lunes, 27 de febrero de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Miguel de Mañara, un hombre de actualidad


    

 

             Miguel de Mañara. Preludio de don Juan Tenorio.

 

27 de febrero, lunes. Don Miguel de Mañara nació en la ciudad más importante de España del siglo XVII, Sevilla. Era la ciudad más rica, colorista y monumental a donde llegaban los tesoros de América y que por capricho de un rey no era la capital del Reino. Era, también, el lugar con más pobres, hambre y miseria de su tiempo. No faltaban en sus calles harapientos y pillos, truhanes y aventureros. España ya estaba en decadencia, pero allí las artes florecieron de manera excepcional: Roldán, Juan de Mesa, Martínez Montañés, Murillo, Valdés Leal…

Don Miguel de Mañara nació en el seno de una familia acomodada y con gran influencia en su sociedad. Su familia muy numerosa sufrió los vaivenes de la vida. Tuvo una infancia con excelente educación. A los diez años forma parte de la Orden de Calatrava. Con trece es el heredero de la fortuna familiar. Su juventud, irresoluta y mujeriega. Según algunos, preludio de don Juan Tenorio. Con treinta, ya viudo de doña Jerónima Carrillo sufre una gran crisis que le lleva a cambiar de vida.

Un día ve un entierro por la calle y pregunta quién es el muerto. Le dicen que no lo conocen; según otros biógrafos, en sueños tiene la noticia que es el suyo. Se conmociona de tal manera que intenta, después de un período de reflexión, entrar en religión. No lo reciben en ningún sitio.

Mañara ve lo efímero de la vida terrenal y tras un tiempo de asceta decide dejar el devaneo y quiere entrar en contacto con otra vida más trascendente.  Descubre la labor callada de la Santa Hermandad y cómo reparten la caridad entre los más necesitados.

La sociedad sevillana conocedora de su poder y de su vida de don Juan desconfía de él. Lo acoge la Santa Hermandad donde él mismo confiesa que va a ser “el más pobre de los pobres”. Por documentos se sabe que, poco a poco, vende su fortuna y la entrega a los necesitados. Refunda la institución de Caridad. Crea el hospicio y un hospital (no llegó a ver terminado el tercero, cuando muere en 1678 con cuarenta y ocho años)

Está enterrado en la iglesia de San Jorge, en el Hospital de la Santa Caridad de Sevilla. Desde hace unos años la iglesia retomó la causa de llevarlo a los altares, aunque el pueblo sevillano tras su muerte ya lo considero como un hombre que había alcanzado la santidad en vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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