ocupan puestos y opinan de todo y no saben de casi
nada. Veo como algunos pantanos desaguan y en otros sitios se causan
estropicios con pérdidas irreparables. No me refiero a la pérdida de la vida.
Pienso en las económicas que al igual algunas pueden evitarse.
En el siglo XVII, un francés,
Blas Pascal, habló de una ley física. La llamó “vasos comunicantes”. Un fluido, en este caso el agua, por una
regulación de la presión puede ir de un lugar a otro de manera natural. ¿Se
imaginan esta bendita tierra donde las flores florecen sin que nadie les haga
nada, con agua?
No hay que quitarle a nada a
nadie nada. Simplemente, la que un momento dado sobre en un lugar, por su pie,
como se diría en román paladino, fuese al lugar donde hace falta y que carecen
de ella. Pienso en esos embalses que hoy causan terror al ver la cantidad de
agua desaguada en algunos lugares de nuestra tierra; en la Andalucía sedienta,
y en las personas arruinadas porque el río desbordado ha llevado la devastación
en sus entrañas.
viernes, 21 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Jabalíes
Algunos niños de la mediación
del siglo XX acudíamos a un vetusto edifico que antaño había sido hospital. En aquella
España de posguerra y necesidad se habilitaba como escuela. Reunía todas las
cualidades para no serlo, pero…
Como libro de texto, la
Enciclopedia Álvarez en sus tres grados. Un lápiz – algunos privilegiados,
un caja de lápices de colores Alpino – una goma “Milán”… En la
pared, (había más cosas ) una pizarra y un mapa de hule ajado donde las Islas
Canarias ocupaban un recuadro en medio del mar en un sitio que no era el suyo.
Pupitres bipersonales; tinteros
de porcelana que no se usaba nunca. Las libretas, de color sepia de una o dos
rayas. En la portada, enmarcados, una colección de animales: leones, jirafas,
elefantes, jinetas, jabalíes…; en la contraportada, la aborrecida tabla de
multiplicar. Yo siempre me recreaba en la primera parte…
No recuerdo – entonces no sabía
ni que existían – si fue Altolaguire o Prados quien escribió que “Málaga sin
moros en el puerto, palmeras y palomas en el parque y gatos en el Guadalmedina,
no sería Málaga”. Más o menos. Años después el maestro Alcántara – a quien también
entonces desconocía – escribió: “Disfrazada de gaviota, / la paloma de Picasso
/ se bajó de su palmera / y se fue a vivir a un barco”.
Siguen su tránsito los magrebíes
hacia Melilla a donde va ese correo que baña con su rebufo a los poco precavidos
que no recogieron a tiempo las toallas del rebalaje. En el Guadalmedina ya no
hay gatos.
No está tampoco la jaula con
pajarillos en los jardines de Pedro Luis Alonso a los pies de Puerta oscura y sí
siguen las palomas en el parque.
Ahora se ha aumentado la fauna.
Los jabalíes de las portadas de las libretas se han bajado a los parques de las
ciudades, a los contenedores de basura, a las viviendas de las afueras. En Málaga se han visto en Ciudad Jardín y en
el Cerrado de Calderón, pero hasta ahora no habían tenido la osadía de darse un
paseo por el centro.
Hace unos días, una pandilla de
intrépidos animales, se dieron su paseo. Su nombre, Sus Scrofa. Es un mamífero
artiodáctilo de la familia de suidos. Es lo que dice la Ciencia. La realidad…
es otra cosa. Pueden atacar al hombre. Son trasmisores de enfermedades y de
pintorescos tiene muy poco.
Es una plaga. Se les ha quedado
pequeño el campo. Alguien tiene que tomar medidas a ser posible antes de que vengan
las lamentaciones. Luego, será tarde. Ya se sabe en España acudimos a solucionar
algunos problemas cuando ya no hay remedio.
jueves, 20 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Junto all mar de Málaga
Pienso, junto al mar de Málaga,
ahora que ya es primavera qué sería de esta ciudad sin la bahía, sin los dos
ríos que vienen desde tierra adentro a dejar sus aguas, uno más que otro, en la
placidez azul que da a morir en el rebalaje, sin los montes que cierra el
horizonte….
Pienso, que le pasaría por la
mente a al-Saqundi, en el siglo XIII, cuando dijo que Málaga es tierra y mar
del que vive, con viñas en los montes, con terrenos cultivados y con quintas
que parecen estrellas del cielo. Decía también que Málaga tenía entonces – y
ahora – dos ríos…
¿Cuál de los dos ríos vendrían
a su mente cuando dejaba la impresión sobre el papiro porque en aquel tiempo
aún no se conocía el papel? Sea cual fuera de los dos, Málaga no se entiende
sin ellos.
