miércoles, 30 de junio de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Baelo Claudia

 

 


La ensenada de Bolonia, es un lugar privilegiado del sur de España, cerca de Tarifa y limitada por las puntas de Camarinal a sol poniente y punta Paloma por el éste. De la tierra interior, la separa las sierras de la Plata, de la Higuera y de San Bartolomé…  En frente, al otro lado del mar, Tánger. Su playa poco profunda, de arenas finas y un régimen muy especial de vientos, la hace apta para los deportes náuticos.

En esa ensenada estuvo ubicada la ciudad romana de Baelo Claudia a finales del siglo II a. C. Estrabón, el griego nacido en Turquía que aportó grandes conocimientos del mundo de su tiempo, desde el mar de Aral hasta los confines del Mediterráneo y hasta el nacimiento del Nilo por el sur, dijo de ella: “Baelo es un puerto donde generalmente se embarca hasta Tingis y Mauritania. También es un emporio que tiene fábricas de salazones”.

El emperador Claudio mandó edificar la ciudad que nació a la sombra de la pesca, las salazones y de una industria muy especial donde tuvo un papel relevante el garum, salsa hecha con las vísceras de los pescados y con un sabor hoy desconocido, porque se perdió la receta aunque recientemente hay quien dice haberla encontrado… ¡Vaya usted a saberlo!

Las ruinas de Baelo Claudia, son las más completas para poder identificar cómo eran realmente las ciudades romanas en la Península Ibérica. Conserva perfectamente las dos nerviaciones fundamentales en la ciudad: el decamanus máximus, que comunicaba la ciudad de este a oeste y el cardo maximus, de norte a sur. En sus extremos había puertas, y en el encuentro de ambas, en el centro, una plaza a la que en Roma se le daba el nombre de Foro.

En su entorno estaban la curia y la basílica donde se administraba justicia, los templos dedicados a Júpiter, Saturno y Minerva, y uno dedicado a la diosa egipcia Isis. El mayor edificio de Bolonia es el teatro y quedan restos de la antigua muralla que bordeaba la ciudad.

Bolonia es un lugar privilegiado, donde al patrimonio cultural de sus ruinas une la belleza del paisaje y un mar que ofrece en su ensenada lo que no hay en otros lugares. Después de siglos de ostracismo por su destrucción por un posible maremoto y por las acciones de la piratería, renace ahora con fuerza pujante.

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