En una ocasión, un grupo de niños
asistía a la catequesis. Uno de los
chavales andaba distraído y su mente iba por esos mundos siderales por
los que a veces transita ‘la loca de la casa’. El catequista se percató de la
situación y sin más, observando como el chaval contemplaba las vidrieras del
templo, por las que entraba el sol de la mañana, le pregunto:
-
A ver, señalándolo con el dedo y llamándolo por su
nombre, ¿qué es un santo?
-
“El que deja pasar la luz”, dijo el niño sin
vislumbrar siquiera la profundidad de lo que había dicho.
Desde hace un tiempo, se ha puesto
en marcha, primero, un proceso de beatificación, para después elevarla a los
altares a Laura Aguirre Hilla que entregó su vida por las personas, en este
caso, niñas que más lo necesitaban.
Laura llegó a Álora en los
comienzos de la segunda mitad del siglo XX. Anduvo por diferentes sitios: casas
en distintos lugares del pueblo, convento de Flores, retorno otra vez al pueblo,
y finalmente, en la carretera de El Chorro, a la salida de la localidad…
Era una mujer que transmitía
bondad, entrega, humanidad impregnada de amor a Dios y a los demás. Las enormes
carestías por las que atravesó para llevar a cabo su obra, y la confianza en la
Divina Providencia, era tan elocuentes, que el pueblo llano, en vida, la
consideraba una santa. Ahora, en su busto junto a su última morada, no faltan
las flores frescas que dejan manos anónimas.
En el proceso, farragoso, lleno
de obstáculos que ponemos los hombres a las cosas de Dios, se están aportando
lo que llaman pruebas… Uno, en su manera de pensar lo tiene muy claro. Si el
pueblo, por aclamación lo reconoce ¿qué más pruebas se necesitan?
Ya el Pueblo de Dios se ha
pronunciado de manera muy clara en varias ocasiones en la Historia de la
Iglesia. En Milán, el pueblo congregado, proclamó: “Ambrosio es el obispo”.
Hace unos años – acabamos de celebrar el aniversario de su muerte, el mundo
reconoció la santidad - después,
también, la oficialidad de la iglesia – del Papa Juan XXIII…
La tardanza es la mala. Se
suscitan muchas dudas y preguntas de difícil respuesta, sobre todo cuando se ha
visto procesos que han corrido como centellas para llevar a los altares a otras
personas. En fin, no sé, no sé…
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