El de la ciudad, el Guad-al-medina,
sería como lo es ahora un problema. Venía de lo que luego se llamó Campo de
Cámara, donde se criaba la mies. Más rambla, que río. El otro, el más lejano,
el Guadal-hors que citaba Pilino era el río que venía desde la Garbía, o
sea, las tierras que están en ese lugar por donde se pone cada tarde el sol…
Málaga ya no estaba allí, en
ese lugar el Cerro del Villar donde la dejaron los fenicios esa gente que venía
en barcos pequeños, pero grandes entonces y que se parecían mucho a las jábegas
en que la gente de la mar salía a buscar el pescado en bahía.
Pasado el tiempo la ciudad
creció. Primero hacia el encuentro con los ríos; luego, por todos lados.
¿Ahora?... Ahora lo tiene más difícil. Se ha extendido como quien abre los
brazos a ver hasta donde puede llegar y ya no alcanzan a más. Le quedan dos
salidas. Una, subiendo a los montes (como los foramontanos que venían de
Cantabria a Castilla) Es más difícil. La segunda, a ambas orillas del Guadalhorce,
curso arriba, hasta que otra vez – aunque están un poco más distantes – otros
montes también le cierren la salida hacia el norte. Eso está muy lejos. Mas en
el tiempo que en el espacio. También estaba muy lejos cuando la gente de Tiro y
de Sidón dejaron aquellos valles entre montañas y decidieron venirse hasta el
extremo, el otro extremo de mar…
Sobrevuelan las gaviotas; en el
horizonte, muy lejos, un barco; entre un bosque de edificios, casi no se ve,
pero está ahí la torre de la catedral. Se va la tarde…
miércoles, 19 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cormares
“Sólo
a una cuarta del cielo
me
han dicho que está Comares
entre
peñas y olivares
y
blanco como un lucero”.
Te han dicho bien. Sube. Es probable que corra la brisa suave y fresca.
Viene del mar…
Comares corona un macizo rocoso. Se ofrece como pincelada blanca que
avienta las nubes desde un nido de águilas, donde el progreso - ¡dichoso
progreso en esta ocasión! - ha puesto su sello a manera de parabólicas y
antenas de telecomunicaciones.
Fue enclave primordial, conjuntamente, con Benthomiz y Zalía. Los textos
nazaríes la citan como Hisn Qumarich. Fortaleza que acoge a la población
civil en caso ataque enemigo.
La gente amable. Me dicen: “si usted quiere pido la llave de la iglesia
para que entre a visitar al Santísimo”. Te ofrecen, por si lo tienes a bien,
comprar vino moscatel, pasas, miel o pipas de almendras…” para los guisos.
Pasea por sus calles angostas y blancas. Reverbera la cal; florecen los
geranios. Párate a leer los paneles donde
te cuentan su historia. Además de instruirte, te sirve para dar un
respiro ante tanta cuesta y ver por dónde vas.
Asómate, cuantas veces puedas, a los miradores que se abren sobre el
precipicio: por la Puerta de Málaga, por el Camino de la Aguada, desde las
almenas del castillo o desde los paredones del cementerio, que cuando yo me
llevé una sorpresa que ni te digo; pero, al fin y al cabo, tampoco es tan raro
que se tiren las cajas de los muertos por las tapias de un cementerio, ¿no
estamos en un pudridero?
Por la calle del Perdón - el nombre y supones bien -, recuerda otros
tiempos, llégate hasta la iglesia. Es antigua mezquita. Se consagró a Santa
María de la Encarnación.
Por la de los Arcos degústate con el sabor del pasado y en la Plaza de los
Verdiales, -un mosaico te lo recuerda- con la pervivencia del tercer estilo,
propio y único y dicen los entendidos que más vivo y dinámico, de la expresión,
por medio de la música, el cante y el baile, de las raíces más profundas.
En no sé qué sitio he leído y te transcribo que “muchos autores “han
querido ver en el zéjel al abuelo natural de los verdiales” y, que aquí,
en Comares, allá por el 862, murió un tal Samuel, solista y director,
portador de la exquisitez musical de Al-Andalus.
Dicen que la mejor Panda era “La Número Uno, de Maroto” que cantó.
“Viva Dios que nunca muere
y si muere,
resucita
Viva Dios
que nunca muere.
Viva la
mujer que tiene
delgada la
cinturita”
martes, 18 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ruiseñores
Dicen que ya tienen hecho el
petate. Dicen que tienen el viaje preparado porque ellos vienen con los
primeros días de la primavera y luego, cuando el otoño diga con sus amaneceres
frescos que llama a la puerta… entonces, ellos, sin hacer ruido, sin que nadie
lo note tomarán el camino de regreso.
