martes, 28 de febrero de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Sierra

 

 


            Sierra de Abdalajís. 

 

28 de febrero, martes. La naturaleza te pasmará con tanta belleza. Deja para otra ocasión adentrarte por el Desfiladero de los Gaitanes. Eso, es otra cosa. Cruzar todo el Caminito es una experiencia que vas recordar siempre. Hoy, si te parece, nos vamos hacia a las alturas. Vamos a coronar la cumbre. Más de mil metros. Con creces.  El paisaje, ni te cuento. Se puede subir por la cara norte, desde allí, si el día está claro la mirada te lleva a Sierra Morena.

Si subes, por Las Angosturas a la cumbre del Huma (por aquí decimos, ‘la Juma’)… La ascensión a pie es lenta, larga y de cielos abiertos. De vez en cuando quédate quieto. Por dos razones: para recobrar el resuello y para admirar todo lo que te rodea. Mira el volar de los pájaros de acero (te sorprenderás de cuántos en tan poco tiempo) que enfilan – no más de seis minutos para estar rodando en pista en el aeropuerto a orillas del mar…-  o los otros pájaros silenciosos, con que los ávidos de sensaciones nuevas describen circunferencias concéntricas (como si todas las circunferencias no fuesen concéntricas…) Han cambiado las plumas por alas de nylon . Hacen parapente, alta delta o vete a saber qué, dejándose arrastrar por las corrientes térmicas.

En las Angosturas pregunta, si tienes ocasión, por qué hay tantos que se llaman Lorenzo. Te hablarán del patrón de El Valle (con solo trasponer por la Fresneda comprenderás parte de tu duda), que te expliquen lo de Puerto de Flandes, por qué lo del Peñón de Negro y por qué en La Parda tenían, cuando vendían los pastos del verano, la llave de la sierra.

Cuando hayas llegado, si no subiste temprano y lo hiciste a pie desde Las Angosturas no tendrás mucho tiempo para patear por las cumbres… Tienes que regresar antes que te pille la noche. Es probable que cuando bajes, ya haya llegado, por mor de las sombras de las sierras cercanas y por lo encajonado, a las orillas del río. Ah, no te lo había dicho, antes, es Guadalhorce. ¿Sabes aquello de Álora, la bien cercada / tu que estás en par del río…? Ese es.

Si quieres, en El Chorro puedes y tienes donde quedarte. El regreso en tren o con el coche. En ambos casos vienes orillando el río que como tú – y como todos – va camino de la mar. Ya sabes de lo Jorge Manrique…

 

 

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