Bodegón. Antonia María Ortega Acedo
28 de abril, viernes. Era un
cantarillo de barro que nunca fue a la fuente. Era un cantarillo que nació de
las manos del alfarero para adornar aquel rincón de la casa, aquella esquina en
la se empotraba un macetero posiblemente salido de la ebanistería de Paco
Casermeiro sin que él nunca lo supiese…
Era un cantarillo que debió
tener debajo entre la madera y él un pañito de croché, o sea de primor, hecho por
las manos que algún día arrugadas ya no cogerán más ni el hilo ni la aguja ni
harán esas pequeñas obras de arte, alelíes de nácar, que nunca se valoran los
suficiente, hilvanado en esas tardes largas en las que no pasa nada, y solo
pasa el tiempo.
En el otro extremo, otro
cantarillo. Su vidriado, menos llamativo. Salió quizá del mismo alfarero, pero
decidió darle otro cocido. A lo mejor en su día contuvo ese líquido blanco que
llamamos leche… Los dos salidos de la
mano del hombre que tomó el oficio más sublime, o sea el del mismo Dios que de
barro sacó la obra más excelsa de la creación: el hombre. (Algunos se empeñan
en llevarle la contraria, pero no lo consiguen).
A la izquierda, un vaso, un
vaso de cristal limpio, transparente, casi traslúcido. A lo mejor ese vaso se
llenó de agua para aplacar al sediento. Decía don Antonio Machado que sabemos
para qué sirve el agua, pero no sabemos para qué sirve la sed.
Pudo también cumplir su oficio
nocturno, cuando en la madrugada, el niño agobiado por la pesadilla, rompe el
sueño de la madre y ella medio dormida lo acerca a los labios que sienten el
consuelo de su frescor. A lo mejor también ayudó a la pastilla en las horas
altas de la noche cuando los búhos se toman un descanso y aprieta el dolor…
Quizá, quizá…
Un plato de cerámica, imita a
la de Fajalauza o a la de la Rambla. La mano de la artista, Antonia María
Ortega Acedo, le da toques de ingenuidad, de belleza, de sencillez que imitan
una flor… ¿O es acaso el alma del plato, en este caso del bodegón que se asoma
porque su autora lo ha querido para remate de los bordes? Aire de movilidad en
los pliegues del paño impoluto, limpio, blanco.
Desconocía la faceta artística
de esta mujer. Me sorprendió desde el primer día. Antonia María, regala el arte
que atesora dentro…
No hay comentarios:
Publicar un comentario