lunes, 7 de junio de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Varales de oro

 

 

                         

                             Foto: ABC de Sevilla

“¿Cuánto valdría hacerle doce varales de oro al trono de la Macarena”? preguntó Joselito a Juan Manuel Rodríguez Ojeda delante de la Virgen del Pilar que él había regalado e iba en la entrecalle del palio. “Mucho, José”, contestó. “Pues si ella me da vida, los llevará”.

Ella, no le dio la vida en la tierra, pero sí la gloria. José Gómez Ortega vivió su vida, 25 años. Había nacido en Gelves en 1895 – “por Gelves pasa el río / pasa despacio / bendita sea tu tierra / que nació el Gallo”, cantó El Pali. El 20 de mayo de 1920, el toro “Bailaor” de la ganadería de la Viuda de Ortega y que había comido la yerba muy cerca de allí, se la arrebató en Talavera.

Cosas de la vida que termina en la muerte, Joselito, la figura más grande del momento, en desavenencias con la afición de Madrid, no había querido torear en la Corte y se vino por la muerte a Talavera, junto a otro río con mucha literatura: el Tajo. Su cuñado, Ignacio Sánchez Mejías que integraba el cartel aquella tarde, encargó a Benlliure el Mausoleo para su tumba, sin saber que también sería la suya unos años después, en 1934, cuando el toro “Granaíno” de los Hermanos Ayala, segaría la suya en Manzanares, donde tampoco tenía que haber estado en el cartel.

El Maestro marocho Abel Moreno – otro grande, como lo fueron Joselito en los toros e Ignacio en la Generación del 27 – pero él en la música, ha compuesto una marcha “Varales de oro” – y miren por dónde ya tiene la Virgen de San Gil, la Esperanza, sus varales de oro  en los compases de algo sublime, exquisito y único.

La marcha se ha estrenado hace unos días. La Hermandad de la Macarena le encargó el monumento en bronce, al escultor de Morón, Manuel Martín Nieto, que recoge al maestro del toreo, Joselito, no muerto como lo hizo Mariano Benlliure para el panteón familiar en el Cementerio de San Fernando, sino caminado a pie, montera en mano, hacia su Basílica de la Macarena por la que él hizo tanto, tanto…

Compases de la marcha “Macarena”, del pasodoble “Gallito”, de zambra, cascabeles de coches de caballos, clarines que abren puerta, el silencio y el recuerdo del aplauso a los sanitarios en año de pandemia. Lo bordan, Hermandad, escultor, Abel Moreno, “... y Sevilla”

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