Los ruiseñores pasan los meses
de otoño e invierno en el África subsahariana; la otra mitad del año, en las zonas templadas
del hemisferio norte. Pasan de uno a otro continente por el Estrecho de
Gibraltar. Es la distancia más corta y tienen programada su vida para regatear al
frío del invierno.
Son unos pajarillos diminutos.
Su plumaje, de color marrón los mimetiza con el entorno donde viven y es muy
difícil verlos. Viven en las zonas de maleza enmarañada, entre los zarzales, en
los bosques de las orillas de los ríos, en lo más espeso…. Sus nidos, a
diferencia de los de otros pajarillos no son obras de arte. Anidan cerca del
suelo o ramas bajas y suelen tener dos posturas…
Es uno de los pájaros que
tienen el canto más bello. Es más, alguien diría que su canto es tan
excepcional que es de los pocos pájaros que tienen página propia en la historia
de la Literatura. El Romance del prisionero dice: “Que por mayo era por mayo
/ cuando hace la calor / cuando canta la calandria / y responde el ruiseñor”.
Es de los pocos pájaros que
cantan por la noche. Durante el día no se nota su presencia. Se alimenta de
insectos, hormigas, gusanos… Y durante la noche, sobre todo en las madrugadas,
cantan, y dan compañía a la hembra, durante el período de incubación.
“Que linda está la mañana
– dice la copla mexicana, y agrega – el día que tú naciste nacieron todas
las flores y en la pila del bautismo cantaron los ruiseñores”. Y uno que –
como todos ¿verdad? la hemos cantado muchas veces – ahora recuerda que Manuel
Ponce compuso la letra. Recurrió al recuerdo del Rey David que tocaba el arpa
anunciando al Mesías y Alfonso Esparza Oteo, los arreglos musicales…
Y ahora, cuando los ruiseñores
en el África que está más allá del enorme desierto del Sahara se las andan en
los preparativos del viaje, sabe también, que dentro de unos días, cuando tome
mando en plaza la primavera los amaneceres en los sotos del río estarán tocados
con el canto de los ruiseñores…
lunes, 17 de marzo de 2025
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Charcos
Foto. Andrés García Suárez
Tienen, no sé por qué, mala
literatura. Ese, se dice cuando algo va mal y da demasiados tumbos, se mete en
todos los charcos… “Esta noche ha
llovido – dice la copla – mañana hay barro pobre del carretero que va con
carro… “El barro se formaba cuando la tierra ahíta de agua no se la embebía y
la dejaba a flor de su piel parda y áspera y se formaban charcos.
¿Te acuerdas? Aquel año el agua clara corrió por la
realenga. Buscaba la colada y de allí a la cañada y luego al arroyo y, después,
al río… Bueno ya se sabe a dónde van los ríos… Jorge Manrique dijo de aquello
que era el morir. El poeta además de saber lo que decía lo contaba de una
manera sublime, tanto, tanto que ha llegado hasta nuestros días.
F. Andrés García Suárez
Las tierras de sementera habían
hecho su avío y de alguna manera decían que ya estaba bien, que no querían más,
que… Serpenteaba brillando con el sol
de la mañana entre las matas de alcaciles nacidas en los bordes del camino,
entre los cardos y entre algunos yerbajos de esos que no tienen nombre pero que
siempre están para que cuando los seque el verano vengan los jilgueros a
picotear en sus semillas. ¿Te acuerdas? El agua clara se había quedado también
entre los surcos del trigo que ya levantaba un par de palmos del suelo y
empezaba a espigar.
En las lindes había una buena cosecha de jaramagos. Tú solías decir: los jaramagos y las malvas todos los años tienen cosecha. Es verdad. Llegaba su tiempo y aparecían en las lindes y marcaban su territorio, vestidos de florecillas amarillas, diminutas, preciosas. Todavía no habían nacido las amapolas porque esas pinceladas de amor, retoques de hermosura salida de la mano de Dios entre el verde de los campos aparecen cuando está más avanzada la primavera.
F. Andrés García Suárez
Aquella mañana el cielo estaba
azul. Algunas nubes blancas, coquetas, se acicalaban en los espejos de los
charcos antes de seguir su camino. Luego, trasponían por detrás del monte del
Cerro del Cura; los olivos se sacudían con la brisa y el campo se rizaba como
las mocitas se cepillaban el pelo como si ellas o el campo necesitasen nada
para ser más bellos de que ya estaban.
Escribo ahora cuando cae la
lluvia. Es una cortina gris. Detrás de ella se ocultan, casi difuminados, los
cerros en la lejanía. Allí está El Torcal y el cerro de la Fiscala y los
Lentiscares y…, pero ahora. Ahora te aflora el recuerdo y como decía don
Antonio Machado “quien habla solo / espera hablar a Dios un día…” Pues
eso.
F. Andrés García Suárez